cocina casera tradicional basada en productos frescos a muy buenos precios
En el corazón de la calle Bannelier, a dos pasos de los halles, de la rue des Godrans y de la plaza Grangier, sede un restaurante, aunque todavía joven ha conquistado muchos de los numerosos Dijonnais. Se trata de O'Bannelier, celebrado por Anaïs y Oswald. La sala, la finca de Anaïs, es muy luminosa y dominada por el color blanco, realzada por algunos puntos de colores. Con aire acondicionado y confortable, podrá pasar un rato con la sonrisa de Anaïs y platos de Oswald. Platos generosos elaborados con productos frescos y de temporada cuyos proveedores son conocidos. Los platos, procedentes de la cocina tradicional, son todos caseros y la carta cambia regularmente. Este verano, por ejemplo, se podían regalar las muy buenas riletas de sardinas acompañadas de picklas de verduras y de corteza en entrada, independientemente de lo que los huevos en la herida sean también un valor seguro. Para el plato, no hemos podido resistir las 3 costillas de cordero, salsa virgen albaricoque y romero… Por último, la panna cotta de frutas ha permitido concluir esta comida sin una nota falsa. Además, todos los días se ofrece un menú diferente a la pizarra. Con una buena relación calidad-precio, se comprende mejor el entusiasmo por esta dirección.
¿Lo sabías? Esta reseña ha sido escrita por nuestros autores profesionales.
Opiniones de los miembros sobre O'BANNELIER
Las calificaciones y reseñas a continuación reflejan las opiniones subjetivas de los miembros y no la opinión de The Little Witty.
Le cadre est chaleureux , les tables bien espacées.
La décoration est épurée.
Les plats étaient délicieux, les amuses bouche et les mignardises également.
BELLE DÉCOUVERTE..
merci.
Cucina d'eccellenza, servizio cortese e ambiente raffinato costituiscono un trinomio perfetto per un'esperienza gastronomica di altissimo livello.
A Dijon per motivi lavorativi ho avuto modo di provare il loro menu del giorno composto da: antipasto, piatto e dessert a soli 34 euro, ben al di sotto della esosa media francese a cui sono abituata. E, dulcis in fundo, la sorpresa dei ricercatissimi canapè e mignardises inclusi nel prezzo.
Menzione speciale alla calamarata con ragù di pesce e la deliziosa crepe al mandarino.
Ritonerò senz'altro tutte le volte che mi troverò nei dintorni.
P.s. Questo ristorante merita subito una stella Michelin!!!
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Le service au top, de la qualité et de l'amour dans les plats ça se sent.
On vous souhaite de gagner une étoile !