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El fado

La música portuguesa sigue asociada principalmente al fado. Derivada de la palabra latina que significa «destino» (fatum), este canto melancólico verbalizado como una poesía áspera expresa una variedad de sentimientos relacionados con el amor, la muerte y el exilio. Sus orígenes siguen aún en discusión y nadie sabe exactamente de dónde procede: ¿una antigua canción marinera para lamentarse en una ciudad donde confluían marineros de todas partes del mundo, una evolución local de un canto morisco, un lamento gitano mezclado con tonalidades vocales provenientes de ritmos brasileños? Probablemente, un poco de todo ello. La más famosa de las fadistas, Amália Rodrigues, murió en el año 2000 y, por supuesto, fue enterrada en el panteón nacional, en Lisboa. En sus actuaciones, era capaz de conmover a un auditorio entero hasta las lágrimas mediante ese timbre sutil de su voz cargada de humanidad. Pero el fado ha evolucionado y han aparecido nuevos artistas en la escena, rebosantes de dinamismo y vitalidad. Si Madredeus, con la conmovedora voz de su fantástica cantante Teresa Salgueiro, ha sido capaz de propagar el fado por todo el planeta mediante una excelente relectura folk y de otras tendencias musicales del mundo, las elegantísimas Cristina Branco o Mariza están redescubriendo y revitalizando el género con cierta gracia. No podemos dejar de mencionar también a Camané, Dulce Pontes, Bevinda, Mísia, Anabela Duarte, Ana Moura, a quien Prince apadrinó y que colaboró con los Rolling Stones, o António Zambujo, que es tan famoso en Brasil como en su país. El fado se escucha en las casas de fado. La renovación musical del género también ha dado lugar a una nueva generación de casas de fado. Aunque los locales han sido adaptados para turistas, la calidad ha mejorado y la experiencia folclórica se ha vuelto más lúdica, de modo que ahora estos lugares son frecuentados también por portugueses en busca de un poco del alma de su país.

El fado no es exclusivo de Lisboa. La antigua ciudad de Coimbra también ha desarrollado su propio estilo: su canto está reservado solo a los hombres. Los encontrará fuera de los bares, bajo las viejas arcadas y en las plazas de la ciudad.

En Oporto, el fado se canta desde principios del siglo XX, aunque no ganó fuerza hasta las últimas décadas con el renacimiento de este estilo en el país y la aparición de nuevos intérpretes. Son tripeiros cantantes como Maria da Fé, Beatriz de Conceição, fernando Maurício, Florência o Gisela João, entre muchos. Este renacimiento ayudó al desarrollo de nuevos espacios y casas donde escuchar fados, como el Clube de Fado, A Casa do Fado, Mal Cocinhado o la Casa da Mariquinhas.

Música clásica y teatro

Portugal brilló por primera vez en la escena clásica durante el período barroco gracias a compositores como Manuel Rodrigues Coelho, Duarte Lobo y, sobre todo, Carlos de Seixas. Figura musical de primer orden y el mayor compositor portugués de clavicémbalo del siglo XVIII, ya desde muy joven era un organista de mucho talento y un notable profesor. Fue un compositor prolífico, con más de setecientas tocatas en su haber. Hoy sus obras pueden admirarse en la Biblioteca Nacional de Lisboa. A principios del siglo XX, surgió una nueva ola de compositores que seguían los pasos del pianista y compositor José Vianna da Motta, entre ellos, Luis Freitas de Branco, quien contribuyó al reconocimiento de la música culta portuguesa, Fernando Lopes-Graça, Francisco de Lacerda y Ruy Coelho: todos ellos contribuyeron al esplendor de la música de su país. Alumno de Luis de Freitas Branco, Joly Braga Santos es el mayor compositor de su generación, con la composición de seis sinfonías, varias óperas y música de cámara, pero también de bandas sonoras para el cine.

Para los amantes de la música, los principales escenarios y salas dedicadas a la música clásica se encuentran en Lisboa: el Teatro Nacional de São Carlos, principal teatro de la ciudad, que tuvo su apogeo con las famosas representaciones de La Traviata con Callas en 1958, el Teatro Nacional Dona Maria II, un teatro neoclásico en la plaza do Rossio, y el Teatro São Luíz, un teatro municipal con una oferta cultural más amplia. El nuevo Centro Cultural de Belém alberga la orquesta sinfónica de la ciudad y ofrece una programación rica y variada, al igual que la renombrada Fundación Calouste Gulbenkian y su Orquesta Gulbenkian, de renombre internacional. Los aficionados a la danza clásica y contemporánea pueden acudir al Teatro Luís de Camões, la sede donde actúa la Companhia Nacional de Bailado.

A pesar de que Oporto sea una ciudad periférica, ha pasado a ser un referente importante en el panorama musical desde abril del 2005, gracias a la apertura de la Casa da Música, cuyo edificio fue proyectado por el renombrado arquitecto holandés Rem Koolhaas. Si las características técnicas de esta sala fueron objeto de complejos estudios de acústica, la forma del edificio no lo fue menos, pues pretende ser una especie de gigantesco cristal poliédrico que hubiera aterrizado en una de las zonas más céntricas de la ciudad, en un local donde estaba anteriormente la cochera de los viejos tranvías de Oporto.
Pero, si bien la Casa da Música ha venido a alterar, radicalmente, la relación de la ciudad con este arte, esta ligazón ya es antigua, pues no se puede olvidar que Oporto es la tierra de Guilhermina Suggia, una de las mayores violoncelistas europeas de principio del siglo XX. El también pianista Pedro Burmester (a quien se considera el padre de la Casa da Música) ha alcanzado, igualmente, fama internacional. En Oporto tienen su sede una orquesta nacional y la principal escuela de jazz del país y algunas de las nuevas bandas portuguesas más importantes de rock, pop e, incluso, de rap.

Jazz en Portugal

Aunque suele estar reservado a la élite, en Portugal no faltan los amantes del jazz, aunque  los lugares más exclusivos hay que buscarlos en la capital, Lisboa, donde sobresale el Hot Clube de Portugal, toda una institución en Lisboa. Fundado en 1948, el club no ha perdido su autenticidad. El local, que está al lado del club histórico que se incendió en 2009, ha acogido a algunos de los más grandes músicos de jazz. Otro club clásico de la capital, con una programación de jazz de las décadas de 1930 a 1950, Páginas Tantas, se ha consolidado como un club cómodo y selecto. Aquí se viene a escuchar música y a relajarse en un ambiente discreto. Una atmósfera diferente se respira en el Alface Hall, también en el Bairro Alto, a solo un minuto a pie del anterior, un animado club con música de jazz en directo todas las noches.

Pero Oporto también tiene una larga tradición de música jazz. Actualmente, para disfrutar de esta música, el Espaço Porta-Jazz (plaza de la República), regentado por una asociación que ha organizado más de mil conciertos en diez años y ha editado más de cincuenta discos, es la mejor opción. Su agenda, que puede consultarse en su página web (www.portajazz.com), está llena de talleres, conciertos, masterclasses, jamsessions, etc.  La asociación organiza, además, en diciembre, el festival Porta Jazz. Si le gusta este estilo de música o quiere disfrutar de la cultura de la ciudad, no dude en consultar la agenda de la asociación antes de emprender su viaje.

El rock y la canción

Más allá del fado, Portugal ha producido muchos artistas interesantes. Por ejemplo, está el cantante Rui Veloso, cuyas letras líricas e inteligentes han acompañado a los portugueses en su vida cotidiana durante tres décadas. El cantante militante Zeca Afonso también ofreció a su público canciones de revuelta que, a su manera, ayudaron a provocar la Revolución de los Claveles. También cabe destacar a los Gaiteiros de Lisboa, un colectivo que recurre al folclore para obtener un resultado muy conmovedor. Danças Ocultas es un original cuarteto de acordeonistas cuyo director artístico no es otro que Gabriel Gomes, antiguo componente de Madredeus, al igual que Rodrigo Leão, que tiene una carrera en solitario como compositor de música contemporánea bastante inspirada. También merece la pena ver la relevante discografía de Maria João y Mario Laginha, la primera con una voz excepcional, el segundo acompañándola con delicadeza.

Por lo que respecta al rock, cabe destacar a los legendarios Xutos e Pontapés, con sus fogosas actuaciones en el escenario, Santos & Pecadores, reconocibles por la voz cavernosa de su cantante Olavo Bilac, o UHF, de la década de 1970, que han dominado la escena durante más de treinta años... GNR (Grupo Novo Rock) proviene de la escena new-wave de los años ochenta. Últimamente el pop-rock de A Naifa, Blasted Mechanism y sus estrambóticos trajes, el grupo de música instrumental Dead Combo, o The Legendary Tigerman y los Wraygunn y sus universos atípicos se están haciendo un hueco, al igual que un tal António Variações, un personaje original e inclasificable, un meteorito de los años ochenta. En la escena de Oporto destaca Papercutz, First Breath After Coma, Best Youth Coma o Holy Nothing.

Para disfrutar de música en directo en Lisboa, diríjase a la Galeria Zé dos Bois. La ZDB, que es a la vez una galería de arte contemporáneo y una sala de conciertos con un club en el sótano, cuenta con una buena programación internacional. Grandes nombres como Thurston Moore, de Sonic Youth, y Animal Collective han tocado aquí. Lisboa es uno de los lugares favoritos de Portugal para asistir a festivales de música al aire libre. El famoso Rock in Rio Lisboa, inspirado en el festival homónimo de Brasil, se celebra cada dos años. El Super Bock Super Rock también cuenta con los mayores artistas internacionales en la playa de Meco, al sur de Lisboa. El festival barcelonés NOS Primavera Sound invita a los mismos artistas a Oporto, en un gran parque verde. La selección abarca desde música indie hasta hip-hop y las estrellas de la música electrónica.

Hip-hop, kuduro y kizomba, influencias de África

A partir de la segunda mitad de la década de 1990, suburbios lisboetas como Cova da Moura o Chelas, donde reside la mayoría de los inmigrantes africanos de clase trabajadora, comenzaron a hacerse oír, con el hip-hop de Da Weasel, Boss AC o el Conjunto Ngonguenha, mientras que en Oporto surgía Mind da Gap. Más tarde, a principios de la década del 2000, la nueva generación adoptó el kuduro, un género musical originario de Angola que hunde sus raíces en el rap. Las letras de las canciones son sencillas y están llenas de humor y burla, y desafían tanto la habilidad de las piernas de los bailarines como la de sus cabezas, ya que el kuduro es también una protesta social que clama desde los barrios bajos. El grupo Buraka Som Sistema encarna la versión portuguesa del kuduro desde 2006.

Afro-house, kuduro, kizomba, baile funk, fado...: la música que se escucha cuando se viaja por Portugal hace que la experiencia sea totalmente nueva. Si escucha la radio musical portuguesa, no podrá evitar el afro-house, música house con ritmos africanos. No se trata de un estilo musical puramente lusófono, ya que puede encontrarse en Sudáfrica y en otros países africanos de habla inglesa. En los últimos años ha surgido una auténtica escena de música electrónica africana.

Música electrónica

Antes de que se inaugurara la Casa da Música, Oporto era escenario de conciertos de algunas de las bandas más renombradas mundialmente, y se celebraban en la ciudad, a lo largo del año, varios festivales temáticos, que aún se siguen celebrando. Uno de los locales que han acogido grandes conciertos es el Coliseo.
Como cartelera alternativa, uno de los escenarios más privilegiados es el Teatro de Sá da Bandeira. PLANO B es el epicentro de la vida nocturna. Esta antigua fábrica textil del barrio de la Baixa, con una decoración retro, se ha convertido en un centro cultural polivalente. Aquí podrá encontrar conciertos, exposiciones y proyecciones de arte.

En verano, Portugal acoge algunos de los mayores eventos de música electrónica de Europa. Tomorrowland es uno de los festivales más famosos del mundo. Este festival nacido en Bélgica se trasladó al Parque Oriental da Cidade de Oporto en 2019. En Portimão, el BPM Festival cuenta con un rico programa de house y techno underground. Organizado por la emisora de radio del mismo nombre, el RFM Somnii tiene lugar en la playa de Figueira da Foz y ofrece tres días de música house, drum'n'bass y rap. En Viana do Castelo, el Neopop Festival también se ha convertido en toda una referencia, visitado por artistas de la talla de Underworld, Richie Hawtin y Jeff Mills.