LES ROCHERS DU SIDOBRE
Meseta de granito, un lugar único que hoy es uno de los mayores centros de transformación de granito del mundo.
¡Golpeando! Esta meseta granítica de 100 km2, encaramada a 650 m de altitud sobre Castres, ofrece un paisaje único con su caos, ríos de rocas, gigantescas bolas de granito que emergen de terrenos arenosos cubiertos de una variada vegetación. Peyro Clabado, Roque de l'Oie, Rocher tremblant de Sept Faux, Chapeau du Curé, Trois-Fromages, Fauteuil du Diable (silla del diablo)... Hay que retroceder 300 millones de años para encontrar la explicación geológica de este sorprendente paisaje. Un magma líquido de roca fundida quedó entonces enterrado a varias decenas de kilómetros de profundidad bajo una enorme montaña -la cadena hercínica- de la que hoy sólo queda el Macizo Central, que incluye la Montaña Negra y el Sidobre. El magma se fue enfriando hasta formar una roca cristalina compuesta por mica, cuarzo y feldespato. El Sidobre es, pues, un bloque de granito de 10 km de espesor con una superficie agrietada. El agua de lluvia, la escorrentía y el agua de drenaje crean una circulación perpetua en el suelo. Al infiltrarse en las grietas, el agua erosiona la roca y desprende minerales que se descomponen en arena, formando bolas gigantes. Es el desprendimiento de estas bolas por el agua de escorrentía lo que luego revela formas extraordinarias. Se pueden ver en los alrededores de los pueblos de Burlats, Lacrouzette, Ferrières, Guior-le-Bez o Saint-Salvy-de-la-Balme. Sitio único, la meseta de Sidobre es hoy uno de los mayores centros de transformación de granito del mundo.