Qué ver y hacer Dodecaneso

La torre del reloj, antigua torre bizantina de vigilancia del siglo VII, quedó gravemente dañada por la explosión de 1856. Reconstruida tras la catástrofe con algunas adiciones barrocas, se puede subir a ella para obtener unas magníficas vistas panorámicas sobre la ciudad y hacia el Egeo. Después de la visita podrá refrescarse en el pequeño café contiguo: el precio de la entrada incluye una bebida para recompensarle por sus esfuerzos.

Es el edificio religioso más antiguo de la isla. Solo una parte de la iglesia sigue siendo visible hoy. Construida en el siglo XI por los bizantinos, «Nuestra Señora del Castillo» fue transformada en capilla gótica por los caballeros de San Juan. Los otomanos la convirtieron posteriormente en una mezquita. En la actualidad alberga un museo de iconos bizantinos. Podrá ver obras de los primeros cristianos y mosaicos impresionantes. Se han conservado algunos frescos murales del siglo XIV: en particular, verá fragmentos originales de una Virgen y cuatro santos.

Según la creencia cristiana, san Juan, exiliado en Patmos por el emperador romano Domiciano, habría tenido en esta cueva la visión del Apocalipsis en el 95 d. C. Vivía en esa cueva con su discípulo Prócoro en el momento de la revelación. Un icono en el fondo de la cueva ilustra esta visión, mientras que las huellas en la pared se atribuyen al evangelista. En la azotea, una triple fisura sería debida a la presencia de Dios. Desde la cueva de san Juan se ve el mar Egeo, y Skala más abajo. Las vistas son paradisíacas y es difícil imaginar alguna visión de terror o del fin del mundo en este marco… La gruta es de una total sencillez: fue catalogada como Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco en 1999 como testimonio de la importancia religiosa del lugar, centro de peregrinación de la cristiandad.

La cueva se encuentra a medio camino entre Skala y Chora. Un antiguo sendero bizantino la comunica con el monasterio de San Juan el Teólogo en Chora. Se puede recorrer, pero evite las horas más calurosas porque no hay sombra y el sendero sube.

Este edificio art déco, construido por los italianos en la década de 1930, es tanto un museo como una estación biológica de control de aguas. En su interior hay miles de especímenes marinos: moluscos, gasterópodos y cefalópodos, cientos de peces y de tortugas marinas. Una visita apasionante, especialmente para los más jóvenes y para las familias.

Importante colección de pinturas, grabados y esculturas del siglo XX, repartida en tres espacios. Aunque el grueso de la colección se encuentra en el edificio principal de la plaza Symi, a la entrada de la ciudad medieval, el ticket de entrada también permite el acceso a los otros edificios. Es una oportunidad de sumergirse en la historia de Grecia a través de la mirada de artistas griegos. Una interesante y constructiva visita que ilustra el vínculo entre los artistas griegos y las grandes corrientes internacionales que han marcado el arte moderno en Europa. También realizan exposiciones temporales.

Kaş está situado frente a Kastellorizo, en la costa turca, a sólo 30 minutos en barco. Heredera de Antiphellos, la antigua ciudad de los Lycians, es una agradable excursión de medio día. Disfrute del ambiente único que reina en las hermosas calles peatonales del Gran Bazar donde tapiceros, joyeros y ceramistas se suceden. Subiendo por la calle Doğruyol, se encuentra la conmovedora Tumba del Rey: este sarcófago lírico bellamente conservado data del siglo IV a.C. Desbordante de cabezas de león y grabada con inscripciones líricas, parece esperar pacientemente a que los espectadores le presten atención. En la calle paralela, parada en el Pell's Café: ofrece una agradable pausa a la sombra de un hermoso jardín.

Antes de llegar al puerto y a su barco, no deje de visitar el anfiteatro del siglo I a.C. en la calle Necipbey, cerca de la salida de la ciudad. La renovación es un poco llamativa, pero es uno de los únicos teatros anatolios que dan al mar: la vista es magnífica desde las gradas, que pueden albergar hasta 4.000 espectadores.

Nota: al salir de Kastellorizo, deberá dejar su pasaporte con el capitán, quien se lo entregará a los aduaneros turcos durante su visita. Cuando regrese a Grecia, tendrá que declarar los bienes de valor comprados en Turquía. Puedes cambiar dinero casi en cualquier lugar de las tiendas cercanas al puerto: pregunta al capitán por la tarifa y el mejor lugar para cambiar euros por liras turcas.

El Museo de Artes Decorativas de Rodas está ubicado en el antiguo arsenal medieval. Exhibe artesanía típica de las islas del Dodecaneso y de Rodas en un conjunto de salas que reconstruyen una casa tradicional rodia del periodo otomano. En esos bonitos interiores destacan los famosos platos de Rodas, con motivos característicos, así como los trajes tradicionales de las islas de Symi, Kárpatos, Nísiros o Tilos. Entre los demás elementos de la exposición permanente destaca el sperveri (cortina de cama bordada) del siglo XVII. Es una visita agradable que también vale la pena por la calma del patio interior organizado alrededor de una fuente central.

Allí encontrará toda clase de información útil, incluyendo mapas de la isla. En caso de ausencia, diríjase a las agencias de viajes o a la policía turística, que toman el relevo, o bien a capitanía para los horarios de los ferris.

Desde el pueblo de Lipsi, se puede llegar a esta parte de la isla a pie en unos 30 minutos. Antes de llegar, verá a su derecha la iglesia de Panaghia Harou, del siglo XVI, famosa por el icono de la Virgen celebrado el 23 de agosto (ver recuadro). Un poco más lejos, se pueden degustar y comprar productos orgánicos de Kostas Makris, que se ha hecho cargo de la granja familiar hace unos años, y más lejos, Kohlakura es una agradable playa de guijarros. Sombreado por la mañana, ofrece poca sombra durante el día, pero las aguas son cristalinas.

Por fin se ha renovado la sinagoga de Kos: cerrada durante casi 40 años, fue consagrada e inaugurada en julio de 2023. Pronto se reabrirá al público para contar la historia de la comunidad judía de Kos, asesinada casi en su totalidad por los nazis tras su deportación el 22 de julio de 1944. La historia de esta sinagoga comenzó en 1747, cuando un miembro de la comunidad sefardí local decidió construir su primer templo. El establecimiento de la comunidad judía en Kos se remonta al periodo del Segundo Templo, pero fue expulsada por los Caballeros en 1502, antes de poder regresar gracias a las leyes más tolerantes del Imperio Otomano. La comunidad fluctuó en tamaño a lo largo del siglo ^XIX y se dedicaba principalmente a actividades comerciales, en particular el vino. Estaba integrada en la amplia comunidad de Kos y hablaba griego y turco, así como ladino, una lengua judeoespañola. La comunidad local se expandió a principios ^{del siglo XX}, tras la llegada de refugiados de Asia Menor después de la Gran Catástrofe de 1922. El gran terremoto de 1933 no perdonó a la sinagoga, que fue reconstruida al año siguiente en el estilo Art Déco que aún hoy puede admirarse. En vísperas de la ocupación nazi, la sinagoga albergaba a unos 140 miembros de la comunidad. Todos fueron detenidos el mismo día por los nazis y enviados a la muerte en el campo de Auschwitz, junto con la comunidad judía de Rodas. Sólo un superviviente regresó a Kos tras la liberación de los campos, y la sinagoga ha permanecido abandonada hasta nuestros días.