Monumentos a visitar Emilia-Romaña

Instalados en un conjunto de edificios construidos entre los siglos XI y XV, los majestuosos salones del Ayuntamiento merecen una visita para contemplar los frescos y pinturas que los decoran. No se pierda, en una de las salas, la Secchia Rapita (el cubo raptado), testimonio del antiguo enfrentamiento entre Módena y Bolonia: deseosos de humillar al máximo a los boloñeses, los soldados de Módena lograron en 1325 entrar en la ciudad y robar un cubo, signo de que los boloñeses no eran capaces ni siquiera de proteger el más humilde de los objetos.

Construido a partir de mediados del siglo XIII, este palacio fue la primera residencia de la familia Este antes de que la corte se trasladara al castillo en el siglo XVI. La entrada al palacio y al patio está flanqueada por las estatuas de Nicolás III a caballo (lado derecho) y del duque Borso d'Este en el trono (lado izquierdo). En el patio ducal, hoy en día la Piazzetta Municipale, se puede ver una escalera renacentista del siglo XV. A su izquierda se encuentra la antigua capilla, la Capella Ducale, que en su momento albergó numerosos coros y que en la actualidad se usa como teatro.

Este palacio del siglo XIII fue renovado en el Renacimiento. La planta baja a arcadas está atravesada por dos vías que se cruzan bajo una gran bóveda. Su fachada Renaissance alberga hoy la oficina de turismo.

Es un inmenso mercado que se ha convertido en muy popular porque se hacen negocios de oro.

Se trata de los apartamentos privados de la abadesa Giovanna da Piacenza, dentro del convento benedictino de San Pablo. La habitación más notable es la decorada por el Correggio en 1519. La bóveda pintada representa una exuberante pérgola con niños desnudos y juguetones, mientras que en la base del techo hay figuras mitológicas en grisalla. Esta fue la primera decoración monumental del pintor, que incluso se atrevió a representar a la abadesa como Diana la Cazadora. En la habitación de al lado hay una bóveda decorada con espléndidos grotescos.

Erigida alrededor del año 1000 en la cima de la colina de Bertinoro, la Rocca acogió al emperador Federico Barbarroja en 1177, quien permaneció allí durante varios meses con su séquito. En el siglo XVI, cuando Bertinoro se convirtió en la sede de un obispado (y así permaneció hasta 1970, cuando la diócesis se unió a la de Forli), la Rocca pasó a ser una residencia para obispos. Hoy en día es un centro universitario adscrito a la Universidad de Bolonia. Susgalerías subterráneas albergan el Museo Interreligioso, dedicado a las tres religiones monoteístas.

Este castillo, mencionado por primera vez en las antiguas crónicas de 1048, pertenece a la familia Zanardi Landi desde el siglo XIV.  Al tratarse de una  residencia privada, las visitas se llevan a cabo en presencia de un guía y solo en determinadas partes de la casa. Es posible visitar salas maravillosas con muebles que datan del período entre 1500 y 1800, los subterráneos, las mazmorras, la sala de armas y el Museo del Costume Militare (museo del uniforme militar) que reúne uniformes y armas del Risorgimento en la Segunda Guerra Mundial.

Alberga los museos municipales, llamados Musei Civici. En la primera planta, la pinacoteca expone una excelente colección de obras emilianas, lombardas y ligurinas de los siglos XVI al XIX, y una Virgen adorando al Niño de Botticelli. En la planta baja, el museo arqueológico conserva material de la Prehistoria y la Antigüedad descubierto en la zona. Su pieza central es el «Hígado de Piacenza», un hígado bovino de bronce cubierto de inscripciones, testimonio de las prácticas adivinatorias de los etruscos, que leían los deseos de los dioses en las entrañas de los animales.

Este puente, considerado un emblema de la ciudad, fue construido en 1638 por el arquitecto Luca Danese de Rávena. La estructura está formada por cinco amplias escaleras de arco. Bajo los arcos convergían cinco canales (hoy solo tres), los caminos de entrada a Comacchio y las salidas al mar. Frente al puente, la antigua pescadería ocupa un edificio característico que también data del siglo XVII y que ha sido restaurado en varias ocasiones. Más adelante se encuentra el Ponte degli Sbirri (puente de los Policías), llamado así por su proximidad a las antiguas prisiones.

La Rocca se eleva sobre una de las tres colinas que dominan a Brisighella. Erigida en el siglo XIV por la familia Manfredi de Faenza, consta de dos torres cilíndricas y un recinto fortificado. Es un buen ejemplo de arquitectura militar entre la Edad Media y el Renacimiento. Desde la Rocca, se puede tomar un camino que conduce a otro espolón rocoso, dominado por la Torre dell'Orologio. La torre formaba parte de las fortificaciones del siglo XIII. Reconstruida en 1850 con el reloj, es un excelente punto de observación del pueblo y de los cerros que lo rodean.

Esta fortaleza fue construida a mediados del siglo XV por Pier Maria Rossi para su amante, Bianca Pellegrini. El rigor de su aspecto exterior, reflejo de su vocación militar, contrasta con el refinamiento del interior. La Camera d'Oro conserva un ciclo de frescos de Benedetto Bembo que celebra tanto el amor entre Bianca y Pier Maria como el poder de la familia a través de la representación de los castillos de los Rossi. En las callejuelas al lado de la fortaleza, en la Cantina del Borgo, se produce vino local, donde podrá degustar el delicioso Barbera.

La residencia que el compositor compró en Sant'Agata (a 3 kilómetros de Busseto) en 1848 se ha mantenido con esmero en su estado original. Allí vivió durante casi cincuenta años con su segunda esposa, la cantante Giuseppina Strepponi. Aún habitada por los herederos de Verdi, solo se puede visitar parte de la casa: la habitación del maestro con su piano, la habitación de Giuseppina, el estudio del compositor y la habitación completamente reconstruida del Grand Hotel de Milán, el establecimiento milanés donde Verdi solía alojarse. Un maravilloso parque de siete hectáreas rodea la casa.

En 1634, el duque Francisco I de Este encargó a su arquitecto Bartolomeo Avanzini la transformación del antiguo castillo medieval en un centro de vacaciones para los retiros de la corte ducal en el campo. El palacio está decorado en estilo barroco y los frescos son una verdadera maravilla. Basta con entrar en el corazón de la galería de Baco, decorada en el siglo XVII por Jean Boulanger, para convencerse: los cuerpos que están haciendo un esfuerzo son sorprendentemente realistas. En la mayoría de las habitaciones, todo es majestuoso gracias al trampantojo que las decora.

Fue construido entre 1437 y 1446 a instancias de Sigismondo Malatesta, señor de Rímini, quien habría diseñado los planos y se habría beneficiado de los consejos del gran arquitecto florentino Brunelleschi. Esta imponente fortaleza, sede de una guarnición, albergaba también la corte de Sigismondo y simbolizaba su supremacía sobre la ciudad. El castillo ha sufrido grandes cambios a lo largo de su historia y hoy en día solo se conserva la sección central. Aunque no se puede visitar, suele acoger exposiciones y eventos diversos.

Ferrara está dividida en dos partes por un eje en el sentido oeste-este formado por el Viale Cavour y el Corso Giovecca. Al sur se encuentra el centro histórico, donde destacan la catedral y los callejones medievales. Al norte se sitúa un nuevo barrio, conocido popularmente como la Addizione Erculea, ya que fue construido desde cero a finales del siglo XV a petición de Hércules I d'Este. El proyecto no era una simple extensión del tejido urbano, sino un proyecto urbanístico muy meditado. Las viejas murallas del lado norte fueron demolidas y el arquitecto Biaggio Rossetti creó un nuevo barrio renacentista en torno a dos ejes (el Corso Ercole I d'Este y el Corso Porta Po / Biagio Rossetti / Porta di Mare). En la intersección de los dos ejes, se sitúa el Quadrivio degli Angeli, con sus hermosos palacios, entre ellos el impresionante palacio de los Diamanti. Este proyecto también respondía a otra idea. Las dos avenidas, trazadas dentro de un cuadrado que representa el horóscopo antiguo, correspondían a los equinoccios y, el palacio de los Diamanti, a la posición del sol. En esta Addizione, todo ha sido pensado hasta el último detalle de manera escenográfica, teniendo en cuenta la parte antigua de la ciudad. Los majestuosos palacios se van sucediendo uno tras otro, las amplias avenidas invitan al paseo y, al mismo tiempo, ofrecen hermosas vistas, especialmente del Castello Estense, que, con la incorporación de este nuevo barrio, se encuentra en el centro del tejido urbano. En aquel momento, este proyecto no solo era innovador, sino brillante, de ahí el título que adquirió Ferrara como la primera ciudad moderna de Europa.

Construida en 1245, su posición estratégica entre Bolonia y la Romaña la convirtió en un foco de conflictos armados. La fortaleza debe su aspecto actual a Catalina Sforza que, a partir de 1480, reforzó las defensas militares del territorio alrededor de Imola; las dos enormes torres de esquina redondas con matacanes se remontan a esta época. Durante la visita, se revelan mazmorras, calabozos y otros trucos para engañar al enemigo. Goza de una vista excepcional desde la cima de la torre. En la última planta, la pinacoteca reúne bocetos de los frescos murales de la bienal Muro dipinto.