Diversión y salidas Emilia-Romaña

Una dirección que no hay que perderse en la calle Farini, pero no precisamente por la gran clase de sus finos caldos. En la Enoteca Fontana, puede degustar una copa de lambrusco o malvasía por 1,50 €, sentado en un banco a lo largo de grandes mesas de madera que compartirá con placer con los demás clientes. El ambiente es alegre, ruidoso y relajado. Posibilidad de comer un panino o una focaccia, todo ello aderezado con embutidos locales (el principe al culatello es delicioso), o un plato del día. Un buen local para los presupuestos modestos. Agradable terraza en verano.

Bistró de estilo parisino magníficamente situado al lado del canal, con una gran terraza con mesas y sillas de colores alineadas a lo largo del agua. Olvídese de la carta: la comida no es nada excepcional y las porciones son medianas. El lugar es perfecto para picar algo a base de aperitivos o para tomarse una copa disfrutando de la brisa de la noche. Variada selección de cócteles, vinos y bebidas burbujeantes. El ambiente es siempre festivo y alegre. Muy concurrido en verano, de manera que puede ser difícil encontrar mesa.

Este café cultural de moda no solo se encuentra en Ferrara, sino también en Bolonia y Reggio Emilia. Relajado y contemporáneo, tiene un estilo indus con grandes lámparas metálicas bajo techos altos y un mostrador amplio y acogedor. Está muy bien iluminado en una esquina de la calle, con grandes ventanales en la planta baja. Bajo el lema «food for mood», sirve apetitosos cruasanes por la mañana, bocadillos a base de ingredientes gurmé al mediodía, y zumos frescos y buenos cafés por la tarde antes del aperitivo nocturno. Los domingos ofrece brunch.

Vale la pena visitar este bar de vinos: en primer lugar, para apreciar su ubicación, en el encantador entorno de la plazoleta de Pisacane, que es peatonal. La enoteca busca sobre todo promocionar los vinos naturales de Italia, Francia y España. Cada botella ha sido cuidadosamente seleccionada y hay aproximadamente unas 200 etiquetas. Y para acompañar la degustación de un buen vino, por copas o por botella, unas tapas con los aromas de Andalucía, elaboradas con productos de temporada, locales y españoles. ¡Un cambio de los antipastos italianos!

El bar Clandestino, situado en una plaza escondida del gueto de Ferrara, es un hervidero de actividad que se prolonga hasta altas horas de la noche, en un barrio donde los callejones están sumidos en el silencio. Lo frecuenta una clientela de todas las edades y orígenes, desde estudiantes hasta aficionados del deporte que vienen a ver las competiciones retransmitidas en directo, pasando por apasionados de los juegos de mesa reunidos alrededor de una mesa de juego. Ofrece una amplia selección de cócteles, cervezas artesanales, vinos orgánicos y naturales, así como unos piadine para los que tengan hambre.

No muy lejos del distrito universitario, este bar merece una visita aunque solo sea por su impresionante entorno. En la antigua capilla de la familia aristocrática Bentivoglio, como si nada hubiera cambiado, se siguen manteniendo un mostrador, algunas botellas y algunas mesas. Hay que admitir que saborear un cóctel en este ambiente, bajo un techo decorado con trampantojos, no tiene precio. Jovial y muy de moda, Le Stanze se ha apuntado a la manera de hacer contemporánea: vino por copas, buenos cócteles y bufé de aperitivos. Muy concurrido, la clientela se desborda a menudo hacia la acera y la calle circundante.

Nos gusta esta microfábrica de zumos prensados en frío, formada por unas pocas mesas y un bonito mostrador de madera. El concepto es sencillo: estanterías rebosantes de verduras y frutas de temporada, una camarera con delantal preparando las composiciones. La carta de zumos detox, vitaminados, etc., está bien pensada y es creativa. También se puede almorzar con sopas y platos vegetarianos del día. Un lugar saludable que merece una pausa. Si tiene poco espacio, pida comida para llevar. Esta marca italiana existe en algunas otras ciudades del norte, como Bolonia y Módena.

Es un lugar precioso, escondido bajo los soportales de Via Emilia, con su terracita verde que invita a sentarse. Aquí se viene a tomar un buen café por la mañana, con un zumo de fruta fresca y un pastelito. También puedes almorzar un bocadillo gourmet o un plato de pasta casera, acompañado de un buen vino. Por la tarde, no se puede rechazar una pausa dulce: los pasteles del escaparate son toda una tentación. Por la noche, la Maison Livre se convierte en un bar de cócteles refinados, elaborados con botellas de calidad que llenan las estanterías.

Este bistró situado a un paso de la plaza Maggiore existe desde 1465. Tiene cien años «certificados», y cuenta con una cohorte de botellas que permitiría resistir un asedio de casi la misma duración. Aquí se bebe vino, champán y cerveza, nada de comida, pero se pueden consumir las viandas compradas en las callejuelas aledañas al mercato di mezzo, sentados en una de las largas mesas de madera y, por supuesto, con un vaso en la mano, ¡porque Chi non beve sta fuori! («Quien no bebe, se queda fuera»).

Nos encanta este coqueto café de la plaza de la catedral de Módena, con sus dinámicas camareras. Unas cuantas mesas apiñadas en la esquina, bajo los soportales, son el punto de encuentro de los bebedores de café mañaneros, así como de los paseantes en la terraza que se quedan en su mesa para disfrutar de las vistas y del ambiente musical del café, a cualquier hora del día. Detrás del escaparate, un expositor de coquetas pastas y algunas tartas dulces y saladas. Zumo de naranja recién exprimido, café expreso y dulces son una buena combinación por la mañana o por la tarde en esta terraza.