Un mosaico étnico
La diversidad étnica de la India es uno de sus mayores activos. Los pueblos indoarios, que constituyen alrededor del 70% de la población de la India, son en realidad una serie de pueblos diferentes que comparten un origen lingüístico común. Se cree que llegaron al subcontinente indio hacia el año 2000 a.C. y formaron la gran civilización del Valle del Indo, en el norte de la India moderna. Los dravidianos, que representan el 25% de la población, son mayoría en el sur del país. Los telugu (Andhra Pradesh, Telangana), tamil (Tamil Nadu), kannadigas (Karnataka) y malayalis (Kerala) son de origen dravídico. El origen de las lenguas dravídicas sigue siendo un misterio, pero se sabe que precede al de las lenguas indoarias. La cultura dravídica predomina en el sur del país y es el orgullo de sus habitantes. No es popular intentar comunicarse con ellos en hindi, que es de origen indoario y es la lengua impuesta por el gobierno central. El país también cuenta con un importante número de tribus que se consideran los habitantes originales de la península de la India. Estos pueblos tribales, conocidos como adivasi, son objeto de un censo preciso por parte del gobierno. Hay 705 tribuscatalogadas. Los miembros de estas tribus están excluidos del sistema de castas y, por tanto, se encuentran en la base de la pirámide social. A pesar de una política de discriminación positiva, estas tribus tienen poco acceso a la educación y su modo de vida tradicional está gravemente amenazado.
A lo largo de los siglos, los flujos migratorios y las conquistas también han influido en la cultura, las lenguas y el origen étnico de la población: navegantes de diversos orígenes que venían a comerciar (partos, romanos, griegos, árabes), invasores (mogoles, centroasiáticos) y, más recientemente, colonos europeos (portugueses, holandeses, británicos, franceses y daneses).
Datos demográficos
India es actualmente el país más poblado del mundo, por delante de China, y su población representa casi una quinta parte de la población mundial. Según las estimaciones, su población en 2025 será de 1.467 millones de habitantes. A diferencia de China y su política del hijo único, India es un país democrático y por ello ha basado su política de natalidad en la autonomía de los hogares. El gobierno ha realizado repetidas campañas nacionales de anticoncepción, animando a la población a acudir a los centros para controlar los nacimientos. Hoy, el boom demográfico indio que ha durado desde los años 50 está llegando a su fin. Tras años de una tasa de fertilidad superior a 2,4 hijos por mujer, ha vuelto a caer a 2, por debajo del nivel de reemplazo de 2,1, según una encuesta nacional realizada entre 2019 y 2021. Esta tendencia marca un verdadero cambio en el estilo de vida, sobre todo en las zonas urbanas. La población crece en torno al 1,28% anual. India es un país joven, con un 26% de su población menor de 14 años y un 17% de entre 14 y 24 años. En 2022, el Índice de Desarrollo Humano, utilizado por Naciones Unidas para medir la calidad de vida de una población, era de 0,644 (134º del mundo). Los indios del sur conceden la máxima importancia a la educación, que consideran un medio para una vida mejor. La tasa de alfabetización en India es del 74% (82% para los hombres y 65% para las mujeres), y el pequeño estado de Kerala tiene la tasa más alta del país: 94% (96% para los hombres y 92% para las mujeres). La esperanza de vida media de un indio es de 67 años (69 años para las mujeres y 65,4 años para los hombres). La densidad de población es alta (430 personas por km2), sobre todo en las zonas urbanas, donde cada vez hay más gente. Las principales ciudades del sur del país son Bombay (más de 22 millones de habitantes), Bangalore (casi 14,4 millones), Chennai (12,3 millones) e Hyderabad (más de 11 millones). Sin embargo, la mayoría de la población sigue siendo campesina: más del 70% vive en zonas rurales.
La proporción de hombres y mujeres en la población
La Encuesta Nacional de Familia y Salud realizada en 2019 y 2021 ha revelado una nueva tendencia en el país: ahora nacen más niñas que niños. La tasa de natalidad es ahora de 1.020 niñas por cada 1.000 niños. Sin embargo, India sigue teniendo más hombres que mujeres, con una proporción de 927 mujeres por cada 1.000 hombres. De hecho, durante siglos, el país ha tenido un grave problema: hay muchas menos mujeres que hombres. Esto se debe principalmente al aplastante peso de la tradición, ya que tener una niña suele ser percibido por la familia india como una pesada carga: no sólo una niña representa menos mano de obra que un niño, sino que, sobre todo, la familia debe pagar una gran dote para poder casarla. Esta dote ofrecida a la familia del novio empuja a muchas familias pobres al endeudamiento, e incluso a la ruina. Esta tradición ha pesado durante mucho tiempo en el país y muchas niñas son asesinadas antes o después de nacer. De hecho, un número importante de hombres sigue viviendo en el celibato, lo que ha dado lugar incluso a un auténtico tráfico de personas que se dedican a traer mujeres de otros países asiáticos para que encuentren esposa. La inversión de esta tendencia se debe principalmente a la mejora de las condiciones de vida, a un mejor acceso de las mujeres a la educación y al trabajo, y a una modernización de las conciencias (sobre todo en las zonas ricas y urbanas). Sin embargo, la evolución de la sociedad india está siendo muy lenta. Aunque estas cifras invitan al optimismo, no hay que olvidar que el infanticidio femenino sigue siendo una realidad en varias regiones, sobre todo en algunos estados del norte. Aunque también está presente allí, el sur de la India se ve menos afectado por este fenómeno.