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Breve historia del cine nacional

Fue en 1904 cuando un francés, Paul Picard, abrió el primer cine del país, el Cinematógrafo de París. Situado en el 320 de la calle Victoria, el cine proyectaba noticiarios y películas internacionales, antes de la llegada de las primeras producciones locales. Fue también un francés, Gaston Méliès, hermano del conocido Georges Méliès, quien llevaría Singapur a la pantalla por primera vez. En 1913, hizo escala en la región y captó muchos momentos de la vida cotidiana local. Aunque las cuatro películas que Méliès rodó en Singapur desgraciadamente han desaparecido, sabemos que ya aparecían la mezquita Jamae y el espléndido templo Sri Mariamman.

En los años veinte, el cine se desarrolló en Singapur. El número de salas aumentó, y abrieron sus puertas salas legendarias como el Capitol Theatre, con capacidad para 1.700 espectadores, y el Cathay Cineplex. Ahora se pueden ver películas malayas, chinas y occidentales rodadas in situ, con actores locales. Se estaba desarrollando una auténtica industria, que volvió a repuntar después de la Segunda Guerra Mundial. Los estudios locales, el principal de los cuales fue fundado en 1924 por los hermanos Runme y Run Run Shaw, produjeron decenas de películas empleando técnicos chinos, malayos e indios. Y aunque pocas de estas producciones han llegado a sus oídos, han sido sin embargo grandes éxitos locales y regionales, muchos de los cuales pueden verse ahora en Internet. Seruan Merdeka o La llamada de la libertad (1947) es uno de ellos. Dirigida por Badar Singh Rajhans y con un reparto formado por numerosas estrellas de Bangsawan, esta película sobre los combatientes de la resistencia malaya fue un éxito de público y se distribuyó en India y el sudeste asiático. Este éxito llevó al cineasta independiente a ser contratado por los hermanos Shaw ese mismo año. Al mismo tiempo, también se desarrollaba el cine de terror, con algunos éxitos notables como Sumpah Pontianak o La maldición de Pontianak (1958). Inspirada en las leyendas de vampiros malayos, la película conquistó a los diversos públicos de Singapur con su historia y sus diálogos sencillos pero impactantes. Una pepita que merece la pena redescubrir, aunque sólo sea por sus nítidos efectos especiales.

En los años 60, tras la independencia de Malasia y luego de Singapur en 1965, la industria cinematográfica dio un vuelco. La producción malaya se replegó en su propio territorio, y los estudios singapurenses lucharon por mantener un ritmo de producción constante debido a la falta de apoyo institucional. Unas pocas películas consiguieron destacar entre la multitud, y sólo podemos recomendar Cleopatra, la pantera de Kung Fu (1978), un sorprendente cruce entre James Bond y el cine de artes marciales. Tras un paréntesis en los años 80, la década de los 90 vio la aparición de las primeras películas totalmente singapurenses. Eric Khoo, nacido en Singapur en 1965, rodó su primer largometraje, Mee Pok Man (1995). Esta película independiente, que narra el encuentro de un solitario vendedor de fideos con una prostituta, recorrió festivales internacionales y, al mismo tiempo, inició un renacimiento de la producción nacional. la siguiente película de Eric Khoo, 12 Storeys, fue seleccionada para Cannes.

Desde entonces, la producción local no ha dejado de crecer, apoyada por la Singapore Film Commission, fundada en 1998. Comedias escritas y dirigidas por el cineasta Jack Neo han tenido mucho éxito, como Money No Enough (1998), mientras que jóvenes cineastas han retomado el terror y el drama. En 2013, Ilo Ilo , de Anthony Chen, fue galardonada con la Cámara de Oro en el Festival de Cannes, prueba del renacimiento de la industria cinematográfica singapurense.

Cuando Hollywood llega a Singapur

Franceses, italianos, europeos y estadounidenses siempre se han sentido fascinados por el exotismo de Singapur. Con su reconocible horizonte y sus exuberantes paisajes, es natural que el cine siga invitándose aquí hoy en día. Crazy Rich Asians (2019), de John Chu, está ambientada en gran parte aquí y, por supuesto, se rodó en exteriores. Reconocerá fácilmente las estructuras de los Gardens by the Bay, las líneas elegantes del Marina Bay Sands, pero también la hermosa fachada del Raffles Hotel y la capilla CHIJMES, donde se celebra la boda de los dos protagonistas Colin Khoo y Araminta Lee. Impresionante éxito de taquilla, Crazy Rich Asians es una comedia divertida y entrañable que le pondrá en el estado de ánimo perfecto para aprovechar al máximo su estancia.

Si le gustan más las series, debe saber que dos grandes producciones de la HBO, Westworld y Euphoria, se rodaron en parte en Singapur. Y aunque, en el caso de esta última, habrá que esperar al estreno de la tercera temporada para conocer las localizaciones utilizadas, en Westworld ya se puede reconocer la isla de Pulau Ubin, así como muchos de los monumentos arquitectónicos de Singapur. El puente Helix, el LaSalle College of Arts, el ParkRoyal Collection Pickering Hotel y la calle Chinatown Food Street son escenarios de la tercera temporada que reconocerás fácilmente mientras sigues los pasos de Jeffrey Wright, Evan Rachel Wood y Tessa Thompson.

Ver películas en Singapur

Con más de 280 pantallas y cines para todos los gustos, no sabrá a dónde acudir, ya que el panorama cinematográfico de Singapur es muy rico. Si lo que busca es una experiencia puramente cinematográfica, diríjase al Shaw Lido. Con su pantalla IMAX, sus cómodos asientos y su tecnología inmersiva, se sumergirá en el corazón de las mejores películas de Hollywood. Y para una experiencia más íntima, o para descubrir el cine más independiente, diríjase a The Projector, un especialista en cine de autor donde también podrá disfrutar de cervezas locales y aperitivos sorprendentes. Por último, compruebe las fechas de su estancia. Quién sabe, quizá se tropiece con las alfombras rojas del Festival Internacional de Cine de Singapur Desde 1987, este acontecimiento acoge a miles de cinéfilos y promete grandes descubrimientos. Es la puerta de entrada perfecta para cualquier cinéfilo que visite Singapur.