Clima à Malte
Desde las temperaturas medias del aire y el mar hasta la cantidad de sol, Malta ostenta algunos de los mejores registros meteorológicos de Europa. Esto la convierte en un destino ideal durante todo el año, e incluso durante el invierno, cuando gran parte de Europa empieza a tiritar. La primavera es la época ideal, con sus suaves temperaturas y exuberantes paisajes verdes, sobre todo en Gozo, mientras que el verano es perfecto para nadar, disfrutar del ocio y asistir a las numerosas fiestas locales y de los pueblos. El invierno y el otoño son ideales para practicar senderismo y descubrir el archipiélago con toda tranquilidad, lejos de las grandes aglomeraciones turísticas. En cuanto a los deportes acuáticos, tenga la seguridad de que Malta puede ser su patio de recreo durante todo el año. Y como placer corolario, la ropa ligera estará a la orden del día sea cual sea la estación.
3.000 horas de sol
El clima de Malta es mediterráneo, con inviernos suaves y húmedos y veranos calurosos y secos. Sin embargo, la brisa marina y las estrechas calles de las ciudades y pueblos a veces hacen que el calor sea un poco más soportable. La temperatura media anual ronda los 23 grados durante el día y los 16 grados por la noche, lo que la convierte en una de las más cálidas de Europa. Las temperaturas alcanzan su punto álgido entre mediados de julio y mediados de septiembre, con máximas de 35 e incluso 40 grados durante el día en agosto y mínimas de 20 a 24 grados por la noche. Y en invierno, la isla también disfruta de buenas temperaturas, con una media de sólo 16 grados durante el día y 10 grados por la noche en enero. Para completar este panorama tan prometedor, debe saber que el archipiélago maltés disfruta de unas 3.000 horas de sol al año, una vez más uno de los niveles más altos de Europa. Las precipitaciones, por su parte, son bastante escasas, con una media de 583 mm al año. Pero si se topa con ellas, lo mejor es resguardarse, ya que pueden paralizar el tráfico y convertir las carreteras en canales. Suelen producirse en invierno, aunque el cambio climático hace que cada vez se produzcan antes, y adoptan la forma de fuertes aguaceros, lo que contribuye a los problemas de abastecimiento de agua de Malta, ya que la lluvia se escurre hacia el mar en lugar de hundirse en el suelo. Al mismo tiempo, los veranos sin lluvia son también los que más agua consumen. Aunque Malta depende de sus reservas subterráneas de agua dulce, extraídas de un sistema de túneles de agua, Ta kandja, situados a casi 97 metros bajo la superficie del suelo, su agua potable también depende en un 50% de la desalinización. La isla posee otro récord europeo de temperatura media del agua del mar: 20 grados, la más alta de Europa, temperatura que se supera alegremente durante los seis meses que van de junio a noviembre, alcanzando un máximo de 27 grados a finales de agosto y descendiendo hasta los 22 grados en noviembre. El viento que domina el archipiélago no sorprenderá a los habitantes del sur de Francia, pues se trata del mistral. El siroco, viento del Sur seco y cálido, sólo sopla al final del verano. Más problemático, el grigal, viento del noreste, provoca rachas y temporales marítimos. Si sopla, evite a toda costa salir al mar y pasear por los acantilados.
Cada estación tiene sus placeres
Con temperaturas del aire y del agua a menudo muy agradables, un sol excepcional y escasas precipitaciones, Malta es un destino que puede visitarse durante todo el año. No obstante, cada estación tiene sus atractivos particulares. Aunque se puede nadar en el mar de abril a octubre y disfrutar de deportes acuáticos todo el año, la mejor época para visitarla es sin duda la primavera. El sol está garantizado, pero aún no hace demasiado calor y la vegetación sigue siendo exuberante, sobre todo en Gozo, donde florecen las margaritas y los narcisos. El otoño también será muy agradable, con el mar aún cálido y lluvias esporádicas, más intensas en septiembre y octubre. El verano es, por supuesto, la época ideal para nadar. La vegetación se ralentiza y el color dominante de las islas es el ocre. El invierno, muy corto en Malta, es especialmente bueno para el senderismo, y si sopla el grigal, podrá admirar el espectáculo de un mar embravecido. Sea cual sea la fecha de su partida, hay algunos elementos esenciales que debe meter en la maleta: gafas de sol, sombrero y crema solar. Asegúrese de llevar ropa ligera para todas las estaciones, quizá con un poco de lana y, sobre todo, un buen calzado deportivo para caminar. Si va a la playa, es mejor que lleve calzado con buen agarre, ya que la playa suele ser rocosa. Y no olvide que durante la temporada alta turística, de finales de junio a mediados de septiembre, los precios de hoteles y restaurantes suelen duplicarse con respecto al invierno.