República Dominicana

Este pequeño bistró está dirigido por una pareja de quebequeses que le recibirán como en casa. Ocupa una cabaña de paja cerca del mar, en pleno corazón de este pueblo de pescadores. Es el lugar de encuentro de turistas, locales y trabajadores de la industria turística, por lo que es perfecto para obtener información cuando llegue a Bayahíbe. Un ambiente dinámico en un entorno sencillo. Desde el desayuno hasta las hamburguesas, pasando por el pez león, la especialidad de la casa que encontrará en varias recetas del menú, pregunte a los dueños cómo ha llegado este pescado a la carta. ¡Una historia de amor y odio! Buena cerveza local a presión. Servicio de bar.

Un restaurante sencillo de mariscos que, como todo lo bueno, requiere un esfuerzo. El local de Wilson es una humilde cabaña en la laguna de Cabarete. Para llegar, tome un largo camino de tierra que le llevará a la entrada de la laguna. Después, una pequeña embarcación le cruzará en cinco minutos. No hay menú: puede elegir entre cangrejos, el pescado del día o gambas (capturadas directamente en la laguna) al ajillo. Quienes lo conocen vienen de lejos, ya que es excelente, barato y nada turístico. Es posible reservar para un grupo por la noche.

El lugar para los vegetarianos y para aquellos que quieran comer sano y equilibrado. Esta bonita cafetería-restaurante, que sirve platos elaborados con alimentos frescos y orgánicos, se encuentra en el fondo de una pequeña galería comercial. Cada día ofrecen diferentes opciones de platos creativos, deliciosos y copiosos. Para acompañar su comida, tiene muchos smoothies en la carta. Una tienda de alimentación sana y productos biológicos completa esta propuesta, que merece una visita.

En la carretera hacia Jarabacoa, este pequeño puesto con aires del oeste americano es conocido en la región por sus ribs, costillas de cerdo ahumadas al estilo texano. Basta con echar un vistazo a la barbacoa para darse cuenta de que se lo toman en serio. Las costillas bien asadas se disponen en la vitrina (junto a un muslo de pollo ahumado y algunas guarniciones, como excelentes tamales en hojas de plátano). Elija la cantidad y déjese llevar por la felicidad en estado puro.

Esta hermosa playa salvaje acoge algunos puestos que preparan pescado o gambas a la parrilla al salir de la ciudad. Por supuesto, el pescado es fresco. Sin embargo, justifican todavía más el desvío el paisaje y la posibilidad de comer con los pies en el agua.

El Baia Lounge está dentro del lujoso complejo inmobiliario The Ocean Club. Le da la bienvenida entre la piscina y el mar, con una vista impresionante. Las especialidades mediterráneas homenajean el pescado en todas sus presentaciones: carpaccio, ceviche, sushi... Recomendamos particularmente el carpaccio de pulpo y el caracol de mar con mango. Una delicia. Existe la opción de comer en la piscina e incluso en la playa. Un bonito restaurante que recuerda más a Saint-Tropez o Capri que a Sosúa.

Está situado en el extremo oeste de la playa. Puede que lo pase de largo varias veces sin darse cuenta. ¡Sería una lástima! Es uno de los únicos restaurantes de la playa que no tiene bar y como está ubicado en el lado dominicano, recibe principalmente a familias locales que vienen a compartir pescados y mariscos. El restaurante no tiene ningún cartel. Es un edificio blanco con una gran cocina abierta a la playa y algunas mesas en el exterior. Su especialidad es el pescado, ya sea a la parrilla o frito, en mofongo con pulpo o gambas (un plato hecho con plátanos y ajo), o en paella o parrillada. Un local muy recomendable antes de pasar la tarde en la playa. Ofrece la posibilidad de comer directamente en las tumbonas, frente al mar.

Una docena de puestos y restaurantes se alinean en la fabulosa playa de La Ensenada. Cuanto antes llegue, más fresco será el pescado. Con un fondo de salsa o merengue, elija su lugar (el Dueña Elsa o el Diana Barbacoa, por ejemplo) y el pescado que desea comer (frito, a la plancha o en papillote con salsa criolla). Muchas familias dominicanas acuden aquí en tropel los fines de semana. Los vendedores ambulantes también ofrecen ostras y ensaladas de concha. Típico, encantador y barato.

Folclore 100% dominicano asegurado en esta amplia cantina dedicada al pescado y al marisco. La Pescadería Mora no ofrece una carta, sino un mostrador que presenta las especialidades del día: ensalada de pulpo o de conchas, pescado marinado (que luego se freirá), gambas al ajillo... tantos platos tentadores, servidos en generosas porciones. La sala suele estar llena a rebosar, lo que garantiza que el pescado esté siempre fresco Los platos se acompañan de una buena cerveza fría, una copa de vino o un zumo de frutas. Un servicio exitoso.

Sin duda, el restaurante más agradable de Montecristi, frente al mar. Sirve una cocina marítima sencilla, sin pretensiones y muy buena, con numerosos zumos de fruta a la carta.

Es un buen lugar para hacer una parada sobre la arena. El restaurante ofrece servicio de interior o exterior, directamente en la playa. Los propietarios, franceses, ofrecen una gran carta internacional y variada que puede acompañar con una amplia selección de vinos del mundo. La especialidad es la langosta (sobre todo a la crema), que siempre es fresca. No olvide el bañador, ya que hay tumbonas disponibles para la clientela justo enfrente. Ambiente francés inspirado en la famosa playa de St.Tropez, conocida gracias a Brigitte Bardot, a quien se rinde homenaje en este lugar paradisíaco.

Alejado del centro de la ciudad, el ambiente del Porto es fantástico. Su decoración exótica, realizada con madera y conchas, no deja indiferente a nadie. Michel es de Toulouse y reside en el país desde hace muchos años. Regenta este negocio y hace todo lo posible para que sus clientes abandonen su cabaña de lujo con una sonrisa en los labios: una bodega de excepción, un marco encantador, cocina creativa y fresca a base de pescados y mariscos del día combinados con magníficas recetas de ensaladas y otros pequeños platos elegantemente presentados. El lugar también es un bar de playa durante el día, y no podemos más que recomendar la caipiriña del chef, que se puede tomar en una tumbona o sentado en una cómoda silla de playa frente a las olas tranquilas de la playa exclusiva de El Portillo. De visita obligada.

Situado en el pequeño centro comercial Don Jorge, esta cafetería-restaurante con aire acondicionado es una excelente elección para comer productos frescos de la región, con numerosas opciones vegetarianas. La carta incluye ensaladas, hamburguesas, wraps y fajitas cocinadas de forma sana y equilibrada (fajitas de harina integral, por ejemplo). El lugar es también famoso por sus desayunos, así como por sus smoothies. En resumen, una muy buena alternativa en Jarabacoa.

Situada delante del hotel en la playa El Cortecito, esta terraza con vistas es un buen lugar para una cena romántica frente al mar. Se comen excelentes platos de marisco, pero los expertos vienen a probar las diferentes recetas de paella local. A pesar de su ubicación, el restaurante es asequible. El único punto negativo es la carta de vinos, con pocas referencias, que vienen principalmente de México.

Este restaurante español, abierto en 2019 y a dos pasos de la plaza de Boca Chica, ofrece una gran variedad de platos. En la sala interior o en la bonita terraza a la sombra, podrá degustar especialidades locales como los pescados a la parrilla, el pollo asado al vino o las habichuelas con almejas, pero la clientela viene sobre todo por las numerosas variedades de paella: pollo, pescado del día, mixta... todo el mundo encuentra la suya a un precio muy atractivo. Las raciones son muy generosas. Este restaurante tiene futuro en Boca Chica.

Este beach club tiene un ambiente a lo Marbella, acompañado por el sonido de las guirnaldas de conchas que se mueven con la brisa. Todos los domingos, las familias ricas de la capital y las celebridades locales se encuentran en este restaurante sobre pilotes, con música house de fondo, para degustar suculentos pescados, sushis, parilladas y mariscos. Se recomienda el famoso salmonete al estilo Boca Chica y la paella marinera. Desde 2015, en la planta superior, hay un bar de ostras y tapas, así como una sala para fumadores. Carta de vinos excepcional con más de mil referencias. También se puede tomar un cóctel por la tarde o por la noche. Hay DJ todos los sábados y domingos desde primera hora de la tarde.