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Bulgaria, un país con una mayoría ortodoxa cristiana

La mayoría de los búlgaros son ortodoxos. En el 865, el cristianismo se convirtió en la religión del Estado. El cisma entre católicos y ortodoxos data de 1054. Las diferencias fundamentales radican en que la Iglesia ortodoxa no reconoce la Inmaculada Concepción, rechaza el dogma de que el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo, y la existencia del purgatorio, y no acepta la supremacía del papa (que sigue siendo para ellos el obispo de Roma). Por otra parte, la Iglesia está sometida a la vida secular.

La Iglesia búlgara es autocéfala, dirigida por un patriarca, quien ejerce la autoridad suprema con el Santo Sínodo, que reúne a los metropolitanos, título dado a los obispos de las Iglesias orientales. Estos últimos son nombrados de por vida en una diócesis que solo pueden abandonar para ser promovidos a patriarca. La Iglesia cuenta con tres metrópolis, las de Sofía, Plovdiv y Gotse Delchev. La Iglesia búlgara está en comunión con las Iglesias ortodoxas ucraniana e italiana. Las diócesis están divididas en decanatos con varias parroquias y cada una de ellas está dirigida, según el derecho consuetudinario ortodoxo, por un sacerdote casado, asistido en las tareas administrativas por un consejo de laicos.

El actual patriarca de la Iglesia búlgara es el antiguo metropolitano de Ruse, Neófito. Este estrecho colaborador del difunto patriarca máximo fue elegido por el Consejo el 24 de febrero de 2013. Es un experto en canto litúrgico y un reconocido teólogo, que ejerció durante varios años como rector de la Academia de Teología de Sofía y, posteriormente, como decano de la Facultad de Teología de la universidad de la capital búlgara. Es un gran conocedor de las relaciones interortodoxas.

El 2 de marzo de 2018, con motivo de la celebración del 140 aniversario de la liberación búlgara del yugo otomano, la Iglesia recibió al patriarca de Moscú y de toda Rusia, Cirilo.

Más significativa aún fue la visita del papa Francisco al Santo Sínodo de Sofía el 5 de mayo de 2019. Durante un intercambio entre el patriarca Neófito y el papa Francisco, la tolerancia estuvo a la orden del día. Bulgaria fue el quinto país de mayoría ortodoxa en recibir al Santo Padre de los cristianos. En 2002, Juan Pablo II fue el primer papa que visitó Bulgaria.

La religión ortodoxa desempeñó un papel fundamental en la formación de la nación búlgara desde la cristianización en el siglo IX. Durante los años de dominación extranjera, la Iglesia búlgara siguió siendo la guardiana de la lengua y la literatura nacionales. Así, pues, la religión ortodoxa forma parte de la identidad cultural búlgara, al igual que el alfabeto cirílico. Además, el bautismo es el rito religioso más importante en la construcción de la identidad búlgara, razón por la cual el régimen comunista introdujo el «bautismo civil».

El islam, la segunda religión más practicada

Los cinco siglos de ocupación otomana de los Balcanes permitieron la expansión de la religión musulmana. Las autoridades turcas introdujeron el islam, a menudo por la fuerza, mediante la construcción de mezquitas y la rehabilitación de algunas iglesias para convertirlas en lugares de culto musulmán. Así, al igual que en Constantinopla, muchas iglesias se transformaron en mezquitas y las representaciones artísticas cristianas fueron destruidas y sustituidas por iconografía musulmana. Sin embargo, el islam que se desarrolló en la península balcánica estaba fuertemente inspirado en las culturas locales. En efecto, aunque las autoridades administrativas estaban en manos de los turcos que habían venido a instalarse en las regiones conquistadas, el poder otomano había favorecido inteligentemente la integración de las poblaciones locales, imponiendo la religión musulmana, pero sin negarse a modificar sus formas para adaptarlas a los nativos.

Tras la independencia, un buen número de mezquitas se transformaron en iglesias, algunas de las cuales recuperaron su finalidad original. En la década de 1980, el régimen comunista lanzó una gran campaña contra la religión musulmana, que llevó a muchos musulmanes al exilio, sobre todo a Turquía.

En la actualidad, Bulgaria cuenta con unos 900000 musulmanes de origen turco, concentrados principalmente en la frontera con Turquía, en los Ródope y en la costa entre Varna y Burgas. A ellos hay que añadir los descendientes de tártaros y de los famosos circasianos que, huyendo del avance de las tropas rusas en el Cáucaso en el siglo XIX, llegaron a formar bandas de soldados irregulares bajo mando turco (los famosos basi-bozuk del capitán Haddock) para sofocar con sangre los levantamientos búlgaros. Los 300000 pomacos son musulmanes búlgaros, descendientes de búlgaros étnicos convertidos al islam en el siglo XV.

El catolicismo

El catolicismo, prácticamente inexistente durante varios siglos, fue introducido en Bulgaria durante el período de dominio otomano por mercaderes sajones que comerciaban con el imperio. Desde el norte, los movimientos católicos se extendieron por todo el país y, aunque siempre ha sido una religión muy minoritaria, hay varias iglesias católicas en las principales ciudades del país. En 1884, los hermanos asuncionistas abrieron en Plovdiv el colegio San Agustín, un centro de enseñanza secundaria.

El judaísmo

Bulgaria cuenta desde hace mucho tiempo con una comunidad judía. Incluso hubo una reina judía, la reina Sara, esposa del rey Iván Alejandro, que gobernó en Veliko Tarnovo de 1331 a 1371. De esta unión nació el último rey de la Bulgaria medieval, Iván Shishman. En la Edad Media llegaron a Bulgaria judíos procedentes de Europa Central, los asquenazíes. En tiempos del Imperio otomano, el país acogió a varias comunidades judías, entre ellas las expulsadas de España por Isabel la Católica.

En el siglo XVII vivían en Sofía 15000 judíos. En el XIX, había una treintena de edificios de culto judío para las distintas comunidades, principalmente asquenazíes, que se habían asentado en las grandes ciudades. Se construyeron sinagogas en Sofía, Samokov, Plovdiv y Vidin.

Tras la liberación del yugo otomano, las autoridades búlgaras siempre se mostraron tolerantes hacia la comunidad judía, que vivía plenamente integrada, ejerciendo los mismos oficios que elegían. Como ya se ha dicho, Bulgaria, aunque estuvo del lado de Alemania durante la Segunda Guerra Mundial, nunca se mostró de acuerdo con la deportación de judíos, y muchos políticos, intelectuales y eclesiásticos búlgaros protestaron contra la discriminación antisemita. Muchos de ellos consiguieron marcharse a Israel en aquella época.

La sinagoga más grande de los Balcanes se encuentra en Sofía, cerca del mercado central. Fue construida por el arquitecto Friedrich Grünanger e inaugurada el 9 de septiembre de 1909 en presencia del zar Fernando.

La Gran Hermandad Blanca y otras religiones

Hacia 1918, el teólogo Peter Deunov creó el movimiento conocido como Gran Hermandad Blanca. Este grupo es, de hecho, una secta que cree en la reencarnación de las almas y en la espiritualidad de los objetos. Esta religión concede gran importancia al Sol y organiza danzas de invocación que sorprenderán y divertirán a los turistas curiosos. Cabe señalar que la secta se ha extendido por Occidente, con algunos adeptos famosos como el fallecido Paco Rabanne, por ejemplo, y está presente también en España.

Otras minorías religiosas presentes en Bulgaria son los protestantes, los metodistas, los baptistas, los congregacionalistas, los pentecostales y los adventistas. Estos movimientos aparecieron en los años ochenta, pero el número de seguidores sigue siendo anecdótico.

Algunas supersticiones de los búlgaros: cuando brindan, tienen que mirarse a los ojos; cuando pierden a un ser querido, en el funeral dicen las palabras Bog da go prosti («Que Dios lo tenga en su gloria»); para evitar la mala suerte en cualquier acontecimiento, tocar madera es una práctica habitual, igual que hacemos nosotros.