LA VIEILLE AUBERGE
leer másSi te gustan los menús obreros que llenan el estómago, no vacien la cartera y permiten disfrutar de entrantes, platos y postres que han demostrado su valía (buffet de fuera de obra a voluntad, buey de borgoña, salchicha de col, anacillette, crema caramelo…), ir a almorzar en La Vieille Auberge, en medio de trabajadores manuales. que trabajan en los astilleros de Bourgneuf o en los alrededores. La gran sala evoca el pasado con su embaldosado "black and white" y el menú del día da toda satisfacción, así como el vino de mesa que te espera cerca de tu plato. Caseras, las patatas fritas son deliciosas y se dice que si uno se escucha, se le pediría una ración suplementaria. Pero hay que guardar espacio para el queso y el postre… Cabe destacar que el establecimiento también cuenta con un hotel y siete cómodas habitaciones (sencilla: 30 euros por noche, 36 euros la doble, 4,20 euros el desayuno).
LE GRENIER À POPOTE
Restaurante que sirve platos sencillos y sin complicaciones con productos ...leer más
L'AROMANCE
leer másEn 1997, Franck y Patricia Saulnier, en lugar de la antigua carnicería, crearon el Aromance, un nombre que reúne el Aroma y el romance. Este restaurante del barrio de la Prefectura, renovado del suelo al techo en 2006, sirve una «cocina burguesa» tan original (tian de berenjena en cabra fresca, esparceina con la effilosal de pato confitado…) que tradicional (blanqueada de ternera…). En definitiva, se come muy bien y la acogida de Patricia es sonriente y atento. De 18,50 a 28 euros, los menús tienen la buena idea de integrar el vino (y así evitar, al final de la comida, algunos pequeños cálculos imprevistos…). A mediodía, los Saulnier proponen también un plato del día (8,50 euros) y unas fórmulas a 10,70 euros y 12 euros.
LE PETIT PERIGORD
Restaurante con terraza de cocina tradicional y hamburguesasleer más
À LA BONNE AUBERGE
Restaurante con menús de calidad donde la carrillada de ternera es la más ...leer más
LE CHEMIN DE FER
leer másA partir de la salida de la estación de Laval, los visitantes tienen la dirección de comer, basta con mirar hacia delante al salir del vestíbulo de la estación. El hotel, bar, cervecería, el ferrocarril, atado por los agradables Alain y Joëlle Roger, te propone arrestarte para beber un godet o disfrutar de la comida rápida in situ (huevos mimosa, steack-patatas, jamón frito). Los gerentes también disponen de ocho habitaciones renovadas para aquellos que deseen continuar la estancia.
LA BONNE TABLE
leer másLa buena mesa se encuentra en dos prestaciones. La del mediodía propone una fórmula obrera de lo más asequible con un bufé frío en entrada y a modo de resistencia tres opciones de carne (como un salpicadillo de ternera, riñones de cerdo o una ternera borgoñosa) y tres opciones de forros (entre ellas patatas fritas y ensaladas). También se incluye un queso, un postre, un café e incluso una copa de vino. Por la noche, el restaurante se transforma en pizzería que funciona a la carta. También se proponen pasta. Los gerentes, Sandrine y Frédéric le Mene pueden acoger hasta 60 personas por servicio. Cabe destacar que todo el restaurante que antiguamente albergaba una tienda se renovó totalmente en un estilo moderno con paredes blancas y rosa frambuesa.
LE PAVILLON NOIR
leer másDesde su apertura el 7 de junio de 2014, el pabellón negro, cuyos administradores trabajaban en el restaurante conocido La mesa redonda a cambio, propone todos los días un menú obrero que cambia todos los días para no cansar a los clientes. Los gerentes del restaurante también proponen platos más elaborados los fines de semana con un crouestadio de Parné en Roc o un torneo de aves de corral a Andalucía o incluso un ballet de ceniza con crema de mantequilla vainilla. Un viernes por la noche se organiza una velada temática en el restaurante de ambiente casi familiar. Velada beaujolais, velada tartiflette, hay para todos los gustos. Hay que destacar que el pabellón negro también sirve de depósito de panes y de periódicos por la mañana.
L'ENVOL
leer másEl Envol, creado en 2011 por el fundador del Warner, está cerca del Zoom de Derbré (rotondo Presidente), en el edificio que alberga también El Licil de Pierre. La sala es-como el bar- inmensa y también incluye una planta. Todo este espacio tiene al menos un mérito: permitir hablar con su vecina sin ser oído por su vecino más cercano… En cuanto a la carta, es un poco La Samaritaine, ya que hay todo. Las "big ensaladas" y cinco tipos de hamburguesas, crepes y pizzas, tortas y moldes-fritas (una versión en el chorizo-Andalouse-que huele demasiado poco a este último por la crema), una "esquina del carnicero" y de los peces, sin olvidar los cortes de hielo bastante copiosos (La Bretona es perfecta). En verano, la terraza permite fumar un cigarrillo bebiendo su café sin tener que dejar su lugar…
LE PETIT SAINT-VÉNÉRAND
Restaurante con una pizarra diaria de nuevos platosleer más