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El Islam y la vida cotidiana

La vida espiritual de los mahorais está codificada por las obligaciones diarias, las prácticas litúrgicas y el respeto a los "cinco pilares" que son la profesión de fe (o chahada), recitada cada día a la hora de la oración; la oración ritual, cinco veces al día. Los viernes, la oración de la hora media es dirigida por un imán (que significa "guía"), que predica a la congregación reunida. La hora de la oración es anunciada por el almuédano, que se oye en todos los pueblos de la isla. El tercer pilar es la limosna legal, llamada zakat. Esta caridad es un medio para ayudar a la población necesitada y se practica todos los días, pero encuentra su máxima expresión durante el Ramadán, en el momento de la ruptura del ayuno, cuando conviene ofrecer alimentos a los necesitados. Por lo general, las limosnas representan el 5% de los ingresos y se destinan más a la construcción de mezquitas que a los pobres. El cuarto pilar es el Ramadán. Desde el amanecer hasta el atardecer, los creyentes deben abstenerse de comer, beber y fumar, y también deben ser castos. Los enfermos, las mujeres embarazadas y los viajeros están exentos. El ayuno musulmán, aunque árido durante el día, da lugar a grandes festividades por la noche, pues el Ramadán es ante todo un mes de alegría; en efecto, se celebra la revelación que descendió de Dios y dio el camino a la humanidad. El mes de ayuno concluye con una fiesta, el Eid al-Fitr. Por el bien de los que están ayunando, ¡evita fumar, beber o comer en público! Finalmente, el último pilar: la peregrinación a La Meca, que debe realizarse una vez en la vida de todo musulmán que pueda permitírselo.

Figuras importantes del Islam en el archipiélago

Entre los títulos que hay que conocer antes de ir a la isla está el fundi. Es un profesor coránico que trabaja en la escuela coránica o en las madrasas. Es muy respetado y escuchado. Otra figura importante es el cadí. Juez y guardián de la ley coránica, resuelve los litigios de propiedad y de derecho civil. El "tribunal supremo" de la justicia musulmana estaba dirigido por el gran cadí en Mayotte; el cadí y el gran cadí eran asalariados del gobierno francés y nombrados por el prefecto, pero la evolución institucional de Mayotte ha puesto fin a sus misiones tradicionales de regulación de la sociedad, lo que plantea la cuestión de su papel en la sociedad mauritana actual, puesto que la nueva ley ya no aprueba la justicia cadí. Hoy los cadis son más bien mediadores. Más conocidos son el imán, que dirige la oración, y el almuédano, que le asiste y llama a la oración desde lo alto del minarete.

La escuela coránica de Mayotte

La escuela coránica de Mayotte está presente en todos los pueblos y es allí donde el fundi imparte sus lecciones y donde los mahorais aprenden a descubrir el Corán y a aprender de memoria algunos de sus versos. Tiene lugar todos los días, excepto el viernes, que es el día sagrado para los musulmanes, de 5:30 a 6:30 de la mañana (antes de ir a la escuela pública a las 7:00), y luego por la tarde de 3:00 a 4:00. Además, hay que tener en cuenta que no hay días festivos. El fundi (profesor) se ocupa de los niños durante unas 21 horas a la semana. En el pasado, las madrasas acogían a niños mayores que acababan de salir de la escuela coránica. Los fundi solían ser recompensados en especie y ocasionalmente en metálico. Sin embargo, se observa que las escuelas coránicas están desapareciendo, porque en cada pueblo hay ahora madrasas más modernas con aulas más cómodas que las escuelas coránicas más básicas. No son gratuitos y el Corán lo imparten profesores que han estudiado y que ofrecen un horario más adecuado para los niños. Algunos mahorais pueden incluso ir al extranjero, a países árabes, para continuar sus estudios religiosos.

Una minoría cristiana

En Mayotte, el cristianismo es practicado por una minoría de la población, compuesta principalmente por metropolitanos, pero también por una parte de la comunidad malgache, criollos de origen de la Reunión y también mahorais convertidos desde hace 3 o 4 generaciones. En Mayotte, en Petite-Terre, se encuentra la iglesia de Saint-Michel, cuyos cimientos datan de 1849, y que está junto al hospital. La segunda, Notre-Dame de Fátima, está en Mamoudzou. Por último, en Kawéni hay una iglesia evangélica internacional que solicita su adscripción a la Iglesia Protestante de Francia. La misión católica comenzó en 1841 en Mayotte, al principio de la presencia francesa, dependiendo inicialmente de la Prefectura Apostólica de Madagascar. Se instaló en Mamoudzou en 1857 con 50 alumnos.

Un nacimiento muy codificado

El nacimiento de un bebé no es un asunto trivial en Mayotte: al nacer, el padre u otro miembro de la familia imita al almuédano (llamada a la oración) sujetando la oreja derecha del recién nacido. Esta acción de gracias es la primera participación del niño en el acto religioso. El recién nacido no debe salir de la casa familiar hasta que el astrólogo fundi haya dado su aprobación; esto es para evitar encuentros con espíritus malignos. Durante este periodo sólo se permite la visita de la familia. Se coloca un espejo en la cuna para alejar a los demonios que intenten acercarse al bebé: ¡la visión de la propia imagen asusta al diablo! En cuanto a la mujer, no debe salir durante 40 días y las relaciones sexuales están prohibidas. No puede salir y "volver a casarse" con su marido hasta el cuadragésimo primer día después del parto y sólo después de haber tomado un baño ritual para purificarse.

Miedo a los Jinn

Durante su estancia en el archipiélago, seguramente oirá hablar de los djinns (se pronuncia "dzinns") o espíritus. La creencia en estos espíritus, originarios de las tradiciones de Sakalava (Madagascar), es muy fuerte en el archipiélago. A veces malignos, pueden apoderarse de las personas y hacerles cometer actos reprobables o inexplicables. Así, cuando una persona está habitada, se intenta por todos los medios ahuyentar al djinn que la habita mediante rituales u ofrendas, y redirigirlo hacia otro cuerpo, a menudo el de un pollo, o si se es malévolo, hacia otra víctima. Cabe señalar que también se puede invocar a los djinn para pedir cosas positivas, como la lluvia, la buena fortuna o una buena cosecha. Así, ciertos lugares (playas, cascadas) se utilizan regularmente para las ceremonias, los pollos y las velas son un testimonio de ello, ¡así que no seas supersticioso!