Los mejores restaurantes LE CAMINO FRANCES

En la famosa y concurrida calle Laurel, este popular bar es famoso por sus pintxos de setas. Se cocinan a la plancha y se coronan con una gamba pequeña. Simple y eficaz. De hecho, no puedes equivocarte, ¡el letrero del bar representa una seta y dos gambas! Por supuesto, este pintxo no es el único de la carta, y le espera una amplia selección. El ambiente es relajado, mezcla de lugareños, peregrinos y turistas. Un muy buen lugar para conocer todo tipo de gente al borde del Camino de Compostela.

Probablemente uno de los mejores restaurantes de Ponferrada. Ofrece especialidades leonesas, elaboradas con muy buenos productos. Tanto la carne como el pescado son deliciosos. En la carta, sugerimos la lubina salvaje de la Ría al horno o el chuletón de buey a la plancha. También puedes elegir el menú del día donde tendrás diferentes opciones de platos. Hay una gran variedad de vinos para acompañar los platos. Los postres caseros son igual de deliciosos. Ambiente familiar y servicio atento.

Típica, ruidosa y siempre llena, esta taberna es el lugar perfecto para probar las especialidades burgalesas en forma de tapas y raciones. Imprescindible: ¡la morcilla y el capricho de Burgos! También puedes disfrutar de croquetas, setas a la plancha, calamares fritos o huevos revueltos. Las raciones son generosas y el precio es inmejorable. Detrás de la barra y en el comedor, los camareros trabajan con rapidez para satisfacer a la clientela local. Un clásico en Burgos!

Restaurante muy frecuentado por los habitantes de Burgos. Comida típica castellana, en un entorno rústico.

Ubicado en un antiguo taller de reparación de coches, este local ha sufrido una meticulosa y premiada reforma para convertirse en el establecimiento de moda que es hoy: Trastienda del Colmado. El ambiente industrial no resta calidez al lugar, ya que el restaurante sirve una cocina de fusión entre la gastronomía navarra y las influencias latinas. El local también es famoso por su bodega y por sus exitosos cócteles.

Buena relación calidad-precio en este excelente restaurante, que utiliza productos de temporada para preparar platos creativos y deliciosas carnes a la brasa. Algunas de las especialidades de la casa, para abrir el apetito: milhojas de foie gras, manzana y queso de cabra; pulpo a la plancha y patatas confitadas al pimentón; bacalao con espárragos salteados... Tostada francesa con salsa de vainilla o brownie con fondant de chocolate blanco de postre... La decoración, sobria y moderna, ofrece un entorno muy agradable en pleno centro histórico de Pamplona. Una dirección magnífica

En los platos, una cocina típica vasca, elaborada con productos de temporada. Las especialidades del restaurante son el bacalao al pil-pil y las carnes a la parrilla (ternera a la parrilla con salsa de roquefort, pato confitado con manzanas agridulces, carrillada de cerdo con salsa de vino tinto), todo ello regado con una botella de sidra, por supuesto. Si le apetece un poco más, déjese tentar por uno de los postres de la casa: crème brûlée de miel, flan de castañas o sorbete de mandarina con cava

La Casa Manolo es un restaurante tradicional que ofrece cocina regional de muy buena calidad: arroz a la marinera, lasaña con foie gras, gambas con guindillas, las preparaciones del chef apelan a los cinco sentidos y los satisfacen casi siempre! Tres menús y, a la carta, una quincena de entrantes, una decena de platos de mariscos y otros tantos de carne. Los postres, más clásicos y también disponibles en unas quince versiones diferentes, no son decepcionantes. Descubra las tradiciones culinarias de Navarra!

Es un típico caserío, donde la cocina es vegetariana y elaborada con productos de temporada. Teniendo en cuenta la calidad, los precios son muy razonables. Los dulces caseros son deliciosos. Sarasate es una buena opción para variar los placeres.

Situado en la famosa calle de la ruta del Encierro, este bar sirve deliciosos pintxos, a los que el propietario gusta de llamar "cocina en miniatura". Es un asunto familiar, el negocio se remonta a 1956, y se puede sentir que los productos están cuidadosamente seleccionados: en un ambiente nada silencioso, se puede disfrutar de todo tipo de deliciosos platillos, desde croquetas, hasta porciones de calamares fritos, desde huevo escalfado con salsa de espárragos hasta tablas de embutidos navarros... ¡Atmósfera popular y jovial!

Fundado en 1888 en la emblemática Plaza del Castillo, este suntuoso café-restaurante fue frecuentado por Hemingway, a quien rindió homenaje en el "Rincón de Hemingway", un lugar mágico para tomar un café o un aperitivo. Allí también puede almorzar o cenar cómodamente sentado en el interior o en la terraza. Los enormes y finamente trabajados espejos, las gruesas columnas de Art Nouveau en el centro de la gran sala, la profusión de molduras y candelabros en el techo, todo aquí es romántico. ¡Altamente recomendado!

Los hermanos Idoate preparan platos contemporáneos inspirados en recetas tradicionales navarras y en productos de temporada, cuyo trabajo ha sido galardonado con una estrella Michelin. A pesar de la apariencia un tanto forzada de la habitación, el servicio es muy agradable y relajado. Algunas sugerencias: combinación de tataki y tártaro con atún rojo, aceite de sésamo y emulsión de wasabi; lenguado silvestre asado en madera de nogal; patas de cordero guisadas; filete de ternera a la parrilla con foie gras, yuca asada y salsa de uva... Una presentación espectacular. Espléndidos postres.

A la entrada del centro histórico, un elegante y contemporáneo restaurante que en treinta y cinco años de buen y fiel servicio se ha convertido en un referente gastronómico del paisaje pamplonés. En un ambiente donde predominan la madera clara y los colores sobrios, el restaurante ofrece cocina navarra de autor y una excelente carta de vinos. El menú se basa en productos locales y de temporada y cambia regularmente. Finalmente, el servicio es ejemplar y muy cuidadoso. Una dirección muy recomendable. Por la noche, no te olvides de hacer una reservación

El restaurante La Cepa se encuentra en el primer piso de un edificio en la Plaza de los Fueros, en un ambiente contemporáneo e íntimo. Es el mejor lugar de la zona para disfrutar de un copioso y sabroso "menú del día". A la carta, muchas de las especialidades de la región que honran los productos autóctonos, como los cogollos de Tudela, los piquillos de Lodosa o los famosos espárragos de Navarra. Ya seas un conocedor de la carne o el pescado, vegetariano o carnívoro, salado o dulce, la Cepa tiene algunas buenas cartas bajo la manga.

En el corazón de la calle Laurel, lugar de encuentro ineludible para los amantes de las tapas, el bar Torrecilla es famoso por sus pintxos preparados a la carta, especialmente el elaborado con foie gras fresco a la plancha, servido con mermelada de cebolla y queso de cabra. El pintxo de solomillo con salsa de miel y mostaza, el pintxo de magret de canard (pechuga de pato) o las zamburiñas a la plancha son también los favoritos. ¡Todo esto, por supuesto, está acompañado de una fina selección de vinos!

Un bar centenario donde probar el matrimonio, un pintxo en forma de minibocadillo con anchoas marinadas y pimientos verdes. Una fachada bien decorada y un interior con un claro sabor local. Buena selección de vinos, en su mayoría locales, y cervezas. Personal amable que recibe a los clientes con bonhomía y que parece haber hecho de la acogida una misión sagrada. Buena comida y diversión, ¡qué más se puede pedir de la vida nocturna de Logroño!

Este asador situado en la parte moderna de la ciudad ofrece su decoración rústica a los aficionados a la brasa. Paredes de ladrillo rojo, mesas de mantel blanco, y un ambiente familiar que apreciarán! La casa es famosa por su chuletón a la parrilla. Pero también disfrutará de excelentes especialidades locales, como pimientos del piquillo, sopa de ajo, tortilla de bacalao, y de postre, la típica cuajada o goxua.

Una prestigiosa mesa dedicada a la cocina japonesa, premiada con una estrella Michelin. El chef Félix Jiménez, un niño de la localidad, se formó en Japón para aprender el arte del sushi, cuyos secretos trajo a su tierra natal. Su cocina es refinada, precisa y respetuosa de la tradición y hará las delicias de los aficionados al género. Sin mencionar el placer de cenar alrededor del mostrador, en pequeños grupos, mientras se observa al maestro trabajando Tengan cuidado, los lugares son caros: ¡es esencial reservar con anticipación!

Una dirección gastronómica en el corazón del centro histórico, alojada en un antiguo palacio del siglo XVI. Su gran comedor y sus salones privados, con una decoración renovada, están repartidos en varios niveles. A la carta, disfrutará de una excelente cocina tradicional elaborada con productos de temporada: alcachofas con jamón, pochas y costillas de ternera a la parrilla acompañadas de una fina selección de vinos regionales (unas 200 referencias a la carta). Decoración despejada y hermosas vistas de la iglesia de San Bartolomé.

En el origen de este restaurante de vanguardia: Iñaki, natural de Laguardia, y Carolina, de Ecuador. El joven dúo imaginó este elegante restaurante, donde sus respectivas culturas se fusionan a través de platos inventivos y personales, ejecutados con una técnica impecable. Según las estaciones, probará por ejemplo vieiras marinadas, un carpaccio de gamba con avellanas, lasaña con puerros, calamares y crema de jengibre, un cochinillo confitado... Para los amantes de los nuevos sabores, con un toque de exotismo!

Decoración de diseño, y una hermosa puesta en escena de los vinos, que aquí están en la parte superior de la factura! En esta dirección de moda, el chef Aitor Esnal prepara platos de temporada con influencias asiáticas, teniendo mucho cuidado en su presentación. Según el mercado, alcachofas a la parrilla con jamón ibérico, un tataki de salmón con quinoa, mejillones de jengibre salteados en un wok... El lugar, moderno y en el aire del tiempo, alberga todo tipo de eventos (afterworks, DJ sets), lo que también lo convierte en un buen lugar a la hora del aperitivo!

Situado en un bonito espacio, es uno de los buenos establecimientos del barrio de San Pedro. También aquí se profesa el respeto a la tradición, combinado con un toque de innovación. Pero no bajo el liderazgo de un solo chef, porque al lugar le gusta reivindicar el trabajo en equipo. Sus especialidades, a la carta (besugo a la sal, entrecote o lenguado ala plancha, vieras, bacalao, chuletas de cerdo, ...) o en un menú del día que incluye dos platos, una copa de vino y café (tortitas con guarnición de marisco o croquetas de bacalao, ...). O, sumergiéndonos en las tapas y raciones que ofrecen: pimientos de Padrón, revuelto de gambas y puntas de espárragos.

En esta pequeña taberna con decoración marinera podrá disfrutar de deliciosos pescados y mariscos, cocinados con un toque de creatividad. La carta es sencilla porque los productos son frescos y de buena calidad.

En la carretera de Zubiri a Larrasoaña, en un hermoso caserío de carretera, hay una dirección sorprendente que hará las delicias de los buenos gourmets En la planta baja, el lugar parece un típico bar de pueblo, con su mostrador y mesas de madera. Es arriba, en el área del restaurante, que el chef David Yárnoz hace maravillas Cocina delicada e innovadora, para ser disfrutada en un ambiente rústico y auténtico: esta es obviamente la mejor dirección de la zona. Los apetitos fuertes optarán por uno de los dos menús de degustación (12 o 14 platos).

Un buen lugar para deleitarse con la carne a la parrilla Este tradicional asador agasaja a sus clientes con costillas de ternera a la brasa, cordero y cochinillo. Un entorno tradicional encantador, donde incluso se puede probar la sidra servida directamente de la kupela (barril). Algunas sugerencias de platos para hacerse una idea del lugar: pimientos del piquillo a la brasa, alcachofas salteadas o terrina de foie gras, solomillo de ternera... El restaurante también ofrece el típico menú de sidrería a base de chorizo a la sidra, tortilla de bacalao y costilla de ternera. Un verdadero placer

Bar-restaurante abierto a partir de las en semana que propone desayunos y un menú del día a 10 euros con bebidas y café incluidos. 

Es en un edificio histórico -a su vez residencia del abogado Antonio Méndez de Lara y luego del boticario Diego de Lara- situado justo al lado de la catedral, el parador y la plaza del ayuntamiento donde Los Caballeros se instalan desde 1991 y se convierten en una referencia culinaria en la ciudad. El menú incluye especialidades locales a base de cordero, bacalao... ¡Suculento! Y como extra, buenos postres caseros y una amable acogida.

Restaurante situado en el corazón del pueblo, frente al frontón, que propone una cocina tradicional sin pretensiones. Agradable terraza.

Bar-restaurante sin pretensiones que ofrece cocina regional y un menú diario para reponer fuerzas. El menú incluye pescado de calidad y carne a la parrilla. El entorno no parece el de una cantina popular, ¡pero el sabor está ahí! Una gran variedad de pintxos, estas especialidades españolas que son primas de las tapas, pan con diversos acompañamientos, todo ello sostenido en mini pinchos de madera. También una buena selección de cervezas locales e internacionales, así como algunos vinos locales.

Situado en la esquina de una calle, El Molino sirve tanto de restaurante como de cafetería para los viajeros. El establecimiento, frecuentado tanto por vecinos que lo han convertido en su comedor como por peregrinos y otros viajeros de paso, sirve tapas, bocadillos, especialidades riojanas y un completo menú con entrante, plato principal, postre y bebida. ¡El lugar fue completamente renovado en 2016 y tiene una bonita decoración contemporánea! Buena relación calidad-precio y ambiente relajado.

Este restaurante tradicional ofrece un menú abundante en una bonita sala típicamente castellana con vigas a la vista y piedra. En torno a grandes mesas, podrá disfrutar de una buena cocina regional, sencilla y honesta. El restaurante forma parte del Hotel La Posada de Castrojeriz, donde encontrará habitaciones confortables y decoradas con gusto, así como el albergue de peregrinos que lleva el nombre del restaurante. Todo está magistralmente dirigido, con una organización impecable, y la acogida es amable y sonriente.

Ubicado en un antiguo hospicio de peregrinos que lleva en funcionamiento desde principios del siglo XVI, este encantador restaurante está regentado por la familia Rayón desde la década de 1970. José se encarga de la cocina y Álvaro es jefe de sala y sumiller. En un entorno castellano, podrá disfrutar de una deliciosa cocina tradicional, y en particular de buenos productos de caza (paloma, perdiz, becada...). El edificio en sí es magnífico y está arreglado con gran esmero. Una dirección muy auténtica y de lujo.

Situado en el edificio del Hotel Conde Luna, a las puertas del Barrio Húmedo, este restaurante se ha ganado una sólida reputación en la ciudad. Ofrece una cocina regional renovada basada en productos de temporada, inspirada en las recetas tradicionales de la zona. Con los embutidos leoneses, las verduras frescas y las carnes de la zona se preparan excelentes especialidades como el lechazo asado, el cocido leonés (todos los jueves) o el guiso de jabalí y judías. El personal también es atento y aconseja bien.

A 50 metros de la catedral y del Palacio Gaudí, un restaurante con una decoración rústica y cálida, famoso en toda la ciudad por su cocido maragato, una especie de guiso relleno de col, garbanzos, carne y embutidos. ¡Muy abundante! La oferta gastronómica se completa con otros platos tradicionales, igualmente deliciosos. La carta incluye excelentes carnes rojas de la sierra del Teleno, setas rellenas de queso de Valdeón y trucha con salsa de cebolla. Hay una buena selección de vinos locales.

Una acogedora taberna en la calle de Avellanos, una animada calle del centro histórico de Burgos. En una decoración rústica de paredes de piedra y ladrillo y jamones colgados, te sirven -con una sonrisa hasta cierto punto- excelentes pinchos como bolets a la plancha, espárragos blancos o crema de calabaza y pequeños bocadillos de jamón. En el restaurante, la casa también es famosa por sus carnes a la brasa y su amplia gama de embutidos y quesos ibéricos. Por no hablar de su excelente carta de vinos

En el centro histórico de Pamplona y en el interior del mercado de Santo Domingo, un lugar popular para peregrinos y pamploneses, el restaurante Hamabi se encuentra en la primera planta. Un restaurante que recrea desde una perspectiva moderna los platos que se servían en los antiguos mesones de la vieja Iruña. En Hamabi, que también ha sido galardonado con un sol Repsol, encontrarás 2 propuestas: Comida de Familia, recetas populares llenas de historia, servidas con el refinamiento de la gastronomía moderna y Serendipia: su menú gastronómico.

A un paso del Parque del Espolón, este restaurante tiene una decoración muy diseñada y respetuosa con el medio ambiente, con grandes mesas de madera reciclada y paneles de colores. Diseñado por el prestigioso chef Francis Paniego, el restaurante muestra los productos de la región, especialmente las verduras: alcachofas confitadas, pimientos de La Rioja, la típica menestra... También un buen arroz con conejo y setas, y de postre, prueba la tosta de queso de Cameros. Un lugar moderno, para una cocina en el espíritu de los tiempos.

Un hermoso establecimiento de tres pisos, diseñado en torno al tema del vino y la gastronomía local. En la planta baja es muy agradable probar algunos pintxos, pero apreciamos especialmente el espacio de la "Vinoteca" en la planta superior, cálida y contemporánea con sus grandes mesas de madera y estantes llenos de vino. Este espacio acoge regularmente degustaciones para promover los vinos de la región. Como acompañamiento, se ofrecen buenas tapas y raciones a la carta. ¡El menú del día también es una buena opción!

Desde la calle, su cartel en forma de hongo anuncia la especialidad del lugar Una verdadera institución en Logroño, este pequeño bar es famoso por su pintxo a base de setas preparado a petición del cliente... y a un precio modesto. Desde 1972, el bar se ha especializado en la preparación de este simple pero delicioso pintxo: tres champiñones asados a la plancha, pegados con un palillo en una rebanada de pan, y cubiertos con un camarón. Todos los días, una legión de devotos se reúnen allí a la hora del aperitivo

En el corazón del Barrio Húmedo, un restaurante rústico que ofrece cocina de mercado con los mejores productos locales. La carta incluye especialidades regionales como la cecina de León y los pimientos del Bierzo. Y también carnes, como el secreto de cerdo ibérico con vinagreta de miel o el cordero al horno con patatas y pimientos cocidos a fuego lento. Por supuesto, estos platos deben ir acompañados de un sabroso vino local. Una visita obligada

Un clásico, cerca de la Plaza Mayor. Este restaurante tradicional ha sido dirigido por la misma familia durante cinco generaciones, desde finales del siglo XIX. Sirve abundantes raciones de cocina maragata, como un contundente guiso, jarrete de ternera o congrio al ajillo. Excelentes postres caseros como los irresistibles eclairs de chocolate o su flan de chocolate blanco. Planea una siesta después para facilitar la digestión. El establecimiento también dispone de un pequeño hotel con habitaciones bien acondicionadas.

Situado en la animada calle de San Lorenzo, este establecimiento es una de las referencias de la ciudad por su cocina tradicional con un toque vanguardista. Sirve tapas originales y sabrosas: huevo con trufa y setas, tataki de atún con salsa de soja, foie gras a la sartén con mermelada de mango, morcilla con salsa de piquillo... No te quedes sin ir, de hecho el establecimiento ha sido premiado por sus tapas en 2018 y 2019. Buenas referencias en materia de vinos. Una interesante parada en la ruta de las tapas de Burgos

Cerca de la Plaza Mayor, un bonito bar para comer tapas, pinchos, cazuelitas acompañadas de vinos tintos de Rioja. Aquí podrás probar las tapas más representativas de la gastronomía burgalesa, como el cojonudo, una rebanada de pan con huevo de codorniz frito, guindilla y chorizo frito. También hay tablas de embutidos y quesos, así como hamburguesas y sándwiches. Puede sentarse en el gran bar de la planta baja o en uno de los comedores de la planta superior. Muy ruidoso, muy típico y la comida es buena.

En un callejón antes del arco de la catedral, pequeño restaurante coqueto, decorado con flores secas y capas, con una zona de terraza íntima en verano. A la carta, pescados y quesos. En el bar, pequeños platos de chorizo cocido, pirpirones, clovisses.

Muy bonita sala, lujosa y amplia, con bóvedas y tonos marfil. Además de los recelos típicos de Burgos, hay muchos platos de cocina moderna y postres deliciosos. Por el precio, vale la pena.

Aunque el Hotel Pamplona Catedral se encuentra en un antiguo convento del Casco Viejo de Pamplona, su restaurante, llamado La Capilla, ocupa la antigua capilla. La arquitectura original del lugar sagrado se ha conservado completamente, con su corazón y sus vidrieras meticulosamente trabajadas, mientras que las paredes, el suelo y el techo son inmaculadamente blancos, creando una atmósfera visual única. En este inusual escenario, se puede disfrutar de una cocina tradicional revisada y presentada con gran cuidado. ¡Una experiencia muy original!

Durante muchos años, el restaurante Josetxo ha sido un punto de referencia en Pamplona. Después de cerrar en 2012, reabrió en 2015 bajo el nombre de Errejota. Hoy los nietos de los fundadores dirigen este restaurante de cocina tradicional. Hay tres menús a elegir: los menús "Erre" y "Jota", que incluyen un entrante, un plato principal y un postre, y el menú degustación, que es una muy buena y sabrosa forma de conocer el patrimonio culinario de Pamplona y Navarra en general.

La Mandarra de la Ramos es un bar de casco antiguo cuya decoración rinde homenaje a las fiestas de Pamplona, los famosos Sanfermines. Una impresionante colección de fotografías se exhibe en las paredes, mostrando una hermosa porción del folclore de la ciudad. Un lugar de cultura, el cuarto de servicio del restaurante también sirve como espacio de exposición para las obras de los artistas locales. Una apetitosa selección de pintxos y otras tapas, especialmente tostadicas servidas en una buena rebanada de pan. Un lugar emblemático de Pamplona.