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Productos locales

No se vaya de Poitou sin abastecerse de golosinas, empezando por un ejemplar de trufa negra del Périgord, ampliamente cultivada en las Deux-Sèvres desde la crisis de la filoxera del siglo XIX. Podrá encontrar su Précieuse en los mercados de trufas de La Mothe-Saint-Héray y Availles, o en cualquier otro lugar de la Vienne desde mediados de diciembre hasta mediados de febrero (truffe-vienne.fr). Si pasa por Neuville, no deje de visitar la tienda de la almazara del mismo nombre. Le encantarán sus lujosos condimentos, desde los tradicionales aceites vírgenes de nuez y avellana hasta creaciones caseras como el aceite de pistacho y el vinagre de pulpa de fruta de la pasión. Otro souvenir local que siempre está bien ofrecer es un paté de liebre de los pantanos, también conocido como coipo, cuyo exquisito manjar le sorprenderá. Y no olvide el queso de leche de cabra, creado en Bougon en 1907 precisamente para viajar, un queso fundente inspirado en el Camembert.
Poitou posee un generoso patrimonio dulce. Montmorillon promete una maravillosa galleta de polvo de almendra, su famoso macarrón. Visite "chez Rannou", alias la galletera Rannou-Métivier, referencia desde hace 150 años: los macarons, en versión tradicional y aromatizados (pistacho, rosa, etc.), se presentan por docenas en papel de horno. El macaroné no es ni más ni menos que una variante de gran formato. En Niort, coja los M&M's locales, patrimonio de Vendée, las adictivas mojette(s) de chocolate con corazón de turrón: ¡le pillarán con las manos en la masa! Si no le gusta el pescado triturado, decántese por el otro orgullo de la región: el tourteau-fromagé. Numerosos pueblos del Deux-Sévriens se disputan la paternidad de este pastel de queso fresco de cabra, de curiosa corteza negra y sabor insólito. Por último, podrá saborear la angélica silvestre en diversas formas: confitada, para animar sus postres, en mermelada o en licor.

Rarezas artesanales

No hay escuelas con el sello de Poitou, pero sí una constelación de centros artesanos muy localizados y otros tantos artesanos-creadores. La ceramista de origen japonés Yuko Karamatsu vive y trabaja en Poitiers; caerá rendido ante el exquisito refinamiento de sus creaciones: fuentes, cuencos, platos, fèves des Rois expuestos en la Maison du tourisme et du terroir (@nerikomi.coupelle). Siguiendo en Poitiers, diríjase por la Grand-Rue hasta el nº 137, a François frères, un artesano que fabrica paraguas desde 1882 (en serie o a medida). Los amantes de las artes sacras deben continuar hasta la abadía de Saint-Martin de Ligugé, famosa por sus esmaltes. Desde la inmediata posguerra, los monjes benedictinos trabajan diversas técnicas y ofrecen reproducciones de vidrieras, retratos de la Virgen María en grisalla dorada y esmaltes sobre cobre (temas religiosos y profanos). La scofa de la abadía, a la venta en la tienda, es tan famosa como renombrada. Cuando se disponga a partir hacia Deux-Sèvres, no deje de hacer una parada en Tanneurs de Boivre-la-Vallée (Lavausseau), donde encontrará las magníficas pieles de cabra, vaca u oveja que busca. Toda una serie de pieles, cueros y lanas a precios razonables le harán girar la cabeza: pantuflas de bebé, cinturones, chaquetas, bolsos, pantuflas cocooning...
El trabajo del cuero lo encontrará en Deux-Sèvres, sobre todo en Gâtine. Tendrá que visitar Bressuire y la boutique-taller Peaux d'Anne, que crea coloridos bolsos, clutchs y accesorios (donde podrá reservar un curso de marroquinería y regalar el cinturón que haya aprendido a confeccionar). En Azay-le-Brûlé, podrá conocer a la original Estelle Bonnaud, artista del metal y única fabricante de veletas de Francia (veletas a medida, portavelas, letreros y otros trabajos en metal). En Niort, galardonada con el sello Ville et Métiers d'art, merece la pena visitar la galería 36 quai des Arts. En ella se exponen algunos de los artistas y artesanos más talentosos del departamento: pantallas de lámparas, talla en piedra, fieltro, joyería, etc.

Cosméticos

La burra, emblema de Poitou? No es de extrañar encontrar jabones artesanales, champús sólidos y otros cosméticos elaborados con leche de burra local, famosa por sus propiedades hidratantes y suavizantes. Durante su viaje a las marismas poitevinas, mate dos pájaros de un tiro visitando el ecoparque Du Coq à l'âne (Saint-George-de-Rex): sus propietarios dirigen también la fábrica de jabón Cornet, que crea dulces elaborados con leche fresca y cruda de su asnal granja.
A partir del siglo XVI, La Roche-Posay, una ciudad medieval muy bonita, adquirió el estatus de capital (europea) de la dermatología termal. En 1975, se creó aquí la célebre marca de cosméticos dermatológicos del mismo nombre, que aún conserva un centro de producción. Aunque el centro no está abierto al público, podrá abastecerse de productos y consejos de belleza, bienestar y tratamiento de afecciones cutáneas en la magnífica boutique Spa Source.
El Poitou Beauty Tour sólo puede terminar con una visita al centro de producción ecológica del laboratorio Body Nature, Odyssée Nature (donde se organizan talleres apasionantes durante todo el año), donde podrá hacer sus compras de productos orgánicos y ecológicos (belleza, bienestar, cuidado del hogar).

Recuerdos de sus visitas

¿Es kitsch la tienda de recuerdos? Nada más lejos de la realidad Visite las innumerables tiendas de Futuroscope (86), repletas de recuerdos temáticos de alta tecnología. En el Château d'Oiron, sede de la increíble exposición de arte contemporáneo Curios & Mirabilia, podrá regalarse un sinfín de objetos de diseño y curiosidades con estilo: libros finos, vajillas, kits de arte, esencias creadas para el lugar por la artista olfativa Julie C. Fortier. No se vaya del Museo Sainte-Croix (Poitiers) sin comprar su best-seller -todo pictaviano que se precie posee uno en alguna parte-, una reproducción de la obra de François Nautré, Le Siège de Poitiers en 1569 (El sitio de Poitiers en 1569). Por último, el peluche gorila de La Vallée des Singes (Romagne) siempre hace las delicias de los niños...