Las mezquitas más bellas para visitar Route de la soie

Es una de las estampas más famosas de Estambul y, sin embargo, uno nunca se cansa de admirarla y fotografiarla: la mezquita en primer plano, el Bósforo y el puente colgante al fondo... El edificio está situado en la punta de Defterdar, en el lado europeo del Bósforo, en el barrio de Ortaköy. Encargada por Abdülmecit, fue terminada en 1853 por el arquitecto Garabed Balian. Aunque suele ser llamada por el nombre del barrio donde está, su verdadero nombre es Mecidiye Camii.

Situado fuera de la madrasa, en la esquina oriental de su fachada, Kalta Minor tenía que haber sido el minarete más alto del mundo musulmán, con una altura de 70 metros, pero que jamás alcanzó porque la obra fue abandonada tras la muerte del kan, cuando el alminar medía solo 29 metros de altura. Según la leyenda, el kan de Bujará —que conocía el proyecto de su rival de Jiva y no podía vivir a la sombra de un minarete más alto que el de Kalon (se decía que cuando se terminara, se podía ver Bujará desde su cima)— planeaba secuestrar al arquitecto para que construyera un minarete aún más grande en su ciudad. Para que los conocimientos de su arquitecto no beneficiaran a nadie más, el kan de Jiva decidió asesinarlo tan pronto como hubiera finalizado el trabajo. Cuando el kan de Bujará también maduraba la misma idea, el arquitecto huyó inesperadamente, y quedó inacabado para siempre. Así, el minarete corto solo tiene 26 metros de altura, el diámetro de su base es de 14 metros, y está total y magníficamente decorado con mayólica verde y azul que encaja a la perfección con el característico verde de Jiva. Normalmente no es posible subir, ya que el lugar está cerrado a los turistas, pero puede probar suerte con el personal del Hotel Orient Star, que ocupa la madrasa adyacente.

Por supuesto, todo el mundo conoce a Fourvière y va a visitar las iglesias lyonnas, pero que tendrá la curiosidad de ir a visitar la gran mezquita de Lyon, la sexta de Francia, inaugurada en 1994 después de muchas peripecias. Una mezquita lejos de algunos clichés y que inspira una bonita modernidad del Islam. Por supuesto, nos desmoronamos y seguimos el guía que nos explica los ritos de esta religión en el fondo desconocido. Una visita inteligente para conocer mejor una religión, pero también una cultura y artes florecientes.

La mezquita más grande de Uzbekistán fue inaugurada en otoño de 2014. Deseada por el presidente Islom Karimov, él mismo supervisó las obras antes de su pomposa inauguración. Puede albergar a 2400 personas. Está cubierta de mármol blanco y refleja la arquitectura clásica del país, con sus mosaicos que representan el cielo. El mihrab recubierto de oro se basa en escritos del Corán y el edificio central está flanqueado por dos altos minaretes. El conjunto aún no está muy concurrido y, en este sentido, todavía carece de encanto, pero a su alrededor se han dispuesto agradables espacios verdes a lo largo del canal Ankhor.

Construido por el maestro Sinan en 1580 para Kılıç Ali Paşa, el complejo (külliye) incluía inicialmente una mezquita, una medersa (escuela), un hammam, un mausoleo y una fuente pública distribuida en un espacio cuadrado según una disposición geométrica precisa. Su estilo arquitectónico tiene muchas similitudes con el de Santa Sofía. Rodeada por dos medias cúpulas, la cúpula central y los cuatro contrafuertes laterales son una réplica.

Se trata de una mezquita única, cuya gracia y elegancia le dejarán con la boca abierta. Combina el estilo barroco y el neoclásico, y tiene la particularidad de contar con los minaretes más finos del mundo. A su lado, el reloj del palacio de Dolmabahçe complementa perfectamente la belleza del paisaje. Otro matrimonio entre Occidente y Oriente, el edificio fue construido a mediados del siglo XIX siguiendo el diseño del arquitecto Garabed Balyan, nombrado por Valide Bezmiâlem Sultan, madre de Abdülmecit I.

Es una de las mezquitas más antiguas de Estambul, como lo demuestra la epigrafía del frontón de la puerta principal, fechada entre 1471 y 1472. La sala de oración es una excepción en la arquitectura otomana, que tiende a favorecer las filas de fieles más anchas que profundas. Fue construida por iniciativa de Has Hasán Paşa, un personaje relevante durante las guerras libradas por Mehmed el Conquistador contra la dinastía turcomana de la Oveja Blanca, liderada por Uzún Hasán.