CHATEAU DE ROSIERES
El castillo fue construido en 1321, se han conservado el camino de ronda y las maquinaciones, y el jardín, el laberinto y el huerto invitan al paseo.
El castillo de Rosières es una casa solariega fortificada construida en el siglo XV por la familia de Saine-Seine, vasalla del duque de Borgoña, que vivía principalmente en el actual pueblo de Saint-Seine-sur-Vingeanne. En plena Guerra de los Cien Años, el Ducado se alió con Inglaterra y entró en guerra con el reino de Francia. Fue durante este turbulento periodo cuando se construyó el castillo de Rosières. Por este motivo, se añadieron al edificio principal gruesos muros y matacanes para protegerlo de cualquier ataque francés. El castillo se encuentra en muy buen estado de conservación, mostrando los sistemas defensivos típicos del siglo XV, en una época en la que la artillería empezaba a democratizarse. Pero más que una estructura defensiva, el edificio fue concebido para ser habitado durante todo el año. Estaba dotado de hermosas habitaciones con chimeneas y, en algunos casos, letrinas. Estas habitaciones, realzadas por hermosos suelos de baldosas y techos franceses con vigas vistas, son precisamente las que ahora se han convertido en habitaciones de huéspedes.
La visita le lleva en un viaje en el tiempo. Le transportará a la Edad Media, pero también al siglo de Luis XIV, ya que el castillo cuenta con una hermosa galería de estilo clásico que conserva sus pinturas murales originales. La subida por la escalera de caracol también hará las delicias de los amantes del paisaje, ya que les conducirá hasta el paseo cubierto donde se puede admirar el macizo del Jura cuando hace buen tiempo.
Este establecimiento también figura como :
Les enfants se ont adoré la chasse aux oeufs et toutes les animations ! Nous reviendrons avec plaisir cet été.
Bravo au propriétaire, qui donne tout pour sauvegarder cet incroyable monument.
Je recommande
C'est une chambre d'hôtes, les nuits doivent y être fantastiques, mais nous n'avons pas encore essayé. Nous reviendrons.
Attention, en vous approchant, vous risquez d'être surpris par l'âne et surtout par son hennissement.