DOCE MILA
Junto a Martim Moniz, al principio de la Mouraria, se entra en un pequeño callejón que no inspira mucha confianza, pero al final del mismo hay un pequeño tesoro escondido para los gourmets. Aquí, todo es casero, y delante de sus ojos, sigue siendo una de las pocas pastelerías donde se puede ver el taller. Una pastelería con más de 60 años, una casa familiar donde las señoras del barrio vienen a tranquilizarse con un poco de dulce... Para degustar, la especialidad de la Mouraria, un pastel con crema de almendras y feijão. Típico y popular. ¡A probar para los curiosos!
¿Lo sabías? Esta reseña ha sido escrita por nuestros autores profesionales.
Opiniones de los miembros sobre DOCE MILA
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