Quartier Bal Harbour que l'on retrouve dans la série Dexter © Felix Mizioznikov - Shutterstock.Com.jpg

Una cadena de islas, tierra de estrellas de cine

Aunque el cine estadounidense nació sin duda en los estudios neoyorquinos, Florida no se queda atrás y ha sido durante mucho tiempo el tercer territorio más potente en términos de producción. Incluso fue considerada por los primeros cineastas como una de sus localizaciones favoritas, antes de que se decantaran por California, con sus condiciones climáticas más estables. Sin embargo, el cine nunca abandonó el estado y su principal ciudad, Miami, donde debutó Alan Crosland (director de El cantor de jazz). Ya en 1906, el Kelly's Theatre -la primera sala de cine de la región- acogió a un público fiel, y muchos estudios pequeños siguieron rodando en la zona, preparando el terreno para la producción de la segunda mitad del siglo XX. El musical Rendezvous in Miami, estrenado en 1941, le permitirá hacerse una idea de lo que era vivir en el lujo y la ostentación de los grandes hoteles.

Tras el conflicto, fue Alfred Hitchcock quien puso Miami en la pantalla en Los encadenados (1946), con Cary Grant e Ingrid Bergman. Dos años después, fue el turno de John Huston, que llevó a la gran Humphrey Bogart y Lauren Bacall a la ciudad y su paisaje hotelero en Cayo Largo (1948). Un drama criminal con tintes de cine negro, uno de los clásicos de este importante género de la época. Que conste que el nombre de Cayo Largo, antes conocido como Rock Harbor, se debe a esta película. Así es desde 1952, en una inteligente maniobra de marketing territorial para atraer a los fans de Bogart. Menos memorable es Las aventuras del capitán Wyatt , que nos lleva a los Everglades para un enfrentamiento épico entre la naturaleza hostil y los valientes soldados, en una película que sin duda ha envejecido pero que sigue mereciendo la pena ver.

Los años sesenta vieron un auge de los rodajes, con la notable llegada de la franquicia de James Bond. En Goldfinger (1964), varias escenas -incluida la legendaria partida de cartas- tienen lugar en el hotel Fontainebleau, que sigue en funcionamiento hoy en día. Si esperaba alojarse en la misma habitación que Sean Connery, debe saber que nunca pisó Miami para este rodaje, ya que las escenas de interior se rodaron en un estudio. Al año siguiente, Operación Trueno también se detuvo en Miami para captar una escena de paracaidismo, antes de dirigirse a las Bahamas para el resto del rodaje. Por último, James Bond regresó a Florida de la mano de Timothy Dalton en Licencia para matar (1989). Para este opus, el puente Seven Mile Bridge ocupará un lugar destacado durante la persecución de la furgoneta que transporta al diabólico narcotraficante Franz Sanchez, antes de que desaparezca en el mar. En cuanto a la isla, la producción también aprovechará muchos de los lugares emblemáticos de Cayo Hueso, como la Casa de Ernest Hemingway, el aeropuerto, Mallory Square y la Basílica de Santa María Estrella del Mar.

Debido a su historia, Florida y Miami también han aparecido en pantalla en las películas de gángsters El Padrino II , de Francis Ford Coppola (1974), y Scarface, de Brian De Palma (1983). Mientras que la primera sólo hace una parada en Miami durante un encuentro entre Michael Corleone y Hyman Roth, la segunda transcurre íntegramente en Miami. Por desgracia, tampoco podrá visitar los decorados de esta película en Florida, ya que -debido a una oficina cinematográfica demasiado cautelosa con el tema- se rodará principalmente en California. Pero puedes poner a prueba tus dotes de seducción como Manny y Tony alrededor de la piscina del Fontainebleau, el principal lugar de rodaje de la ciudad.

Sin embargo, fue en el Cardozo Hotel y en el Edison Hotel donde se rodó una de las escenas de culto de Mary at any price (1997) con Cameron Diaz y Ben Stiller. Una comedia romántica en la que también aparecen el centro cultural de Miami-Dade y el sendero River Walk, perfecto para relajarse entre visita y visita. Desde principios de la década de 2000, Miami y el sur de California han acogido éxitos de taquilla como la segunda entrega de la saga Fast & Furious (2003), The Transporter 2 (2005), Iron Man 3 (2013). En 2016, fue la película Moonlight , del miamense Barry Jenkins, la que dejó huella, con su singular retrato del joven Chiron, desde su juventud hasta la edad adulta. Rodada en su mayor parte en el barrio de Liberty City, Moonlight ganó el Oscar a la mejor película en 2017 y fue aclamada por la prensa internacional. Una película imprescindible, para comprender mejor las tribulaciones y los problemas de los habitantes de estos barrios desfavorecidos, lejos de las idílicas postales.

Miami en serie

Si las primeras series de televisión rodadas en Florida no datan de ayer, como Flipper el delfín (1964-1967), es en los años 80 cuando la ciudad se gana sus galones en la pequeña pantalla con Miami Vice (1984-1990). Rodada principalmente en los alrededores de South Beach, esta serie policíaca rompe con los códigos del género inyectando un ambiente New Wave a sus escenarios y sus tramas, con un lado muy pop que no escapará a los curiosos. Y si no te atreves con las cinco temporadas de la serie, échale un vistazo a la película homónima de 2005, protagonizada por Colin Farrell y Jamie Foxx.

Recientemente, las series Dexter (2006-2013) y Bloodline (2015-2017) han vuelto a poner a Florida en el mapa de los binge-watches, y muchos operadores turísticos podrán llevarle a descubrir estos lugares de rodaje entre Miami y los Cayos.

Disfrutar del cine en Florida

Varios grandes festivales de cine de Miami, Palm Beach y Jacksonville acogen cada año a decenas de miles de cinéfilos. Si lo pasa mal, no se preocupe. Una docena de cines con más de cien pantallas están a su disposición en Miami, desde el gran complejo AMC Tamiami hasta el pequeño Tower Theater, que cuenta con una tormentosa y emocionante historia. Por último, cualquier amante del cine no podrá resistirse a desplazarse al norte, a Orlando, para visitar el parque Universal Studios , y revivir películas de culto como Tiburón o Parque Jurásico. Aprovéchelo, al fin y al cabo está en el país del cine.