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El origen de una migración

La proximidad geográfica entre Cuba y Miami (150 kilómetros) llevó a algunos cubanos a trasladarse a la ciudad estadounidense en el siglo XIX en busca de trabajo o para estudiar. En 1958, 10.000 cubanos vivían en Miami. Un año después, todo se aceleró cuando Fidel Castro llegó al poder en Cuba. Más de 200.000 cubanos abandonaron la isla para instalarse en Miami. La mayoría de estos opositores al régimen castrista eran burgueses y miembros de la élite. Todos pensaban que el exilio sólo duraría uno o dos años.

En 1961, el gobierno estadounidense intentó invadir Cuba para derrocar al régimen castrista. La operación, que terminó en fracaso, se conoció como la invasión de Bahía de Cochinos. Lejos de crear un clima propicio para el regreso de los exiliados cubanos a Miami, la operación provocó una nueva oleada migratoria. En 1962, la crisis de los cohetes desencadenó un embargo entre Estados Unidos y Cuba. Se suspendió el tráfico aéreo entre ambos países.

Entre 1965 y 1973, más de 350.000 emigrantes cubanos llegaron a Miami en "vuelos de la libertad" fletados por Estados Unidos en virtud de un acuerdo especial. Renunciando a regresar a su isla en un futuro próximo, la población cubana, asentada principalmente en los barrios de Hialeah y Riverside (actual Pequeña Habana), estableció su cultura en Miami: música, gastronomía, comercio, artesanía..

Esta inmigración masiva, y el consiguiente auge del español, generaron conflictos dentro de la ciudad. Las comunidades no hispanas se opusieron al bilingüismo inglés/español, y en 1980 se aprobó laOrdenanza Antibilingüe . El inglés fue declarado entonces lengua oficial del condado de Dade, que incluye Miami. Consecuencias: todas las transacciones (jurídicas, laborales, administrativas, etc.) deben realizarse en inglés. La ordenanza fue finalmente derogada en 1993.

Sin embargo, las relaciones entre Estados Unidos y Cuba permanecieron estancadas hasta el miércoles 17 de diciembre de 2014, cuando el presidente estadounidense, Barack Obama, y su homólogo cubano, Raúl Castro, prometieron restablecer las relaciones diplomáticas y la cooperación económica. Esta decisión es histórica: "Somos todos americanos" fueron las palabras de Obama. Una parte de la diáspora cubana de Miami y Florida, sin embargo, acogió el acuerdo con cierto escepticismo, juzgando que el restablecimiento de relaciones entre ambos países no auguraba ningún progreso democrático por parte de Cuba.

Unos meses más tarde, el 20 de julio de 2015, se abren una embajada cubana en Washington y una estadounidense en La Habana. Estados Unidos también retira a Cuba de la lista de países que apoyan el terrorismo. En marzo de 2016, durante una visita oficial de tres días, Barack Obama se reúne varias veces con su homólogo Raúl Castro y confirma su voluntad de continuar la política de apertura con Cuba. Esta visita fue histórica: era la primera vez que un presidente estadounidense en ejercicio pisaba suelo cubano desde la revolución castrista de 1959. Este acercamiento se tradujo en una relajación del embargo con, en particular, el restablecimiento de los vuelos directos entre los dos países (¡por primera vez desde 1962!), el regreso de los cruceros estadounidenses y la posibilidad para los estadounidenses de viajar más fácilmente a Cuba.

En 2017, la situación se invirtió con la llegada de Donald Trump. En junio de 2017, durante un discurso en Miami, declaró que quería deshacer todas las medidas de apertura tomadas por Obama porque beneficiarían económicamente al régimen cubano, que se habría beneficiado enormemente del turismo estadounidense. En 2021, nueve días antes del final de su mandato, Trump vuelve a incluir a Cuba en la lista estadounidense de Estados patrocinadores del terrorismo. Sin embargo, si no es reelegido, gana el apoyo de Florida.

Cuando fue elegido, el actual presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció que quería suavizar las restricciones a Cuba, sin revertir (por el momento) el embargo impuesto a la isla desde 1962.

La Pequeña Habana, el barrio cubano por excelencia

Si hoy pasea por algunas zonas de Miami, es posible que no oiga ni una palabra en inglés Esto se debe a que la población de Miami es hispana en un 70%, de los cuales el 34,1% son cubanos. La Pequeña Habana es el barrio más popular. El Fondo para la Preservación del Patrimonio Americano la ha calificado de "tesoro nacional". Fue en esta parte occidental de la ciudad donde se asentó la mayoría de los exiliados cubanos a partir de mediados de la década de 1950. Aún hoy, más del 95% de los habitantes de la Pequeña Habana son de origen latino, la mayoría cubanos.

El barrio, aunque relativamente turístico, ha conservado su alma. A ambos lados de la avenida principal, la famosa Calle Ocho, le esperan bares tradicionales, supermercados y restaurantes auténticos, acompañados por las melodías de la salsa y el aroma de los expresos cubanos y los puros recién hechos. En marzo, la calle se llena de vida con el Festival de la Calle Ocho, el mayor festival de música latina del mundo. En el Parque Máximo Gómez se pueden ver partidas tradicionales de dominó jugadas por lugareños de otra época. Ellos dieron al lugar su apodo: Parque del Dominó.

El Parque Conmemorativo Cubano alberga varios monumentos que conmemoran a héroes cubanos y cubanoamericanos. La Antorcha Eterna es un monumento a los soldados que perdieron la vida durante la invasión de Bahía de Cochinos en 1961.

Especialidades locales

Es imposible visitar La Pequeña Habana sin sentarse a degustar LA especialidad local: el sándwich cubano. Este plato, tradicionalmente consumido por los trabajadores cubanos, consiste en dos rebanadas de pan brioche tostado con jamón, finas lonchas de cerdo asado, queso fundido y pepinillos en su interior, todo ello cubierto con mostaza. Los mejores se encuentran en el Café Versalles (abierto en 1970) o en el más confidencial Nueve Siglo, escondido en el supermercado del mismo nombre.

Termine su comida con un café cubano, un espresso endulzado con azúcar moreno durante su extracción. Esto le confiere un sabor más suave que el espresso tradicional.