Guía de viaje Mazan

Mazan, galardonada con el sello "Pays d'Art et d'Histoire" (País de Arte y de Historia), conserva vestigios de acontecimientos ricos y a veces dramáticos: recientemente se han descubierto en el desván de la antigua casa consistorial, que hoy alberga la oficina de turismo, pinturas que representan las invasiones del siglo XVI de las bandas protestantes del barón des Adrets y del señor de Montbrun. Además del museo municipal instalado en la antigua capilla de los Penitentes Blancos (siglo XVII), que cuenta con un hermoso techo pintado por un maestro de la Escuela de Aviñón, en el noreste del pueblo, rodeando el cementerio, se pueden contemplar 66 sarcófagos paleocristianos del siglo VI, similares a los de los Alyscamps de Arles. Ahora sabemos que cientos de ellos bordeaban la antigua carretera Carpentras-Mormoiron. La riqueza de las excavaciones arqueológicas atestigua la importancia de la ciudad desde la Antigüedad. Se descubrieron tres hornos de alfarero, en funcionamiento del 40 a.C. al 50 d.C.. En ellos se fabricaban cabezas de caballo y perro de arcilla con fines culturales, así como losas de revestimiento tipo Campana para decorar templos, un hallazgo único en Francia. Luego fue un ánfora de vino "tipo Dressel italiano" del año 40 a.C. la que permitió a los arqueólogos concluir que se encontraban efectivamente ante la evidencia del viñedo celto-ligur o galo-romano más antiguo (después de Massilia/Marsella). Varios ilustres señores han dejado hermosas residencias en Mazan, entre ellas el castillo de Sade, lugar de nacimiento del padre y del tío del Divino Marqués, el célebre abate de Sade.