BORELY PARK

Situado al final de la segunda parte de la avenida del Prado, cerca del mar, este parque de 17 hectáreas es un verdadero remanso de paz para los habitantes del barrio y los marselleses de paso. Marcel Pagnol iba allí de niño y generaciones de pequeños marselleses le siguieron. Dominado por una bastida del siglo XVIII (que alberga el Museo Borély) y sus jardines formales decorados con estanques rectangulares, el parque paisajístico del siglo XIX se completa con un jardín botánico de 11.000^m2, un pequeño lago, abierto a los paseos en barca y decorado con un bar de refrescos a la sombra, y dos parques infantiles. A la salida del parque, un pequeño puente de madera que sigue la orilla del río Huveaune marca el inicio del paseo del mismo nombre que conduce al estadio del Velódromo, pasando por el parque de la escuela de danza (parque Henri-Fabre), apreciado por los boulistes, por sus instalaciones, y por los futbolistas en ciernes, por sus grandes céspedes. Según la temporada, el Parque Borély ofrece ahora a los visitantes una exposición permanente de plantas de forma temática: un jardín de plantas trepadoras, un jardín de plantas medicinales reconstruido a partir de un jardín de claustro de la Edad Media, un jardín de plantas suculentas, un jardín dedicado a la flora sudafricana y su invernadero, un jardín japonés... El Parque Borély también acoge una vez al año el famoso "Mundial de la Marsellesa", una reconocida competición de petanca. Su proximidad a las playas (acceso directo por un pequeño camino, siga la señal) lo convierte en un remanso de frescor en pleno verano.