Gastronomía especialidades locales y vinos Banyuls Sur Mer

La visita guiada a esta gran bodega, que es un homenaje al trabajo de los hombres, bien merece las distracciones para descubrir su soberbia y grandiosa sala de cubas, donde podrá pasear y contemplar las inmensas tinas bicentenarias situadas a ambos lados. Una visita obligada La visita continúa con una degustación de vinos secos y dulces. Con cita previa, el comerciante de vinos Terres des Templiers puede ofrecer visitas guiadas por los viñedos y degustaciones de grandes cosechas. En cuanto a la acogida, es impecable y todo el equipo es extremadamente amable.

Desde 1976, las familias Herre y Berçot son viticultores, cosechadores y vendedores de su propia marca: el Cave Tambour. Del encuentro entre mar y montaña nacen paisajes espectaculares conquistados por la fuerza en la naturaleza que el dominio le ofrece a descubrir desde el mar en catamarán, desde el cielo en helicóptero y por supuesto desde tierra a pie, en buggy o en 4x4. La finca también ofrece grandes servicios en el turismo del vino: ágape de los viticultores, iniciación a la cata de vinos con visita a la bodega y veladas temáticas para sentir el vino florecer con la música!

Sin esperar a las modas ni a las tendencias, Jean François cultiva sus viñas con respeto a la tierra con una convicción tan arraigada en la familia como la cepa en la tierra. El trabajo se hace con dos mulas, conducidas por un traginer (mulero en catalán), las limpia de hierbajos con siete ovejas y pronto con vacas... La ecuación entre un terruño excepcional y un viticultor sobresaliente produce vinos delicados y muy codiciados. Los rendimientos son muy bajos, la concentración fuerte y... ¡lo que encontrará en el fondo de la copa es el alma de la Costa Bermeja!

La familia Maillol se estableció en su terruño y empezó a elaborar Banyuls en 1611. Cuando se toma la ruta de las masías, en medio de sus empinadas laderas donde arraigan las viñas, lo cual prohíbe cualquier tipo de mecanización del trabajo, se entiende mejor a estos escultores de montañas que son los viticultores de esta tierra. La bodega y la sala de degustación todavía siguen en su estado original, lo que les confiere un encanto especial. Los dos hermanos organizan cursos de degustación y ofrecen visitas al viñedo. Apasionados vinicultores que debe conocer absolutamente.

En la bodega de Josy y Luc, la luz del sol ilumina su pasión por el trabajo y el amor por la tierra, y eso es lo que encontrará en el fondo de la copa. La sala de degustación está en la parte superior del pueblo y ofrece una vista impresionante de la bahía. La finca Sant Jordi cuenta con una casa rural y magníficas habitaciones de huéspedes, y puede acoger seminarios y eventos profesionales. Una vez termine la visita a la bodega, le aconsejamos que vuelva a la orilla del mar para degustar la cocina de La Table de Jordi. Nos enamoramos de esta pareja alegre, con un gran corazón y muchas ideas.

La visita de la bodega más antigua de Banyuls se desarrolla en un decorado de antigua fábrica de almacenamiento, con interesantes prensas y antiguos fudres que datan de 1921, que constituyen un verdadero archivo aromático. También verá una línea de garrafas de vidrio que permiten que el vino se beneficie del sol entre ocho y doce meses. En la bodega, se venden selecciones de cosechas de todas las edades de Banyuls Grand Cru y Collioures. Una estrella que brilla muy alto en el cielo a la vista de los numerosos premios que recibe cada año.

En las alturas de la bahía de Banyuls, Jean Christophe escribe día tras día la historia del Clos Castell. «Un buen vino empieza en la viña», dice este orfebre que elabora vinos de nicho que solo los más afortunados podrán saborear, ya que únicamente produce 8000 botellas El efecto en boca de sus botellas es tan impactante como la vista de las cumbres circundantes. La ausencia de tratamiento mecánico y químico preserva el aroma de sus caldos. Descubrimos un personaje con un gran corazón, como nos gusta en el Petit Futé, un purista entrañable, una verdadera joya.

Bernard Sapéras está enamorado de su viñedo, conoce toda su historia y habla de él como un verdadero narrador. En cuanto a sus vinos, son verdaderos poemas, profundos, amplios y ricos en notas yodadas, especiadas o florales, entre las que destaca la garriga y sus aromas de hinojo y pino. Y dado que la Costa Bermeja es sencillamente tan encantadora y requiere varios varios días para conocerla, podrá alojarse en el Clos Saint André, que cuenta con tres magníficas habitaciones de huéspedes donde se combinan la arquitectura tradicional y el diseño.

Los vinos de La Rectorie se adelantan a su tiempo, pero también son totalmente fieles y respetuosos con las tradiciones y el saber hacer catalán. Cuando pruebe los vinos de esta bodega, le sorprenderá su profundidad y su gran finura. Verdaderos vinos «para comer», son perfectos para resaltar la bella, refinada y soleada gastronomía catalana. La Rectorie es mucho más que un viñedo o una finca, es una institución y todos los entendidos le dirán que es aquí donde se produce uno de los mejores vinos del departamento.

Dieciséis hectáreas de viñedos en laderas empinadas y esquistosas frente al mar, que Élise mima siguiendo los sabios consejos de su padre. Perfeccionista, ha buscado la frescura y la elegancia en sus cosechas de tintos y blancos. Una cálida acogida le aguarda en la bodega y no en la sala de degustación. Así, el visitante puede contemplar el trabajo diario de Elise y su equipo. Es absolutamente necesario visitar a esta joven y probar sus caldos, que la prensa especializada elogia cada año y que los grandes restaurantes se rifan. Son como verdaderos poemas en boca.

Más que una finca de catorce hectáreas ya reconocida y alabada por la prensa especializada, la Coume del Mas es una filosofía en la que la palabra terruño adquiere todo su significado. «De la fusión entre el hombre y su entorno, nace un vino precioso». No le aconsejamos que escoja una cosecha u otra, ya que todo es delicioso y para ser disfrutado, aunque con moderación. Vinos finos y elegantes que hay que descubrir absolutamente, sobre todo porque desde la bodega contigua al Domaine les Tines (y el famoso Mémé Jeanette), la vista sobre las laderas y el mar es impresionante.

Viñedo de montaña, en terrazas junto al mar Mediterráneo, Pic Joan cuenta con algo más de 7 hectáreas de viñas, todas ellas de más de 60 años. En los tres colores y como vino dulce, los caldos de esta finca son una auténtica delicia, que podrá degustar en la bodega o en el punto de venta-restaurante. Todas las noches, entre junio y octubre, los vinos de la finca se sirven engalanados con la servilleta al cuello en la mesa vitícola. Vinos minerales y aromáticos en perfecta armonía con platos cuidadosamente seleccionados. Una finca y una familia que debe visitar.

¡Los olivares más meridionales de Francia están en los Pirineos Orientales! Olivier le invita a descubrir su explotación de olivos plantados en terrazas. Siete variedades repartidas en 12 hectáreas, cultivadas sin ningún tipo de pesticidas para revivir una tradición extinguida desde la terrible helada de 1956. En la sala de degustación, podrá probar una buena selección de aceites, como Authentique, Argoudeil o Courbeil. La visita guiada en los olivares y al molino va seguida de una degustación.