Parques naturales para conciliar el asombro y la protección del medio ambiente
Sicilia cuenta con cuatro parques regionales y numerosas reservas naturales, que combinan la protección del medio ambiente y la concienciación ciudadana. La biodiversidad es notable y los paisajes de gran belleza.
Reserva Natural del Parque del Etna: situado en la parte oriental de la isla, protege el Etna, un volcán aún activo, y los fértiles territorios que lo rodean: bosques, pero también viñedos, olivos y pistachos. También alberga una gran biodiversidad de flora y fauna.
Parque Fluvial del Desfiladero del Río Alcántara: situado a lo largo del río Alcántara, en el este de la isla, es famoso por su geología y su flora. Los numerosos senderos del parque son excelentes para maravillarse y desarrollar sus conocimientos naturalistas.
Parc des Nebrodes: situado en el noreste de la isla, su vocación es la preservación de un territorio único, formado por bosques y pueblos aislados desde hace mucho tiempo, donde perdura una actividad pastoral ancestral. Numerosos senderos permiten descubrir la riqueza del parque.
Parque de Madonie: situado en el norte de la isla, entre tierra, mar, montañas y pueblos aislados. Posee una notable biodiversidad, incluidas especies endémicas. De una belleza impresionante, forma parte de la red de Geoparques de la UNESCO y ofrece espacios dedicados a la divulgación de conocimientos naturalistas.
Otras zonas protegidas son la reserva del Zingaro, una cala salvaje al oeste de la isla, que es un lugar maravilloso para hacer excursiones.
Acciones para luchar contra la contaminación
Uno de los principales problemas medioambientales de Sicilia es el complejo petroquímico de la costa oriental de la isla, uno de los más densos de Europa. Provoca la contaminación de todos los medios naturales (aire, agua, suelo), principalmente por metales pesados. En el puerto de Augusta, el mar está especialmente contaminado con mercurio, y se dice que esta contaminación tiene importantes repercusiones en la salud, lo que ha valido a la zona el desafortunado apodo de "cuadrilátero industrial de la muerte". Un grupo local ha actuado como agente de alerta y se ha abierto una investigación judicial para determinar la responsabilidad de las emisiones contaminantes y garantizar el cumplimiento de la normativa. Se han iniciado campañas de concienciación pública, así como estudios ecológicos y epidemiológicos. Las reclamaciones también se refieren a la implantación de sistemas de saneamiento.
Otro problema de Sicilia es la contaminación por residuos y plásticos. El Mediterráneo, que constituye el 1% de las aguas marinas del mundo, alberga el 7% de la contaminación por plásticos (fuente: www.wwf.fr). La mayor parte de esta contaminación es invisible a simple vista (plástico en forma de nanopartículas y micropartículas) y procede de efluentes acuosos. También hay basura plástica sólida en la isla, resultado de una mala gestión de los residuos. Es posible actuar, a distintos niveles, favoreciendo un enfoque de prevención. El mejor residuo es el que no se produce. La asamblea siciliana aprobó en 2020 una ley para limitar el plástico de un solo uso y no biodegradable, una primicia en Italia. También se pretende animar a las empresas a desarrollar alternativas ecológicas al plástico. La ley prevé objetivos de reducción para las administraciones y sus comedores, pero también para los establecimientos de baño. A título individual, es posible embarcarse en un planteamiento de residuo cero. Esto puede implicar evitar o limitar la compra de envases o productos que contengan plástico (incluidos los textiles, leyendo las etiquetas) y utilizar dispositivos para atrapar los microplásticos cuando lavamos la ropa a máquina (filtros).
Sicilia y el cambio climático
Punto caliente de la biodiversidad, el Mediterráneo es también uno de los focos mundiales del cambio climático, y se prevé que se caliente una media de un 20% más rápido que el resto del mundo. En Sicilia, el aumento de las temperaturas podría agravar los fenómenos extremos (sequías, inundaciones), aumentar la erosión del suelo y provocar escasez de agua y desertización. El cambio climático también está provocando la acidificación de los mares, con efectos nocivos no sólo para los corales, sino también para el plancton, eslabón esencial de la cadena alimentaria. Está contribuyendo al declive de la biodiversidad y podría proyectar la sombra de la inseguridad alimentaria sobre Sicilia.
La isla sufre periódicamente grandes sequías, pero la última, en 2024, fue especialmente preocupante. Con escasez de agua desde septiembre de 2023, Sicilia fue declarada en estado de emergencia en mayo de 2024. En agosto, los habitantes de la ciudad de Agrigento se manifestaron contra la falta de agua provocada por la sequía y la mala gestión de las redes de distribución, siendo su lema "queremos agua", lo mínimo. En septiembre, el Consejo Nacional de Investigación italiano declaró que el 70% de Sicilia estaba ya al borde de la desertización. Los agricultores han perdido el 50% de su cosecha de trigo. El turismo de masas está teniendo un gran impacto en los recursos hídricos de la población, y la cuestión es cada vez más problemática cada verano. Un acuífero descubierto hace unos meses a 800 metros bajo la ciudad de Ragusa podría ser la solución al problema. La ONG Legambiente lleva a cabo campañas en la isla para preservar la biodiversidad y luchar contra el cambio climático.
Sicilia es fácilmente accesible en tren y barco desde el continente, y es muy divertido descubrir los tesoros de la isla a pie o en bicicleta, y seguir los senderos de los parques naturales. El movimiento Slowfood promueve enfoques de la alimentación "limpios, justos y buenos". No dude en conocer a los miembros de esta red, para conciliar los placeres del paladar con el respeto por el mundo vivo. La red deagriturismi reúne granjas ecológicas que acogen a visitantes.