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Perfumes y aromas

Nada más llegar a los Emiratos, las fosas nasales se ven cosquilleadas por el omnipresente aroma del oud, un olor agradable y vertiginoso que impregna la mayoría de los lugares públicos. Presentado en forma de virutas, ciertas esencias valen más que el oro. Se quema sobre carbón vegetal en un incensario. Esta preciosa resina se produce cuando el árbol está infectado por ciertos hongos. Hoy en día, se inoculan en árboles de fincas del sudeste asiático. Para una versión menos costosa, hay que recurrir al bakhoor, elaborado con virutas de madera pulverizadas y mezcladas con aceites perfumados. Se presenta en forma de gránulos. En todos los hogares emiratíes se quema para purificar la ropa, el pelo y los armarios, y se pasa de mano en mano en los majilis. Hay muchos vendedores de oud en centros comerciales y zocos, e incluso en supermercados. Se compra con un incensario de tierra o cobre y pastillas de carbón que permiten quemar las virutas o las pastillas. Mucho más lujosas son las esencias de perfumes de la marca Amouage, de la vecina Omán. Creada a petición del Sultán de Omán en 1983, esta perfumería de lujo lanzó su primera fragancia al año siguiente en colaboración con una nariz francesa. Inicialmente muy orientales, las notas han tendido a hacerse más internacionales con el paso de los años, para satisfacer a una clientela más amplia de piel clara. Hay varias boutiques en los Emiratos. El aroma de la shisha es otro recuerdo olfativo de los Emiratos, y está omnipresente, sobre todo al acercarse a ciertos cafés o zonas dedicadas en los hoteles. Las pipas de agua se pueden comprar en cualquier zoco y son un recuerdo típico.

Textil

Lo primero que viene a la mente es el traje tradicional masculino, el dishdasha o kandura, y el velo de algodón blanco o a cuadros rojos y blancos conocido como goutra, que en invierno puede ser de lana o cachemira decorada con motivos y que puede constituir una bufanda muy bonita. El agal es un accesorio masculino, una especie de aro negro, que sujeta la goutra. Las abayas, los abrigos negros que llevan las mujeres para salir, vienen en una gran variedad de colores y materiales y son un recuerdo muy atractivo cuando se llevan, por ejemplo, abiertas sobre unos vaqueros. Los caftanes de diseñadores como Bamba y Bouguessa también son regalos estupendos para llevar a casa, y están muy de moda hoy en día. Por qué no traer tejidos beduinos de pelo de camello o lana de cabra, conocidos como téli: marcapáginas, llaveros, alfombras, pulseras, bufandas... que pueden comprarse directamente en las tiendas de los museos o en centros de artesanía como los de Qasr al Hosn. Las pashminas de cachemira, lana o algodón, de colores y dibujos variados, suelen ser muy apreciadas por los viajeros, al igual que las telas que se venden por metros y todos los productos de mercería que se encuentran en los zocos textiles de Dubai y Abu Dhabi.

Productos alimenticios

Puede traerse especialidades culinarias que resisten bien los viajes, como los dátiles. En los vestíbulos de muchos hoteles se pueden degustar algunos de ellos. En Oriente Próximo, esta fruta no es sólo un alimento, sino también un símbolo, empezando por el de la hospitalidad, y se utilizaba para alimentar a los beduinos durante sus largas travesías por el desierto. A los ojos de los musulmanes, los dátiles son los frutos del paraíso, que se comen para romper el ayuno del Ramadán y en todas las celebraciones, desde bodas a funerales. Se pueden comprar secos en cualquier supermercado o zoco, así como en mercados de frutas y verduras. En Abu Dhabi, cerca de Mina, hay un pasillo entero dedicado a ellos. Los dátiles también pueden comprarse de forma más elaborada, en tiendas especializadas como Bateel, que se encuentran en todos los centros comerciales e incluso en el aeropuerto. Delicadamente rellenos de frutos secos, se presentan en cajas. También hay sabrosos derivados, como el sirope de dátiles. Por último, en todos los zocos y supermercados se venden especias orientales e indias como cardamomo, azafrán, zaatar y limones negros, así como flores secas de Irán para preparar deliciosas tisanas. También se puede adquirir una amplia gama de frutos secos como pistachos, anacardos y pipas de girasol en tiendas especializadas como Al Rifai, que estarán encantadas de hacerle probar sus especialidades antes de que haga su elección final. Destaca el chocolate Made in UAE, elaborado con leche de camello, que puede adquirirse en pequeños puestos improvisados en la mayoría de los centros comerciales. Los chocolates Mirzam, con sus envases de diseño, pueden adquirirse en la boutique de Al Quoz o en Abu Dhabi, cerca de Qasr al Hosn. El café árabe es un símbolo de la hospitalidad emiratí. Las mezclas para preparar café están disponibles en todos los supermercados. En el zoco se pueden comprar dhalas, las cafeteras de pico largo que se utilizan para preparar el café que se sirve a lo largo del día. En los zocos y supermercados también se pueden comprar pequeñas tazas sin asa llamadas finjal.

Objetos culturales

También se trabajan materiales preciosos como el oro y, sobre todo, la plata, que a menudo se venden al peso. Imperdibles en los zocos, las joyas beduinas (o sus imitaciones) destacan por su imponente tamaño. Otro artículo que se encuentra en las tiendas de segunda mano es el kandjar, una daga de hoja ancha y curva, inseparable de la cultura oriental. Para llevarse un kandjar auténtico, hay que pasar algún tiempo en los zocos, sobre todo en el de Sharjah. También se venden bastones de camello, o aassa, sobre todo en los emiratos del norte. Las pequeñas cestas tejidas con ramas de palmera y otros objetos cotidianos llamados khoos son otras auténticas artesanías locales y se venden en las tiendas de algunos museos.