La mosquée Sheikh Zayed à Abu Dhabi © dblight - iStockphoto.com.jpg

Islam

La religión oficial es el islam suní, que sigue las escuelas malikí o hanbalí. Muchos seguidores de esta última escuela son wahabíes. Formados por descendientes de comerciantes persas, algunos chiíes observan sus normas. Las mujeres pueden trabajar, conducir y salir solas y sin escolta. El alcohol está permitido en hoteles y clubes privados, salvo en Sharjah, el emirato seco. Los extranjeros pueden llevar cualquier tipo de ropa, siempre que no ofenda. El Awqaf es el organismo estatal que regula la vida de las mezquitas y sus mensajes. Sólo el Estado decide la concesión del título de imán y obliga a los más jóvenes a leer el texto oficial durante el sermón de la oración del viernes. A medida que se hacen más veteranos, los imanes pueden empezar a escribir sus propios sermones, pero bajo la atenta mirada de las autoridades. No se tolera ninguna desviación fundamentalista.

Los 5 pilares

Los pilares son respetados y fomentados por el gobierno. La primera es la Shahada o profesión de fe, que consiste en una sola frase: "No hay más Dios que Alá y Mahoma es su profeta". La segunda es la oración ritual o Salat. Se pronuncia 5 veces al día y sólo en árabe. La tercera es el Hajj o peregrinación a la Meca al menos una vez en la vida. El cuarto es el aserrado o la observancia del mes de ayuno del Ramadán. Como el calendario musulmán es lunar, el periodo de Ramadán cambia cada año. El quinto es el Zakat o limosna legal, una especie de impuesto religioso, recaudado en los Emiratos por el Ministerio, que todo musulmán tiene el deber de pagar en beneficio de los necesitados.

Las prohibiciones del Ramadán

El periodo de ayuno tiene sus propias reglas estrictas. Para los emiratíes, no se trata de imponer la práctica; al contrario, esperan gran discreción de los no musulmanes. Por ejemplo, durante el mes, entre la salida y la puesta del sol, no se come en público (en la calle o en el coche), no se bebe, no se masca chicle, no se fuma, no se sube el volumen de la música de baile en la radio del coche y no se lleva ropa ajustada o corta. Obviamente, las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, los ancianos y los enfermos están exentos. Cuidado también con los comentarios en las redes sociales, que pueden ser sancionados con multas en función de la gravedad de la "infracción".

Suníes y chiíes, un conflicto secular

Los conflictos entre las dos principales ramas del Islam, de las que el sunismo es con mucho mayoritaria (85% de seguidores), han marcado la historia de Oriente Próximo y la situación geopolítica actual. ¿En qué se diferencian estos dos movimientos? Todo comenzó en el año 632 con la muerte del profeta Mahoma. No dejó instrucciones sobre quién debía sucederle. Por ello, algunos eligieron a Alí, su yerno y primo, convirtiéndose en chiíes, mientras que los que siguieron a Abu Bakr, uno de los compañeros de Mahoma, se convirtieron en suníes. La primera rama se basa más en la herencia y el gran respeto por la familia del Profeta, mientras que la segunda se centra más en la comunidad de fieles, que puede nombrar imanes. Como resultado, los chiíes tienen un clero muy jerarquizado que debe descender de la familia del Profeta. En cambio, en el islam suní, el imán es designado por la comunidad e incluso puede autoproclamarse en algunos casos. Los chiíes también creen que el Iman Oculto, duodécimo sucesor de Alí, regresará al final de los tiempos para juzgar a la humanidad. Otra diferencia es que mientras los chiíes separan el poder religioso del político, los suníes, como el rey de Marruecos, no lo hacen. Más allá de la figura del sucesor, surgirán otras diferencias: los suníes creen que el Corán es de orden divino y que, hasta cierto punto, la historia está predeterminada. Por ello, los fieles se esfuerzan por reproducir fielmente todos los hechos y acciones del Profeta. Los chiíes, en cambio, creen que el Corán es una obra humana y se permiten ciertas interpretaciones. Aunque ambos movimientos comparten los cinco pilares del Islam, existen diferencias de práctica en torno a ciertos ritos, como la oración; asimismo, los días festivos no siempre se celebran en la misma fecha.

Los chiíes, que sólo representan el 15% de la población, son mayoría en Irán, Irak y, por un pequeño margen, Bahrein. Líbano y Pakistán albergan comunidades muy numerosas. También incluyen ramas disidentes como los jaredíes, muy presentes entre los bereberes del Magreb, los alauíes, poco numerosos pero con poder en Siria, y los drusos, repartidos por Líbano, el norte de Israel y Siria. Más que por sus diferencias religiosas, se oponen sobre todo en el plano geopolítico, ya que los chiíes critican a Arabia Saudí por venderse a los estadounidenses. Ni el advenimiento de la República Islámica de Irán en 1979, que provocó la invasión de Irán por Saddan Hussein en 1980 con el apoyo de Occidente y las monarquías del Golfo, ni la aparición de movimientos integristas radicales en varios países predominantemente suníes han contribuido a reducir los conflictos entre las dos ramas del Islam. Las monarquías del Golfo e Irán libran una verdadera "guerra fría" con el conflicto sirio y el de Yemen como telón de fondo.

Otras religiones

No hay cifras oficiales, pero se calcula que hay un millón de cristianos, de los cuales el 70% son católicos, el resto ortodoxos, protestantes y anglicanos, y se han construido unas cuarenta iglesias desde la independencia en 1971 para acoger a los fieles. En Dubai, las cifras son asombrosas: 80.000 fieles acuden a las misas de fin de semana y hasta 300.000 en los días festivos importantes. El país tiene un obispo en la catedral de Abu Dhabi, y un total de 8 iglesias católicas en todo el país. Es una iglesia de pobres, ya que la gran mayoría de los fieles proceden de Filipinas, India, Pakistán y Oriente Próximo. El hinduismo y el budismo también están presentes, con sus propios templos, e incluso hay un crematorio hindú para incinerar a los muertos, aunque esta práctica está prohibida en el Islam. En Dubai hay incluso una sinagoga.