Parques nacionales
El país cuenta con un gran número de zonas protegidas cuya finalidad es conservar el medio ambiente y acoger y educar al público. Entre ellas destacan
Parque Nacional de Boukornine: situado cerca de la capital, alberga algunos ecosistemas montañosos notables. Cuenta con más de 200 especies de flora. El parque también cuenta con una gran diversidad de fauna.
Parque Nacional de Ichkeul: situado al norte del país, es una auténtica reserva de biodiversidad. Clasificado por la UNESCO como Patrimonio Mundial del Hombre y Reserva de la Biosfera, alberga numerosas aves migratorias en torno al lago Ichkeul. Amenazado durante un tiempo por un aumento de la salinidad vinculado a las extracciones de agua de los ríos río arriba, se puso en marcha un plan de emergencia bajo los auspicios de la UNESCO, que finalizó en 2006.
Parque Nacional de Chaambi: situado al oeste del país, alberga el pico más alto del país, así como una biodiversidad excepcional. También clasificado como Reserva de la Biosfera por la UNESCO, deleitará a los visitantes con la belleza y diversidad de sus entornos.
Parque Nacional de Bouhedma: situado en el centro del país, en una zona de transición entre el Sáhara y el Mediterráneo, protege una gran variedad de entornos, incluidos ecosistemas montañosos (Atlas) y estepas boscosas.
Parque Nacional de Jbil: el mayor parque nacional de Túnez, en el sur del país, conserva ecosistemas característicos del Sáhara. También alberga varios yacimientos arqueológicos.
Parque Nacional de Jebel Chitana - Cap Négro: protege una notable biodiversidad de flora y fauna, incluidas especies endémicas. Las actividades de mediación ofrecen una introducción a las prácticas agrícolas y al conocimiento tradicional de las plantas.
Parque Nacional de Zembra y Zembretta: situado en el Golfo de Túnez, este parque alberga las islas del archipiélago epónimo. Reserva de la biosfera de la UNESCO, protege los hábitats de especies vegetales endémicas, así como de aves en peligro de extinción (pardela mediterránea). También ofrece magníficos paseos.
El problema generalizado de los residuos
La recogida, el tratamiento y el reciclaje de residuos siguen siendo insuficientes en Túnez. Prueba de ello es la incapacidad de las infraestructuras para tratar los residuos domésticos, que terminan su vida en vertederos a cielo abierto, una situación que genera importantes problemas medioambientales y sanitarios. En 2019, el vertedero de Borj Chakir se incendia. En 2020, otro escándalo salpica al ministro de Medio Ambiente, destituido por sospechas de corrupción en relación con la importación ilegal de residuos de Italia. El asunto fue revelado por los medios de comunicación en noviembre de 2020, antes de ser remitido a los tribunales. ¿De qué se trataba? Contenedores que habían llegado al puerto de Susa unos meses antes: oficialmente, residuos plásticos destinados a ser reciclados en un centro de reciclaje del país. En realidad, se trataba de residuos asimilables a basuras domésticas y "residuos hospitalarios". Un informe de Interpol de 2020 también destacó el aumento de los flujos ilegales de residuos plásticos desde 2018 (relacionado con la prohibición de importar este tipo de residuos a China). Aunque Túnez seguirá siendo uno de los países más afectados por la contaminación plástica en el mundo en 2024, el gobierno ha anunciado que la clasificación selectiva será obligatoria en los establecimientos públicos. ¡Un pequeño paso para atajar este problema urgente!
Los retos de la agricultura
El modelo agrícola tunecino (destinado principalmente a la exportación) se basa en la explotación y el uso del fosfato, que se utiliza debido a la pobreza del suelo. Pero la extracción y la transformación del fosfato son muy contaminantes y consumen mucha energía. Contribuyen a la contaminación crónica del medio ambiente y se sospecha que tienen graves consecuencias para la salud. El regadío agrícola es la principal fuente de consumo de agua en un país muy vulnerable al estrés hídrico y con fugas en las redes. El bombeo excesivo de agua en algunas zonas ha provocado la salinización, lo que hace que el agua consumida no sea apta para el consumo humano. La guerra de Ucrania ha acelerado la cuestión del autoabastecimiento: antaño granero de Roma, Túnez sufre ahora escasez de agua. Ante estos hechos, se han tomado medidas. Existen plantas desalinizadoras, pero tienen el inconveniente de que consumen mucha energía y son contaminantes. Otra solución es reinyectar en las aguas subterráneas el agua tratada de las depuradoras. Lanzado en 2013, el proyecto "Reverdir la Tunisie " desarrolla otro modelo agrícola, basado en la valorización de los procesos ecológicos e inspirado en la permacultura, y ha permitido crear varios "oasis-bosques".
Preservar el Mediterráneo
El Mediterráneo, salida de efluentes domésticos, agrícolas e industriales, sufre una amplia gama de contaminantes. La dilapidación o subdimensionamiento de algunas depuradoras agrava esta contaminación. La industria textil, muy presente en Túnez, contribuye a esta contaminación (además de ser una gran consumidora de agua).
Hacer frente al cambio climático
Túnez es uno de los países mediterráneos más vulnerables al cambio climático. Podría agravar los fenómenos de erosión costera, el estrés hídrico y aumentar la frecuencia e intensidad de los fenómenos extremos (sequías, inundaciones). Supone una amenaza de desertización. Túnez ha ratificado los Acuerdos de París y se ha comprometido así a lograr la neutralidad de carbono para 2050, con un objetivo de producción de energía renovable del 30% para 2030. Estos objetivos están a la altura del desafío climático, pero son considerados inalcanzables por las ONG.
Los retos del turismo
El turismo está vinculado a todos los problemas medioambientales del país. Ejerce presión sobre los recursos y el medio ambiente (artificialización del suelo, contaminación ligada a los residuos) y genera emisiones de gases de efecto invernadero (transporte). También está amenazada por el cambio climático (riesgo de inmersión de la costa, pérdida de biodiversidad y escasez de recursos). Sin embargo, es posible actuar fomentando la movilidad suave, un enfoque de residuos cero y la compra responsable, todo ello válido no sólo durante el viaje, sino también en las actividades diarias. Existen muchas herramientas para guiarte en esta búsqueda (Ademe, WWF, guías de residuos cero).