Una nueva Constitución amenaza la democracia

En julio de 2022, la nueva Constitución tunecina fue aprobada en referéndum por amplia mayoría (94,6%), poniendo fin a la Segunda República instituida por la Constitución de 2014. Los opositores a esta Constitución, que pone en peligro la incipiente democracia, consideran que este resultado tiene poca legitimidad, dada la baja participación. De los casi 9,3 millones de electores, solo 2,746 millones, es decir, el 30,5%, acudieron a las urnas.

La nueva Constitución devuelve el poder central al Jefe del Estado, mientras que las Constituyentes elegidas tras la revolución de octubre de 2011 habían introducido un sistema parlamentario con una Asamblea y un Presidente de la República responsable ante los representantes elegidos. En esta nueva Constitución, el Presidente no puede ser destituido. Elige al jefe del Gobierno y a los ministros y puede destituirlos cuando lo considere oportuno. Sus textos legislativos presentados al Parlamento tendrán prioridad.
Como resultado, la nueva Constitución ofrece pocos controles y equilibrios, lo que amenaza los derechos humanos y las libertades fundamentales. AFP informó de que "Kaïs Saïed, de 64 años, ve esta revisión como una extensión de la 'corrección del rumbo' iniciada el 25 de julio de 2021 cuando, alegando un estancamiento político y económico, destituyó a su primer ministro y congeló el Parlamento antes de disolverlo en marzo".
"Esta Constitución se produce además en un entorno económico y social catastrófico para Túnez, con una elevada tasa de desempleo, un bajo poder adquisitivo y un aumento de la pobreza.

La reelección de Kaïs Saïed en octubre de 2024 con más del 89% de los votos y una participación muy baja confirma esta deriva amenazadora de la democracia. "La legitimidad de las elecciones se ve inevitablemente empañada cuando los candidatos que podrían hacer sombra a Saïed han sido sistemáticamente marginados", comenta para AFP el analista político tunecino Hatem Nafti.

Lanzamiento del Plan de Desarrollo 2023-2025

El Plan de Desarrollo 2023-2025 es la continuación del Plan de Desarrollo 2016-2020, que no cumplió sus promesas: ningún proyecto de infraestructuras como se había prometido, objetivos de importación y exportación incumplidos, desempleo elevado, etc.
Para poner en marcha este nuevo plan para 2022, el Ministro de Economía, Samir Saïed, ha querido evaluar el plan anterior, para no repetir los mismos errores. La fase preliminar se puso en marcha el 10 de enero de 2022. En la página web ilBoursa.com, el Ministro declaró que "este plan reviste una importancia particular habida cuenta de los retos nacionales, especialmente en lo que se refiere a la recuperación del ritmo de crecimiento, la creación de nuevas oportunidades de empleo y el impulso del desarrollo de las regiones del interior".

"A mediados de septiembre de 2022 se propuso una primera versión del Plan, con vistas a su presentación definitiva antes de la publicación de la Ley de Finanzas de 2023. Este Plan se enmarca también en una visión estratégica para 2035, elaborada por el Instituto Tunecino de Estudios Estratégicos (Ites).
El objetivo de estos distintos proyectos es mejorar el contexto económico general de Túnez.

La Declaración de Túnez en la TICAD 8

La octava Conferencia Internacional de Tokio sobre el Desarrollo de África (TICAD), organizada por Jica (Agencia de Cooperación Internacional de Japón), se celebró en Túnez, capital del país, en agosto de 2022. La TICAD 8 dio lugar a la Declaración de Túnez.
"En ella] se confirma la importancia de la inversión en capital humano, así como la importancia del multilateralismo. [La Declaración de Túnez] se articula en torno a tres pilares: transformación estructural para el crecimiento económico y el desarrollo sostenible; construcción de una sociedad resiliente; y garantía de paz y estabilidad duraderas. Basándose en estos tres pilares: economía, sociedad, paz y estabilidad, el gobierno japonés ha anunciado sus contribuciones a África, que incluyen 70 iniciativas y acciones. Muchas de ellas serán implementadas por Jica en los próximos años", explicó el representante de Jica, Ueno Shubei, en una entrevista con el gobierno japonés.
Ueno Shubei en una entrevista publicada en la página web www.lapress.tn. Según el Presidente de Túnez, la cita de este año ha ido bien, sobre todo con el refuerzo del mecanismo de recuperación del dinero robado por la familia y allegados de Ben Ali durante su régimen, pero el país no ha podido convencer a Japón de que es un país africano que atrae la inversión extranjera.
Sin embargo, al final de los dos días de reuniones entre Japón y los países africanos, el país del sol naciente "prometió a Túnez una ayuda de 100 millones de dólares, que sólo se liberará cuando se haya llegado a un acuerdo con el FMI"

Negociaciones con el FMI

La crisis económica de Túnez se ha visto agravada por la pandemia mundial de 2020 y la guerra de Ucrania. El país depende de la importación de trigo y los productos de primera necesidad son cada vez más caros. Esta crisis afecta principalmente a las clases media y baja. En 2022, la tasa de desempleo era del 18,4% a nivel nacional y del 42% entre los jóvenes, descendiendo al 16,4% en 2023. El país se enfrenta a una fuga de cerebros, con jóvenes licenciados que abandonan el país para encontrar trabajo. A esto se añade el declive del turismo y la inestabilidad del gobierno.
Sobreendeudado, Túnez negocia con el Fondo Monetario Internacional la obtención de un préstamo de 4.000 millones de dólares. Para ello, el gobierno ha tenido que elaborar un expediente sólido para presentarlo al FMI. Según Nasreddine Nsibi, portavoz del gobierno y Ministro de Formación Profesional y Empleo, el expediente debía alcanzar la fase de aprobación definitiva por los técnicos del FMI en octubre de 2022. Una de las últimas reformas incluidas en este expediente se refiere al aumento del 5% de los salarios del sector público hasta al menos 2025, tras las negociaciones y un acuerdo firmado entre el gobierno Bouden y la UGTT, la Unión General Tunecina del Trabajo. Este último se ha comprometido a no exigir más aumentos durante tres años. Esta recaudación representaría un respiro económico para Túnez.