Una economía en transición hacia el liberalismo
La población de Montenegro es de 602445 habitantes, con una densidad relativamente baja de 43,6 habitantes por kilómetro cuadrado. Esta diferencia refleja el nivel de desarrollo del país, una importante emigración, pero también su geografía (montañas). Las diferencias entre la población rica y el resto del país son evidentes por la sencilla razón de que no se pasa tan rápidamente de un sistema comunista a uno capitalista. Los países estallan en el aire y el sistema se convierte en un capitalismo ultra salvaje... en el sentido etimológico y definitorio de capitalismo. La captación por la cabeza o, más bien, por «cabeza de clase». En Montenegro se ve como unos pocos han hecho fortuna mientras la mayoría sigue siendo muy pobre. Estamos muy lejos del «capitalismo de papá» de los años veinte en Estados Unidos.
En 2014, según el Banco Mundial, se estimaba que alrededor del 8,6 % de la población vivía por debajo del umbral de la pobreza, es decir, con menos de 170 € al mes. Lo preocupante es que, incluso con el triple de sueldo, ya era complicado vivir en Montenegro antes de que la inflación golpeara a principios de 2023.
La agricultura representaba el 7,6 % del PIB en 2020, según el FMI. Las exportaciones del sector se concentran en dos empresas (Plantaže, productora de vino de Podgorica, y la cervecera Trebjesa, de capital belga). No hay que olvidar la producción de mandarinas, higos, kiwis, naranjas y aceite de oliva.
El transporte marítimo, con el puerto de Bar, única salida marítima importante del país, sigue penalizado por unas infraestructuras inadecuadas y una interconexión insuficiente con el resto de los Balcanes. Sin embargo, el puerto de Bar debe buena parte de su actividad a los flujos vinculados a la producción de aluminio y a la importación de petróleo y sus derivados. En general, Montenegro permanece afectado por un mercado interior limitado. El país cuenta ahora con su independencia y la perspectiva de una integración más rápida en la Unión Europea para acceder a salidas más importantes.
La industria, aunque haya tenido que privatizarse, conserva algunas joyas. El combinado de aluminio de Podgorica, la acería de Nikšić y los astilleros de Bjelo son algunos ejemplos.
Un escenario político marcado por los problemas de identidad
Independiente desde junio de 2006, Montenegro adoptó una nueva Constitución en octubre de 2007, necesaria para tener en cuenta las competencias que antes correspondían a la Unión Estatal de Serbia y Montenegro. La adopción de esta nueva Constitución suscitó numerosos debates sobre el himno, la bandera, la independencia de la Iglesia Ortodoxa montenegrina o el nombre de la lengua hablada en Montenegro. El principal punto de discordia, la lengua, se saldó con la adopción del montenegrino como lengua oficial, al tiempo que se especificaba que se aceptaba el uso de las lenguas serbia, croata, bosnia y albanesa. Pero en octubre de 2020, el gobierno socialdemócrata cayó tras veintinueve años de mayoría en la Asamblea por la cuestión de la Iglesia. Tras diez meses de procesiones religiosas en las que participó la gran minoría serbia, la población rechazó en las urnas una ley para confiscar los terrenos de la Iglesia ortodoxa serbia.
Montenegro tiene un sistema asambleario al estilo británico. Según la Constitución, el Presidente es elegido por sufragio universal directo, pero le otorga poderes limitados: representación en el extranjero, promulgación de leyes y designación del candidato a Primer Ministro. El régimen prevé una sola cámara, compuesta por 81 diputados elegidos por cuatro años. El Parlamento nombra al Primer Ministro y a los ministros, vota el presupuesto anual, promulga leyes y ratifica los tratados internacionales. La coalición serbo-albanesa que obtuvo la mayoría en el Parlamento en octubre de 2020 puso al presidente Djukanović en una difícil situación.
En mayo de 2023, Djukanović sufrió la primera derrota de toda su carrera política cuando salió elegido el actual presidente, Jakov Milatović. Joven y del partido serbomontenegrino, centrista, proeuropeo y anticorrupción ¡Ahora Europa! (Pokret Evropa sad!), Milatović parece marcar el inicio de una nueva era para la política montenegrina.
El derecho de voto se concede a los montenegrinos que residen en el país desde hace más de dos años de forma ininterrumpida. Sin embargo, no se permite votar a los miembros de la diáspora montenegrina por temor a que tengan demasiado poder. De hecho, mientras que Montenegro tiene una población de algo menos de 700 000 habitantes, la diáspora cuenta con 800000, con 70000 representantes solo en Serbia.
Jakov Milatović, el renacimiento
Montenegro ha elegido recientemente un nuevo presidente y esto ha alegrado a los serbios que viven en el norte del país. ¿Por qué? Porque el nuevo presidente es considerado respetuoso con su comunidad. Se trata del joven presidente Milatović, que sucede al antiguo, que permaneció en el cargo durante más de treinta años.
Las elecciones presidenciales en Montenegro se celebraron en abril de 2023. Los serbios del norte de Montenegro expresaron su satisfacción por la noticia, ya que consideran que el nuevo líder sí les escuchará. Montenegro es un país de diversidad cultural, con una fuerte presencia serbia en el norte del país. Esta región ha sido a menudo escenario de tensiones entre las comunidades serbia y montenegrina, pero la elección de este nuevo presidente podría marcar un punto de inflexión en la relación entre ambos grupos. Si visita el norte de Montenegro, puede que sienta este apaciguamiento y alivio entre los serbios locales. El nuevo presidente es visto como un líder que respeta a todas las comunidades, y esto se refleja en su forma de dirigirse a la población. Por eso se respira un ambiente más relajado y una mayor sensación de seguridad en esta parte del país.