Los más bellos edificios religiosos Marruecos

Construida en 1347 por Abu Hassan, uno de los más grandes sultanes meriníes, cerca de la mezquita Karaouine, esta gran madraza recibe su nombre de Abu Mesbah, sabio de la gran mezquita vecina que impartió por primera vez cursos de Teología. Cuenta con un magnífico estanque íntegramente de mármol importado directamente de al-Ándalus. Forma parte del proyecto de rehabilitación de los edificios de la medina y ha sido restaurada respetando los cánones artísticos.

El templo protestante de Agadir es un edificio religioso construido en la década de 1950. Al principio, los servicios mensuales se celebraban en una casita de la Cruz Roja en la playa, después en la capilla del Hospital y a veces en el cine Rex de Talborjt. El templo está acompañado por un presbiterio. El templo protestante de Agadir tiene una rica historia y ha sido escenario de numerosos actos religiosos, como bautizos y comuniones. También ha sido el lugar de reunión de la parroquia de Agadir-Taroudant-Inezgane-Tiznit. Los pastores Lestringant y Bernel se encontraban en Agadir cuando se produjo el terremoto de 1960.

En la otra orilla del ued Boukhrared se encuentra el barrio Andaluz, cuyos dos tesoros son la mezquita de los Andaluces y, justo al lado, la madraza Sahrij. Un poco relegada a un segundo plano por la vecina al Karaouine, la mezquita de los Andaluces fue fundada por una mujer, Maryam al-Fihrya, la hermana de Fátima (fundadora de Karaouine), en el año 860. El santuario posee siete puertas; la más monumental, Bab Lahfa (puerta de los Pies Desnudos), es absolutamente magnífica. Construida en madera de cedro y hierro forjado, presenta una forma poco habitual para una mezquita. El minarete data del 956. Por último, la existencia de una nutrida biblioteca demuestra su prestigioso pasado. Se puede acceder a ella por la plaza R'cif o por Bab Ftouh.

Anterior a Bou Inania, fue construido en 1325 por el orden del Mérinide Abu Said. En esta madraza de dimensiones más modestas podrá admirar la finura del trabajo de los materiales más nobles de Marruecos, el mármol blanco, el cedro de los bosques del Atlas Medio y el bronce, en la entrada. Un magnífico estanque rectangular ocupa el centro del patio. ¡Qué placer, para los estudiantes, estudiar en un lugar tan hermoso y propicio para la reflexión! Tras largos años de restauración, la madraza abrió sus puertas en 2012, para mayor alegría de los amantes de la calma y frescura.

Más que por su decoración, poco espectacular, resulta interesante visitar esta madraza por su carácter funcional. Es la más grande de Fez, y fue construida por los alauitas en el siglo XVII para albergar y formar a unos 250 estudiantes.

Este mausoleo, construido en 1957, es un importante lugar de peregrinación en Marrakech. En primer lugar porque Youssef ben Tachfine es considerado como Bou L'Bled, el padre fundador de la ciudad. Fue él quien, en el siglo XI, instaló la dinastía almorávide en el trono y construyó las murallas que defienden Marrakech. La leyenda cuenta que en este pequeño morabito encalado y cubierto de tejas verdes se produjeron fenómenos muy extraños: de todas las cúpulas, o koubba, construidas en memoria del gran hombre, ninguna habría sobrevivido; ¡todas se habrían destruido misteriosamente durante la noche! El fantasma de Youssef ben Tachfine creía que sólo la cúpula celeste era digna del fundador de Marrakech, según la leyenda... Y si este morabito se salvó, es porque es un cenotafio: no hay tumba en su interior. Algunos historiadores sostienen que el fundador de Marrakech está enterrado en el corazón de la medina, probablemente en los alrededores de la koubba El-Ba'adiyne. Su tumba habría sido profanada por los almohades cuando tomaron la ciudad y destruyeron todo a su paso. Para otros, Youssef ben Tachfine descansa a los pies de una palmera, en este palmeral que tanto amaba y del que se dice que se originó a partir de los huesos de dátiles consumidos por los almorávides. Para muchos, este mausoleo sin pompa es indigno de su prestigio. La entrada al Hospital Ibn Zohr (o Hospital de la Mamounia) está a la derecha.

Aquí es donde se encuentra el origen de la tradición de la fantasia marroquí. También se puede ir en peregrinaje para recibir el regalo de la música. La zaouia de Moulay Bou Chta el-Khammar, de su verdadero nombre Mohamed Ibn Moussa Ech-Chaoui, es un santuario construido en memoria del santo, en la época de su visita al siglo XVI.

Se trata de un bonito edificio de columnas, con ladrillo visto recubierto de cal.

Este edificio religioso, cuya construcción fue iniciada por el rey Mohammed VI, entonces príncipe heredero, se inauguró en 1983. Joya de la arquitectura tradicional marroquí, la mezquita se divisa desde lejos gracias a su soberbio minarete que domina la ciudad. Forma parte de un complejo de 4.500 metros cuadrados que incluye la sede del Consejo Regional de Ulemas, el Instituto de Estudios Teológicos Ibn Attya con internado, la sede de la delegación del Ministerio de Habices y Asuntos Islámicos y una biblioteca.

Encaramado en lo alto de un promontorio en el corazón del bosque de cedros, el monasterio de Toumliline ofrece una hermosa vista panorámica sobre el valle. Fundado en 1952 por monjes benedictinos, simboliza el deseo del Papa Pío XII y de Mohamed V de trabajar juntos para acercar el Islam y el Cristianismo. La capilla es también la única del mundo en la que la cruz cherifiana está representada en un monumento religioso cristiano. En 1955, después de que el ejército francés cerrara las colonias de vacaciones, los organizadores pidieron hospitalidad a los monjes. Jóvenes católicos y estudiantes marroquíes organizaron juegos, debates, mesas redondas y veladas musicales, y se conocieron, a pesar de las tensiones entre las comunidades. Un año más tarde, bajo el patrocinio del rey Mohamed V, se celebraron los encuentros de verano para reflexionar y debatir sobre temas sociales. Políticos, intelectuales, clérigos, poetas, psiquiatras, ingenieros y otras personalidades de todos los ámbitos asistieron a estas reuniones, que duraron hasta 1961. La expresión "el espíritu de Toumliline" recuerda estos momentos de diálogo, paz, respeto y puesta en común entre las diferentes comunidades. Cerrado desde 1968 por falta de financiación, el monasterio es el centro de un proyecto de restauración dirigido por la Fundación Mémoires Pour l'Avenir. El proyecto incluye la rehabilitación de la capilla y la biblioteca, la reactivación de los Encuentros Internacionales y la creación de un itinerario espiritual en el Medio Atlas.