Obras de arte para ver Azores

El puente con siete arcos neorrománicos, construido en 1883, es muy pintoresco y es sin duda uno de los más bellos de São Miguel. No podrá esquivarlo si pasa por la ciudad de Nordeste. Se puede admirar desde abajo, desde la pequeña plaza o cruzarlo y admirar la vista de la ciudad desde arriba. Está decorado con flores de todos los colores en verano: merece una buena foto. Sin embargo, la mejor vista para apreciar su bella construcción la tendrá si se aleja un poco.

Situado en el norte del centro de la ciudad, es una fiel reproducción de los molinos de viento típicos de la isla, construido con materiales y técnicas tradicionales. De inspiración flamenca, con cúpulas generalmente rojas. Hay una veintena de molinos repartidos por todo el archipiélago, testigos de la abundante producción de cereales para la exportación a lo largo de los años, lo que le ha valido a la isla el título de «granero de las Azores». El de Santa Maria no es una excepción a la regla, y aunque sea solo una reproducción, merece la pena echarle un vistazo.