Los mejores restaurantes Azores

Este restaurante debe su nombre a la expresión azoriana «Ala bote», que significa «coge la barca y vete». Es una invitación a relajarse en un espacio sencillo e informal donde se puede disfrutar de buenos platos típicos con vistas a la región occidental de São Miguel desde una magnífica terraza que está abierta todo el año. Recomendamos especialmente la morcilla con piña azoriana, el hojaldre con cabrilla (especialidad de la casa) o el bife micaelense. Los pescados y mariscos son también excelentes.

Carnívoros, bienvenidos al mejor restaurante de carne de la isla. Situado en el centro de la cooperativa agrícola de São Miguel, el sitio no deja lugar a dudas: aquí al menos se sabe de dónde viene lo que hay en el plato. Y es excelente. El lugar es famoso por su carne de alta calidad y sabor único, combinado con el arte del buen servicio. Dispone de una gran sala con capacidad para 140 personas, un bar y una terraza.

Una mesa excepcional en un entorno de sobriedad absolutamente nórdica; el joven chef (muy prometedor) a cargo de los fogones sirve una cocina de muy alta calidad, que sublima la frescura irreprochable de los alimentos mediante el tratamiento extremadamente sofisticado que les ofrece. En este sentido, la simplicidad llega casi a la perfección. Los vinos locales magníficamente elegidos maridan alegremente los platos servidos. La mejor mesa de la isla, sin duda, probablemente del archipiélago, y puede que incluso de Portugal.

Es el restaurante del hotel Os Moinhos. Nuestro favorito en cuanto a restauración en São Jorge. El establecimiento le ofrece platos tradicionales muy bien cocinados. La mayoría de los productos provienen de su huerto, y eso se nota en el plato. La ternera con corteza de queso de São Jorge está para chuparse los dedos: el plato entra por los ojos. El servicio es atento y el entorno, muy bonito. Añádale a eso la vista de Pico y de Faial: un excelente momento culinario en total tranquilidad. En resumen, sin duda la mejor mesa de la isla.

Inaugurada en 2014, la Tasca das Tias tiene una decoración de madera, moderna y cálida. Sabrosa cocina en forma de platos o tapas. La carne es tierna y suculenta y el proceso de cocción se respeta perfectamente. El atún a la parrilla es simplemente para quedarse sin palabras. Todos los platos son generosos, además de ofrecer una amplia carta de vinos. Aquí se mezclan turistas y azorianos. El ambiente es muy agradable, se sentirá cómodo. Es una de las mejores opciones de Terceira, se lo dirán incluso en las otras islas del archipiélago. Se recomienda reservar.

Sin duda, el mejor establecimiento en Praia da Vitória. Se puede disfrutar de buenos mariscos y especialidades de pescado, además de una alcatra absolutamente sublime. El ambiente es local y agradable, aunque la decoración sea un poco anticuada (bueno, forma parte del encanto del lugar). Personal atento a sus deseos para que todo sea perfecto. El restaurante suele estar lleno, pero como se desviven por complacer, siempre encuentran una pequeña mesa. También puede pensar en reservar. En resumen, un restaurante muy recomendable.

Este antiguo molino de viento convertido en snack bar domina la playa desde su posición. El acceso está medio oculto. Dependiendo de su apetito y de la hora del día, podrá tomar un bocadillo o comer más copiosamente en la terraza con vistas a la playa y al mar. Las carnes son buenas; de hecho, las hamburguesas podrían ser las mejores de São Miguel, aunque su ubicación sea posiblemente su mejor baza. Mientras sacia su apetito y su sed, podrá escuchar el sonido de las olas. Los precios son realmente razonables y en verano se puede comer hasta altas horas de la noche.

En nuestra opinión, es uno de los mejores restaurantes de la isla. Con una magnífica vista de Faial y del canal, aquí podrá degustar, por ejemplo, pescados y gambas magníficamente preparados, a menos que prefiera la gran sopa de pescado para dos personas, la especialidad de Pico. La carta de vinos también es interesante: puede elegir entre vinos portugueses y de Pico. Atmósfera local. Ideal para terminar la jornada después de una caminata por la costa o un día de natación en las numerosas piscinas naturales de los alrededores.

Antiguamente conocido como A Colmeia (desde hace más de trece años), el restaurante ha cambiado recientemente. Si ya era muy recomendable, la nueva propuesta es igual de audaz y suculenta. Las creaciones culinarias intemporales van de la mano con la innovación en una carta ecléctica que siempre da protagonismo a los productos y tradiciones locales. Es la propuesta de la joven chef Angelina Pedra, vilafranquense, una perla rara que dirige la cocina y que deleitará sus papilas gustativas. Es absolutamente necesario degustar el cráter de lava de piña y chocolate.

Uno de nuestros favoritos. Cocina deliciosa, ambiente tranquilo, magníficas fotos de las Azores en la pared, música suave y, sobre todo, una cálida bienvenida y un excelente servicio. Elidio y João, los dos propietarios del establecimiento, no dejarán de hacerle reír y se ocuparán de usted. También dispondrá de un ordenador con conexión a Internet de forma gratuita y podrá llevarse de recuerdo un DVD con magníficas fotos de São Miguel (por solo unos euros). Por lo que respecta a los platos, le recomendamos el consistente Bife Micaelense (filete con pimientos, huevos, ajo y patatas).

El restaurante Ponta do Garajau está situado en el pueblo de pescadores de Ribeira Quente. Su decoración de estilo rústico recuerda a las antiguas cocinas regionales y convierte el espacio en un sitio para estar a gusto. La decoración típica, con sus numerosas flores, lámparas de aceite, hamacas y otros motivos etnográficos, evoca el mundo de la pesca. La cocina es creativa, basada en la cultura azoriana, con productos locales y respeto por las tradiciones culinarias. Un lugar de excelencia para degustar una amplia gama de pescados y mariscos frescos.

Al lado del puerto, este restaurante sorprende por su arquitectura de buque de carga, pero no solo por eso: el pescado (y también los camarones y la sepia) y la carne se sirven crudos, basta con cocinarlos sobre las piedras calientes que los acompañan, a la manera portuguesa. De forma más precisa: cocina a la piedra sobre piedra de lava. Es como jugar a ser aprendices de cocina, algo que normalmente les encanta a los niños. Buena selección de vinos regionales. Un buen establecimiento con un concepto original. Le aconsejamos la mezcla (carne, pescado, crustáceos, moluscos).

Pub en la planta baja y restaurante encima, los dos hermanos que dieron origen a esta escuela parecen tener razón. Billar o futbolín para abrir el apetito, unos pasos para subir y pronto estará en la mesa. El menú es difícil de predecir ya que el chef prepara uno de verano y otro de invierno, manteniendo, eso sí, los imprescindibles. Entre ellos, la bruchetta de bolo levedo como entrante, el lombo de novilho como plato principal, o por supuesto, el omnipresente cozido. Un buen establecimiento.

Al final de la carretera que baja al antiguo puerto pesquero con sus coloridas embarcaciones de madera, hay una antigua casa de pescadores y una gran terraza con vistas al mar, a la sombra de árboles centenarios. Está en Caloura. En la entrada, una mesa muestra la pesca del día. Solo tiene que elegir el pescado que desea comer a la parrilla, acompañado de patatas al horno y un bufé de ensalada. Es sencillo y sabroso, y el entorno realmente mágico. Un lugar muy agradable, popular entre los lugareños, así que asegúrese de reservar.

Es el restaurante del hotel Ponta Delgada. La atmósfera es íntima, con luces atenuadas, y la decoración chic, sencilla y refinada, con mesas de madera y sillas de cuero. La carta de vinos es muy completa, con algunos vinos excelentes. En cuanto a la cocina, es delicada y elegante. Sus papilas gustativas se deleitarán, por ejemplo, con el tataki de atún o con un trozo de carne tierna cocinada a su gusto. Los postres son sutiles. El servicio es discreto y los camareros dan buenos consejos. Buena relación calidad-precio.

Integrado en el magnífico Furnas Boutique Hotel, el restaurante A Terra le da la bienvenida con una decoración fresca y brillante. Detrás de los grandes ventanales, descubrirá un ambiente cálido y relajado. Sin olvidar la terraza exterior, realmente muy agradable. Para disfrutar sin sentirse culpable, el restaurante ofrece una cocina creativa y revisada, sencilla y sabrosa entre pizzas al horno de leña, gratinados y productos locales. Una gastronomía rica en propuestas y variaciones temáticas. No puede perdérselo.

En lo alto del pueblo, frente a la iglesia. Aquí podrá disfrutar de un abundante cocido, pulpo, bacalao o filetes a la Tony's en un ambiente popular. El bar está muy concurrido la mayor parte del tiempo con caballeros bebiendo alegremente; cuidado porque la sala es grande y puede volverse rápidamente muy ruidosa, como una cantina. Es un poco más tranquilo en la terraza, en el primer piso, con vistas a la plaza. No olvide reservar con antelación, ya que es un lugar muy popular El servicio es eficaz y amable. Ambiente familiar agradable y platos generosos.

Valentina es una figura en la isla. Propone platos sencillos originarios del norte de Portugal, pero también platos típicos de la época. Son muy copiosos y baratos. Los productos son naturales y se reparte sin hambre. La recepción es sonriente y muy amable; su marido, que se ocupa de usted en la mesa, habla francés.

Uno de nuestros establecimientos preferidos. Se trata de un restaurante familiar donde Guilhaume y Filomene le recibirán como si estuviera en casa. Antes de ir, debe reservar: es una garantía para comer productos frescos. Si se siente tentado, puede ir a pescar con el jefe. Y luego a la mesa. Los platos son abundantes y están bien preparados y si no queda satisfecho, solo tiene que repetir: no tiene que pagar más. Cabe señalar que Guilhaume y Filomene también ofrecen dos casas en alquiler en los alrededores.

No hay muchos restaurantes en la punta de la isla, así que Ponta da Ilha es una buena opción si se encuentra en los alrededores. Sobre todo porque el entorno es bastante bonito, como si estuviera en los confines del mundo. El pescado es siempre fresco y está bien cocinado; si le gusta el pulpo, lo preparan divinamente. Como en casi todas partes en las Azores, las porciones son generosas. El servicio es profesional y las camareras, agradables. La gran sala es un poco impersonal, es cierto, pero lo más importante está en su plato.