Atracciones turísticas y monumentos Azores

Desde la cresta del cráter volcánico, en el lugar conocido como Vista do Rei, hay una panorámica magnífica de los lagos. El imponente y feo montón de hormigón que no se puede obviar en el lugar fue un hotel de cinco estrellas que duró solo unos meses; el proyecto se fue al garete (hay que decir que la niebla es bastante persistente aquí), aunque algunos hablan de una posible reapertura. Una de las excursiones más famosas de la isla sale del mirador y rodea por completo el cráter.

Junto al palacio presidencial, es un parque privado cuya entrada principal conduce a un hotel, la Casa do Jardim. José do Canto fue el importador de los jardines ingleses de la época victoriana a las Azores. Un verdadero oasis en el centro de la ciudad, es un lugar ideal para un paseo bucólico entre magníficos ejemplares de árboles  y numerosas variedades de plantas exóticas. Este jardín es un espacio de gran interés paisajístico y botánico, poblado por árboles que impresionan por su tamaño monumental o su morfología única. No hay que perdérselo.

La caza de ballenas comenzó en Porto Pim en 1943. La fábrica que está visitando era explotada por la empresa SIMAL, que fabricaba y exportaba aceite y harina de cachalote. El negocio prosperó durante unos cuarenta años, pero en 1974 la fábrica cesó toda su actividad. Adquirida en 1980 por el gobierno regional de las Azores, fue clasificada cuatro años después como edificio de interés público. Renovada a principios de la década del 2000, y desde entonces impulsada por el Observatorio Marítimo de las Azores, alberga ahora un interesante museo que acaba de ser modernizado. Tras la remodelación llevada a cabo en 2018, la Fábrica da Baleia vuelve a trazar la historia de la caza de ballenas y de la industria adyacente. En primer lugar, hay un pequeño recordatorio histórico antes de subir al primer piso y admirar el enorme esqueleto de ballena que «decora» la habitación. Si sigue las pasarelas de madera, el recorrido le permitirá descubrir las máquinas utilizadas para extraer el aceite y fabricar la harina. También hay bellas fotos, retratos de antiguos cazadores, tomas de las regatas que se organizan hoy en día con los barcos que solían utilizarse para la caza. Todo esto está acompañado por vídeos explicativos (en portugués o inglés). Las almas sensibles deberán abstenerse de visitar la última área, que es particularmente explícita y precisa sobre el proceso de caza y la matanza de las ballenas. Una visita muy interesante y perfectamente orquestada.

Subiendo desde el metro Avlabari, hay que tomar la calle Meskhishvili para ir hasta la catedral Sameba, sede de la Iglesia ortodoxa de Georgia. Esta estructura grandilocuente de 84 metros de altura, de estilo neomedieval o historicista, fue financiada por el multimillonario georgiano Boris Ivanishvili; su construcción comenzó a principios de la década de 2000, y su parte subterránea apenas está terminada. Este orgullo de la renovación ortodoxa en Georgia es muy controvertido; en primer lugar, muchos ortodoxos juzgan como pecado haber construido una iglesia mayor que los santuarios tradicionales de Svetitskhoveli y Alaverdi. Otros la encuentran contraria a la espiritualidad georgiana, imperialista y fría. Además, fue construida en el corazón del barrio armenio, en pleno cementerio armenio de la ciudad (el panteón armenio fue parcialmente dañado con los movimientos de tierras y ahora se encuentra en un extremo del gigantesco complejo). La comunidad armenia se indignó por la violación de su patrimonio, y lo ha vivido como una provocación del poder georgiano ortodoxo en el corazón de su barrio. Ahora, en la calle Meskhishvili hay cada día una auténtica invasión de peregrinos ortodoxos, que ha conllevado la apertura de tiendas de iconos y accesorios religiosos en el interior del gueto armenio. Realmente debe subir —sea o no aficionado a este gigantismo— para constatar la fastuosidad y la riqueza de este complejo que, por lo demás, tiene un aspecto de monasterio tibetano, con su gran terraza dominando todo el valle. El interior está forrado en mármol, y alberga numerosos tesoros. En el sótano hay una cripta casi tan grande como la sala superior, y en la que también se ofician actos religiosos. Sameba ha destronado a Sioni como sede del patriarcado ortodoxo y todas las ceremonias político-religiosas se realizan aquí. En una celebración oficial se instala una tribuna ante el Parlamento, antes de que toda la delegación acuda a Sameba.

Puede darse una vuelta por la iglesia parroquial de Nossa Senhora da Anunciação, edificada en el siglo XVI y reconstruida en 1782, sobre todo por la vista que se despliega desde el atrio, en la parte trasera, de los acantilados de la costa norte, a la sombra de una magnífica araucaria. Pero sobre todo no debe perderse, al cruzar al otro lado de la EN1A, al fondo de una garganta estrecha, la preciosa cascada de Achada, en medio de un auténtico bosque de pitosporos.