Monumentos a visitar Azores

Al sur de la playa y cerca del cabo de Praia, una pequeña fortaleza es el único vestigio que queda de las nueve fortificaciones que defendieron a la ciudad de los saqueadores desde el siglo XVI. Ponta do Cabo ofrece una excelente vista de la costa y de la ciudad desde el mirador de Riviera. Haga este pequeño desvío; prometemos que no se arrepentirá. El fuerte está muy bien conservado y permite apreciar la arquitectura militar del archipiélago. Difícil equivocarse: es inconfundible con sus muros amarillos.

Situado en el norte del centro de la ciudad, es una fiel reproducción de los molinos de viento típicos de la isla, construido con materiales y técnicas tradicionales. De inspiración flamenca, con cúpulas generalmente rojas. Hay una veintena de molinos repartidos por todo el archipiélago, testigos de la abundante producción de cereales para la exportación a lo largo de los años, lo que le ha valido a la isla el título de «granero de las Azores». El de Santa Maria no es una excepción a la regla, y aunque sea solo una reproducción, merece la pena echarle un vistazo.

Construido en el siglo XVII, es el antiguo convento de los jesuitas —expulsados en 1759—, que se convirtió en la residencia de los capitanes generales de las Azores tras la creación de este cargo en 1766 por el marqués de Pombal. El patio alberga una fuente y un espectacular drago. La iglesia está ricamente decorada con madera dorada y azulejos. También alberga una colección de coches y carros decorados con lámparas de cristal y marfil. Muchos provienen de Francia, los nombres no engañan: Sedan, Landau... También se puede visitar la habitación donde durmió el rey don Pedro IV cuando llegó a la isla. En la actualidad, el edificio cumple tres funciones específicas: es una de las residencias oficiales del presidente del Gobierno Regional de las Azores, alberga la administración de la Vicepresidencia, y cuenta con un recorrido museístico abierto al público (que hemos mencionado). Ofrece a los turistas visitas guiadas en varios idiomas. Infórmese sobre los horarios en el lugar.

Justo al lado, se puede visitar la iglesia Do Colégio, también conocida como de Nossa Senhora do Carmo, que formaba parte del antiguo colegio de los jesuitas, cuyas seis capillas laterales están ricamente decoradas con pinturas religiosas, altares de madera dorada y paneles de azulejos de los siglos XVII y XVIII. Con un poco de suerte, obtendrá una visita guiada muy interesante (en inglés y gratuita) que le mostrará la decoración del edificio. No se la pierda.