Parques nacionales y biodiversidad

El país protege alrededor del 22% de su territorio en zonas protegidas, cuyo acceso está estrictamente regulado para preservar entornos y especies. Entre los parques nacionales del país destacan

Parque Nacional Alejandro de H umboldt: llamado así en honor del famoso científico y explorador Alexandre de Humboldt (que pasó una temporada en Cuba), el parque, situado al este de la isla, es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, sobre todo por su gran diversidad de flora. Sus bosques albergan un tercio de las especies endémicas.

Parque Nacional de la Sierra Maestra : protege la cordillera homónima, la más alta del país, y sus ecosistemas forestales, ricos en biodiversidad (avifauna).

Parque Nacional del Desembarco del Granma : patrimonio mundial de la UNESCO, situado al sureste del país, este parque protege unos notables acantilados costeros calcáreos. Las terrazas de Cabo Cruz constituyen un patrimonio natural y paisajístico único en el mundo.

Parque Nacional de Viñales (Pinar del Río): Patrimonio Mundial de la Unesco, protege todo el valle agrícola del país y su notable patrimonio geológico (cuevas, mogotes y colinas calizas).

Parque Nacional de la Península de Guanahacabibes: situado al oeste de la isla, protege la península del mismo nombre y sus numerosos yacimientos arqueológicos.

ParqueNacional de Montemar (Matanzas), antiguo Parque de la Ciénaga de Zapata: situado en la península de Zapata, al sureste del país, y clasificado como reserva de la biosfera por la UNESCO, protege notables humedales (vastas marismas) y una gran diversidad de flora (más de 900 especies vegetales y casi 200 de aves).

Parque Nacional Monumento Bariay: situado en la bahía de Bariay, alberga el primer yacimiento descubierto por Cristóbal Colón en 1492 (museo arqueológico).

ParqueNacional de los Caguanes: situado en la bahía de Buenavista, este parque protege los ecosistemas de los Cayos de Piedra (islas). Alberga manglares, cuevas (cuevas de Humboldt, Ramos y Los Chivos), yacimientos arqueológicos y una gran variedad de fauna (murciélagos, serpientes).

Reserva Natural Jardines de laReina: esta zona protegida alberga los manglares y arrecifes de coral del archipiélago Jardines de la Reina.

El desarrollo de la agricultura ecológica

La preservación de la biodiversidad va más allá de estas medidas de conservación. Las prácticas agroecológicas que se aplican desde hace unos treinta años en el país tienden a mantener la dinámica de las poblaciones, incluidas las abejas. En declive en casi todo el mundo, las abejas de Cuba se encuentran bien, gracias a la ausencia de pesticidas.

El embargo estadounidense, seguido del hundimiento de la URSS en 1990, provocó una rápida transición agrícola en Cuba, que se vio privada de equipos agrícolas e insumos químicos. Se basó en la aplicación de técnicas agroecológicas (es decir, aprovechar al máximo los procesos ecológicos). Ello condujo al desarrollo de una agricultura local, incluidos los huertos y las zonas urbanas, basada en la destreza manual y la tracción animal, que ha permitido alimentar a la población respetando el mundo vivo. En 2010, esta transición agrícola fue recompensada al más alto nivel con la concesión del Premio Medioambiental Goldman al agrónomo cubano Humberto Ríos por su trabajo sobre la biodiversidad y la agricultura cubana.

Cuba y el cambio climático

Cuba es especialmente vulnerable al cambio climático. Esto se refleja en la mayor frecuencia e intensidad de los fenómenos extremos, incluidos 9 huracanes muy intensos en 20 años. La escasez de recursos hídricos y las situaciones de estrés hídrico podrían agravarse. La subida del nivel del mar implica un riesgo creciente de sumersión de las costas, con el corolario de una erosión acelerada, la desaparición potencial del 6% de la superficie de la isla y la degradación de los manglares, humedales de amortiguación que son reservorios de biodiversidad, filtros de la calidad del agua y zonas protectoras de la costa. Ante esta situación, el país ha puesto en marcha un plan que incluye medidas de mitigación y adaptación al cambio climático. Entre las medidas importantes figuran el desarrollo de la agricultura agroecológica, antes mencionada, la reforestación y la gestión del agua (reparación de las redes con fugas, mejora del abastecimiento y saneamiento). La energía sigue siendo una cuestión clave. Cuba, que depende en gran medida de los combustibles fósiles (petróleo importado), también está planeando medidas para mejorar la eficiencia energética de sus edificios y avanzar hacia las energías renovables. La renovación de la red eléctrica también forma parte del programa de acción, ya que el transporte de electricidad genera alrededor del 16% de las pérdidas en las líneas.

Viajar de forma diferente

Es posible optar por un viaje más sobrio y auténtico, favoreciendo estilos de vida que tengan menos impacto, combinando movilidad suave, hospitalidad local y localismo. También hay que procurar utilizar los recursos con prudencia y evitar ciertos productos contaminantes (cremas solares con ciertos filtros químicos, por ejemplo) o que generen residuos, como las botellas de plástico o los plásticos de un solo uso. Es perfectamente posible utilizar la movilidad blanda en Cuba. Hay una red ferroviaria que llega a todas las provincias. Los cicloturistas también recorren la isla en bicicleta todos los años. Cuba también ofrece una amplia gama de opciones de alojamiento en familia. Por último, se puede disfrutar de comida orgánica y local. Cuba es cuna del movimiento internacional slowfood. Su objetivo es promover una alimentación "limpia, justa y buena" que respete a los productores y al mundo vivo. Muestra el saber hacer local y enumera iniciativas basadas en la biodiversidad agrícola y las tradiciones gastronómicas, como las albóndigas de pescado Macabi (slowfood.fr). Porque cada gesto cuenta ante la emergencia ecológica, todos tenemos un papel que desempeñar tanto en nuestra vida cotidiana como en nuestros viajes.