Presentación geográfica general

Cuba es la séptima isla más grande del mundo y la mayor del Caribe. El Trópico de Cáncer la toca por el norte y goza de una interesante situación geográfica. Cuba está rodeada por el océano Atlántico, el mar Caribe y el golfo de México. Entre sus vecinos se encuentra Haití, cuyo litoral se extiende 77 km al este y cuya silueta es claramente visible en los días despejados. A 140 km al Sur se encuentra Jamaica. Al Oeste, la primera tierra que se encuentra es la península mexicana de Yucatán, a 210 km, mientras que al Norte, a 145 km de la costa cubana, está Florida.

En cuanto a la superficie de Cuba, los profesores cubanos suelen decir a los escolares que es de 111.111 km², cuando en realidad es de 110.922 km². A modo de comparación, la superficie de Portugal es de 92.212 km². Además de la isla principal, hay unos 3.715 km² de islas e islotes (cayos, de los que hay unos 1.600), conocidos como Canarreos, Colorados, Jardines del Rey y Jardines de la Reina. La Isla de la Juventud (antes Isla de Pinos), la Isla de Turiguanó y Cayo Romano son las más grandes. Cuba mide 1.250 km de largo en su parte más larga (desde el Cabo San Antonio, al oeste, hasta la Punta de Maisí, al este) y 32 km de ancho en su parte más estrecha (191 km en su parte más ancha). En total, la isla tiene 3.735 km de costa, desde playas y tierras bajas pantanosas hasta escarpados acantilados rocosos.

Terreno cubano

Alrededor de dos tercios del país están cubiertos de sabana. El otro tercio está formado por cadenas montañosas.

Entre ellas, la Sierra Maestra (sureste) es una de las más famosas por su papel en la historia de Cuba. Desde Coaba hasta la base estadounidense de Guantánamo, se extiende a lo largo de 240 km y 30 km de ancho, y alberga la segunda ciudad más grande de Cuba, Santiago de Cuba, así como una miríada de pequeñas ciudades y pueblos. Aquí domina el Pico Turquino, de 1.972 m de altura. Desde aquí, las montañas descienden hasta el mar Caribe en el sur, mientras que en el norte se suavizan gradualmente hasta el río Cauto -el más importante de la isla- antes de desintegrarse finalmente en las marismas de Manzanillo. No lejos de Santiago, en torno al Cerro de la Cantera, se encuentra la zona conocida como el Cobre, dominada por la Gran Piedra, una imponente roca que alcanza los 1.214 m de altura. Esta parte de la Sierra Maestra es rica en cobre, níquel y otros minerales. Aquí hay muchas minas. Aunque la región no es volcánica, no son raros los terremotos.

Otras zonas montañosas de Cuba son las del este, como la Sierra del Cristal, dominada por el Pico del Cristal (1.231 m), que se encuentra al norte del extremo de la isla. En la misma región, las sierras de Baracoa, Nicaro y Nipe rodean uno de los mayores yacimientos de níquel del mundo: Moa. En el centro de la isla, en la vertiente sur, se encuentra la sierra del Escambray, que alberga el macizo de Guamuhaya y el pico de San Juan. Esta sierra, llena de lagos, ríos y cuevas, está formada en realidad por dos cordilleras, Sancti Spiritus y Trinidad. Al pie de esta última se encuentra la ciudad del mismo nombre, famosa por su encanto colonial.

Las sierras de los Órganos y del Rosario, más pequeñas y con una altitud máxima de 728 m, se sitúan en el extremo occidental del territorio. En la primera descubrirá sorprendentes formaciones geográficas: cuevas prehistóricas y mogotes (colinas calizas redondeadas), entre los que destacan los mogotes de Viñales. A estos macizos principales se suman otras sierras más modestas como la Sierra de Cubitas (provincia de Camagüey) y los altos de Bejucal-Madruga-Limonar (provincia de La Habana).

Encuanto a los dos tercios no montañosos , predominan las llanuras y los valles. Desde la llegada de los conquistadores, tanto la caña de azúcar (se han talado bosques enteros para este intenso cultivo) como el tabaco se han cultivado aquí sin cesar. Aunque estas dos materias primas han hecho famosa a Cuba, los paisajes de la isla también están repletos de cultivos hortícolas y frutales y, aunque la sequía tiende a hacer mella en la ganadería, todavía abundan las granjas. Más arriba, sobre todo en las montañas del este y el centro de la isla, los cultivos de café ocupan grandes extensiones de terreno. Por último, están las zonas muy bajas y pantanosas de Cuba, situadas principalmente en parte de la costa sur de Matanzas (península de Zapata) y en la zona comprendida entre Trinidad y Manzanillo. Hay muchas lagunas y lagos artificiales utilizados para el riego, sobre todo en los alrededores de Guanahacabibes. Las mayores lagunas son La Leche (al norte de la provincia de Ciego de Ávila) y Ariguanabo (al oeste de la provincia de La Habana).

Costa, ríos y fondos marinos

La increíble diversidad geológica de Cuba ha dado lugar a un paisaje costero no menos impresionante. En el siglo XIX, un viajero inglés comparó el panorama que ofrecía la costa de Sierra Maestra frente a Jamaica con la Riviera italiana de Génova. En general, dos tipos de paisaje costero comparten protagonismo en Cuba: los adornados con piedras pulidas por las olas, conocidos como diente de perro, y los de arena fina. Además, una multitud de bahías, grandes y pequeñas, cuya forma recuerda al cuello de una botella(bolsas, como dicen los cubanos), salpican el litoral. De este a oeste, se llaman Nipe, Nuevitas, Matanzas, La Habana y Mariel en la costa norte; Guantánamo, Santiago (estas dos son con mucho las más grandes), Casilda, Cienfuegos y Bahía de Cochinos en la costa sur.

Encuanto a las aguas bravas, Cuba cuenta con no menos de 200 ríos. Sin embargo, debido a la particular forma de la isla, son cortos (40 km de longitud máxima para la gran mayoría de los ríos) y, a causa del relieve, fluyen en dirección norte-sur o sur-norte. Dos ríos destacan, sin embargo, por sus recorridos algo más extravagantes y su tamaño. El río Cauto tiene 370 km de longitud y el río Sagua la Grande, 163 km. Cuba posee también una densa red de ríos subterráneos, una vasta reserva de agua dulce. Por último, el terreno escarpado de algunas regiones del país es fuente de suntuosas cascadas, entre las que destaca el río Hanabanilla (provincia de Sancti Spíritus)

Centrémonos ahora en las peculiaridades marítimas de Cuba. Algunos lugares especialmente notables han sido esculpidos por la acción combinada de vientos, corrientes, mareas y movimientos sísmicos: El Paso de los Vientos, entre Cuba y Haití; el Canal Viejo de las Bahamas, a lo largo de la costa norte; el Estrecho de Yucatán, entre la Península de Guanahacahibes y México; y también el Estrecho de Florida, entre La Habana y Miami... En cuanto a los fondos marinos, las aguas de la costa sur esconden fosas submarinas de gran profundidad. La Fosa Bartlett, 60 km al sur de la Sierra Maestra, es una de las más profundas del mundo: ¡un abismo de 7.243 metros de profundidad! El resto de la plataforma insular que rodea Cuba tiene entre 100 y 200 metros de profundidad. Desde los cayos, los islotes que forman una cadena alrededor de Cuba, se divisan a lo lejos, a distancias variables de la costa, franjas espumosas que delatan la presencia de arrecifes de coral. El arrecife de Camagüey, por ejemplo, es el segundo más grande del mundo después de la barrera australiana, con 400 km de longitud

Cayos cubanos

Cayos son las cerca de 1.600 islas e islotes diseminados por Cuba en una superficie de 3.715 km², mayor que Luxemburgo, Liechtenstein, Mónaco, Andorra y San Martín juntos. La palabra en sí, cayo, es una traducción de la palabra angloamericana key, utilizada principalmente en Florida para designar islotes. Generalmente tranquilos y muy bien conservados, con poca o ninguna construcción, la gran mayoría de estas tierras albergan paisajes soberbios. El mar es poco profundo alrededor de los cayos (de 10 a 20 m), por lo que sobrevolarlos en avioneta es un espectáculo digno de contemplar: ¡el monocromo azul turquesa y las aguas cristalinas que revelan bancos de coral bien merecen el vuelo! Aunque la industria turística no ha desaprovechado estos pequeños paraísos, en la mayoría de los casos se ha buscado un equilibrio entre el respeto al medio ambiente y la rentabilidad económica. Estos cayos se agrupan en cuatro archipiélagos.

Archipiélago de los Canarreos. Situado en la provincia de La Habana y compuesto por no menos de 350 islas e islotes, es uno de los mayores archipiélagos cubanos. Se extiende desde la punta de Camagatos (en la provincia de Pinar del Río) hasta el borde de la Bahía de Cochinos. Aunque abundan los cangrejos y las tortugas marinas, la langosta es el rey Cada año se pescan unas 2.000 toneladas que se enlatan en Nueva Gerona, capital de la Isla de la Juventud.

Archipiélago de los Colorados. Este archipiélago se extiende entre un arrecife de coral de 200 km de largo y la costa norte de la provincia de Pinar del Río. Aunque es el archipiélago cubano más pequeño en número de islas, no por ello es menos suntuoso. Los cayos más famosos son Arenas, Diego Rapada, Inés de Soto, Jutías y Buenavista, así como el banco de arena de Sancho Pardo. Amantes del pescado y el marisco, ¡están en el lugar adecuado!

Archipiélago de los Jardines del Rey. Este archipiélago está situado a unos quince kilómetros de la costa de la provincia de Camagüey y comprende unas 400 islas e islotes que se extienden a lo largo de 400 km desde la península de Hicacos hasta la punta de Práctica. Un arrecife de coral de la misma longitud bordea el archipiélago por el norte (el segundo mayor del mundo tras el de Australia). Si se desplaza de oeste a este, observará que los cayos aumentan gradualmente de tamaño hasta convertirse en verdaderas islas alrededor de Morón. Son las islas de Turiguano, Cayo Romano, Cayo Guillermo, Cayo Coco, Guajaba y Norte.

Archipiélago de los Jardines de la Reina. La cuarta y última agrupación de islas y cayos cubanos se encuentra en el golfo de Guacanayabo. Bautizado por Cristóbal Colón en homenaje a la reina española Isabel la Católica, alberga algunas islas sensacionales: Gran Bajo de Buena Esperanza, Laberinto de las Doce Leguas, Caballones Grande y Cinco Balas. ¡Belleza salvaje!