Animales del cielo y de la tierra

Cuba posee una fauna muy variada, empezando por la avifauna. Existen no menos de 400 especies de aves (388 para ser exactos), que van desde el ave más pequeña del mundo -el esmeralda de Ricord(Chlorostilbon ricordii), coloquialmente conocido como "zunzún" por los cubanos- hasta el caballero de Italia, un flamenco rosado de 1,50 metros de altura. Entre las especies más notables figuran el impresionante sijus, capaz de girar la cabeza 360°, y el pájaro carpintero de pico marfil (el segundo más grande de su especie), que ha reaparecido recientemente en Cuba. Sin embargo, el ave más emblemática es la que los cubanos han elegido como emblema nacional: el trogón o tocoroco, que vive en los bosques de la isla. Tanto su asombroso canto como su deslumbrante plumaje -una combinación de negro, rojo, blanco y verde intenso- son únicos. También hay otras aves tropicales bastante fáciles de ver en el campo cubano, a menudo cerca de las casas: el coco negro, el coco blanco y el loro verde, que conviven con grullas, golondrinas, palomas y tórtolas. En cuanto a las aves acuáticas, hay mucho donde elegir. Las principales aves marinas son la gaviota, el pelícano y el gaviotín. La garza azul, la perdiz y la yaguaza son las aves que se encuentran en los alrededores de las reservas de agua dulce.

En cuanto alos mamíferos, es interesante señalar que cuando Cristóbal Colón llegó a Cuba sólo encontró dos cuadrúpedos. El primero era un perro sin voz, el segundo un tipo de mapache que los nativos llamaban "guaquinagi". Cuando los españoles se asentaron en la isla, trajeron consigo animales domésticos -caballos, cabras, cerdos, gatos y perros-, todos los cuales acabaron volviendo a su estado salvaje. La misma especie de perro fue evolucionando hasta dar lugar a dos especies radicalmente distintas: el spaniel habanero, de pequeña estatura, y su versión de mayor tamaño, una especie de moloso que antaño se adiestraba para cazar esclavos fugitivos. En cuanto al ganado vacuno y los caballos, su evolución ha sido bastante lineal. Como en Cuba hay pocos jabalíes, se han importado gamos para satisfacer a los cazadores... La zona de Baracoa alberga algunos "almiquís", mamíferos insectívoros endémicos e inofensivos, así como algunos cocodrilos, esta vez en la península de Zapata. A los caimanes les gusta tomar el sol caribeño en las fincas de la península.

En cuanto a lafamilia de los reptiles, la buena noticia es que las serpientes no son venenosas en Cuba Sin embargo, su tamaño puede ser imponente. Tal es el caso del majá de Santa María, cuya envergadura puede alcanzar los 4 metros. Más modestos en la familia de los reptiles y anfibios son la abundante presencia de iguanas, camaleones y lagartos (lagartos verdes y lagartos de arena en particular). Aunque a menudo invisibles, las ranas (la rana bananera es diminuta) y otros sapos búfalo son muy ruidosos por la noche, cuando dan serenatas. Junto a especies más imponentes, los murciélagos más comunes en Cuba son más bien pequeños y tienen los nombres más poéticos: ¡el murciélago mariposa y el murciélago flor dominan la noche! En la familia de los insectos, destacan las innumerables -e inmensas- mariposas cubanas multicolores. Una de las más suntuosas es la Mariposa Cristal, que adora las flores de buddleia. Entre los insectos que hay que vigilar, además del infatigable mosquito, ¡evite toparse con la picadura del escorpión italiano!

¿Y en el agua?

En el mar de la costa, lo primero que hay que buscar son las reservas de manatíes (conocidos aquí como "manatís"), imponentes mamíferos antaño comparados a sirenas por los marineros que, aficionados a su carne, diezmaron en gran medida la población. Auténtico fósil viviente, se cree que el manjuarí, un pez alargado de movimientos muy lentos, tiene... ¡270 millones de años! Vive junto a otras 900 especies, repartidas entre agua dulce y salada. Los habitantes submarinos más famosos de Cuba son, sin duda, el marlín, la barracuda, el atún, la raya, el bonito, la caballa, el tiburón y el delfín (algunas ballenas se asoman ocasionalmente a la vertiente atlántica de la isla). Aunque la gran mayoría de estos peces tropicales, con sus espléndidos colores y gran variedad de formas, son inofensivos, mantenga las distancias con el pez dragón, las rayas y las barracudas cuando practique submarinismo. Las medusas abundan en las cálidas aguas de la costa cubana. También en este caso, ¡manténgase alerta! Al igual que con los erizos de mar, ¡que tienden a instalarse en el mismo lugar donde los bañistas se meten en el agua! Por lo demás, las tortugas y otros pulpos no deberían causarle problemas cuando explore las profundas aguas bordeadas de coral negro. En cuanto a las playas, están plagadas de increíbles conchas, estrellas de mar y los famosos dólares de arena.

Aunque el mar está bien poblado, también lo están las aguas dulces de Cuba. Así que puede lanzar su sedal al río con la seguridad de dar en el clavo Además de peces de agua dulce, se han registrado pequeñas colonias de tortugas marinas y de agua dulce. Entre los mariscos abundan las ostras, las caracolas y los cangrejos de río, así como los mejillones gigantes de manglar Los amantes de las langostas, los cangrejos y los langostinos estarán bien atendidos en Cuba, pero debe saber que la mayoría de estos crustáceos se reservan para la exportación comercial: varios centenares de barcos y numerosas granjas de cría se dedican sólo a este comercio. Sin embargo, es fácil encontrarlos en los platos de los mejores hoteles y prestigiosos restaurantes de la isla. La langosta, en particular, se puede degustar en casi cualquier sitio, incluso en casas particulares, a pesar de que no es legal que los particulares la vendan. Pero, ¡cuidado! En Cuba está prohibido pescar con arpón, recoger coral o marisco vivo. Los cubanos son bastante estrictos en este punto.

La flora cubana

Árboles y flores. Aunque la flora de Cuba no es tan exuberante como la de Centroamérica, posee una considerable profusión tropical. La palmera, el árbol nacional, es sin duda el más extendido: hay más de 70 millones de ejemplares en todo el país, repartidos en unas sesenta especies. Un regalo del cielo si se tiene en cuenta que absolutamente todo en la palmera tiene un uso: las palmas se utilizan para hacer tejados, sombreros y cestas; la corteza, resistente a la putrefacción, es perfecta para tabiques y paredes; el tronco se utiliza para construir armazones y vallas; el fruto se da de comer a los cerdos; y el corazón -llamado palmito- ¡es delicioso cocinado!

Entre las especies arbóreas que existían antes de la llegada de los conquistadores y de las que hoy no queda prácticamente nada, abundaban las maderas preciosas. La teca, el ébano, el guayaco, la caoba, el cedro y el palo fierro se utilizaron para construir lujosos palacios, elaborados muebles y los barcos de la flota española. Igualmente preciosas son la vijaguara de fuego, la majagua azul, el hueso de tortuga y el bambú, todas ellas singularmente cubanas, pero que apenas existen hoy en día.

Sin embargo, en Cuba siguen prosperando muchas otras especies arbóreas, como el pino, el coco y el eucalipto. También se están ensayando cultivos de coníferas en la región occidental. En todo el país se encuentra la yagruma, de anchas hojas verdes y dorso blanco, rival de la palmera, así como el laurel, el aguacate, el mango, el higo, el tamarindo, el algarrobo, el frangipani, la jocuma y elalmácigo. También hay muchos árboles llamativos, que alegran las calles de la ciudad con sus flores resplandecientes en junio. De hecho, la delicada y colorida vegetación a orillas del mar o cerca de los estanques llevó a Cristóbal Colón a escribir en su cuaderno de bitácora: "El verdor se extiende casi hasta el agua; a lo largo del río crecen hermosos árboles verdes con flores, diversos frutos e innumerables pajarillos de melodiosos cantos ". Las flores son, en efecto, numerosas y espléndidas: junto a la mariposa -la flor nacional con aire de alas de mariposa- prosperan el anturio, la poinsettia, la buganvilla, el tulipero, el jazmín, el gladiolo, el hibisco, así como deslumbrantes orquídeas.

Especias, frutas y verduras. Además de bosques tropicales y otras zonas de reforestación, Cuba cuenta con algunas zonas áridas, sobre todo cerca de Guantánamo, erizadas de cactus y arbustos espinosos. Pero los cubanos también son hábiles jardineros: mientras los bordes de las carreteras y los espacios públicos están repletos de vegetación, muchos jardines albergan huertos donde se cultivan frutas, especias y hierbas aromáticas. Las hierbas más comunes son el orégano, la salvia, el perejil y, por supuesto, la hierba buena (menta), ingrediente esencial en cualquier mojito que se precie. Las especias se importaron principalmente de África Occidental y Sudamérica, siendo las más comunes el jengibre, la pimienta, la mostaza, el pimentón, la guindilla (utilizada en salsas), el cardamomo, la nuez moscada, el cilantro y el comino. También se han introducido el altea, el vetiver y el sándalo, esta vez por sus propiedades medicinales.

En cuanto a las hortalizas, una vez más África y Sudamérica son las principales fuentes de importación: zanahorias, patatas, remolachas, berenjenas, aguacates, mandioca, judías negras, plátanos y chayote crecen fácilmente en el rico suelo cubano. También se cultiva arroz en abundancia. Pero lo que realmente diferencia a Cuba de sus vecinos caribeños es la cantidad y diversidad de sus cultivos frutales. Naranjas, limones, mandarinas, pomelos, papayas, mangos (el bizcochuelo es la variedad más popular), guayabas, piñas y fresas hacen las delicias de los más golosos. Las guayabas, en particular, son muy populares entre los cubanos: pueden comerse crudas, en zumo, mermelada o jalea. Su hermana pequeña en la costa oeste, la guayabita, se cultiva para hacer Guayabita del Pinar, un aguardiente local. Sea cual sea la fruta tropical - níspero, mamey, caïmito, marañón, anón o zapote - todas se comen en zumo o crudas.