Tres Mundiales en el escaparate

Argentina ha ganado tres Mundiales, en 1978, 1986 y 2022. El primero de ellos se celebró en casa, en el Mundial. Fue una competición polémica porque se organizó bajo la dictadura, dos años después del golpe de Estado. Y fue el jefe de la Junta Militar, el general Videla, quien entregó el trofeo a la Albiceleste y a su capitán, Daniel Passarella, tras la victoria en la final contra la Holanda de Johnny Rep (3-1 tras la prórroga). Ocho años más tarde, los argentinos volverían a levantar el trofeo en México, en un torneo marcado por los pies y las hazañas de un tal Diego Armando Maradona en la plenitud de sus facultades. A los 26 años, el genio argentino se convirtió en leyenda en unos cuartos de final inolvidables. Frente a Inglaterra, cuatro años después de la Guerra de las Malvinas que había incendiado las relaciones entre ambos países, Argentina se tomó la revancha (victoria por 2-1). Primero el Pibe de Oro marcó con la mano, la famosa "Mano de Dios", como el propio centrocampista ofensivo la describió tras el partido, y 5 minutos más tarde protagonizó una fantástica carrera que le llevó a superar a toda la defensa inglesa. La semifinal contra Bélgica (2-0) también estuvo marcada por Maradona, nacido en Lanús, que marcó dos goles ante más de 110.000 espectadores en el estadio Azteca de Ciudad de México. En la final, los argentinos superaron a los alemanes (3-2), que habían vencido a los franceses en semifinales, y el capitán albiceleste pudo levantar la Copa del Mundo y emocionar a toda una nación. 36 años después, los argentinos de Lionel Messi conquistaron su tercera Copa del Mundo tras un partido legendario contra Francia. A pesar del claro dominio del juego por parte de Argentina, los dos equipos fueron incapaces de resolver la eliminatoria en el tiempo reglamentario (3-3), por lo que se fueron a los penaltis, donde Argentina se impuso finalmente a Francia por 4-2. Con alegría y júbilo, la Albiceleste se llevó a casa la Copa del Mundo, impulsada por Lionel Messi, elegido mejor jugador del torneo.

Diego Armando Maradona, eterna leyenda

El Mundial de 1986 dejó huella en la retina de la gente. Y a partir de ese torneo, la leyenda argentina se convirtió en un verdadero dios viviente en la tierra de los gauchos Diego Armando Maradona se hizo mundialmente famoso en 1986, a pesar de que ya era conocido en su país desde sus comienzos como joven talento en Argentinos Juniors (debutó en primera división a los 16 años), cuyo estadio de Buenos Aires lleva hoy su nombre. Y uno de los mejores jugadores de todos los tiempos seguirá siendo para siempre el deportista que más gloria dio al deporte argentino. A nivel de clubes, tras su paso por Boca Juniors, llegó a Europa de la mano del FC Barcelona. Pero su estancia en Cataluña fue complicada, marcada por problemas de salud (hepatitis en 1982, fractura de tobillo al año siguiente), una agitada vida nocturna (admitió que fue en la ciudad de Gaudí donde empezó a consumir cocaína) e incluso la instigación de una reyerta general en la final de la Copa del Rey que supuso la sentencia de muerte de su aventura barcelonista. A continuación, puso rumbo a Italia y Nápoles. Al pie del Vesubio, el genio argentino y los fogosos tifosi napolitanos estaban hechos el uno para el otro. Maradona se convertiría en una leyenda en el estadio de San Paolo tras el título mundial de 1986. Adorado por la afición, escribió algunas de las mejores frases de la historia del club (campeón de Italia en 1987 y 1990, de la Copa de la UEFA en 1989 y de la Copa de Italia en 1987). El Mundial de 1990 se organizó en Italia. Y Maradona llevó a Argentina a la final en "su" estadio de Nápoles contra... Italia. Prueba del amor de los napolitanos por Maradona, algunos llegaron a celebrar la clasificación de Argentina y de su ídolo. En la final, sin embargo, la albiceleste perdió contra Alemania. A día de hoy, retratos del Pibe de Oro adornan las paredes de la ciudad de Nápoles, y el estadio de San Paolo pasó a llamarse estadio Diego Armando Maradona en 2020.

El declive de Maradona comenzó en 1991, cuando un positivo por cocaína le mantuvo alejado de los terrenos de juego durante varios meses. Al año siguiente abandonó el Nápoles para fichar por el Sevilla, donde sólo permaneció una temporada. A pesar de regresar a Argentina (Newell's Old Boys, Boca Juniors), Maradona nunca volvió a su mejor nivel. Desgraciadamente, a pesar de otro golazo contra Grecia en el Mundial de Estados Unidos 1994, dio positivo por efedrina en un control antidopaje y le pidieron que hiciera las maletas y dejara la selección. Fue el final de una rica historia, que también incluyó dos títulos de la Copa América en 1991 y 1993. Su carrera llegó a su fin en 1997, cuando disputó un Superclásico con Boca Juniors. Prueba de la huella que Maradona dejó en todo el país, en 1998 se creó incluso una... religión a su gloria. Se llama Iglesia Maradoniana, ¡y se dice que tiene cerca de 80.000 seguidores! Este movimiento religioso tiene sus propias oraciones. Una de ellas comienza con "Diego nuestro que estás en la cancha, que tu pie izquierdo sea bendecido, que tu magia nos abra los ojos...".

El 25 de noviembre de 2020, Argentina se conmocionó con la noticia de la muerte del icono del fútbol argentino, que acababa de sucumbir a un infarto. El día del funeral reunió a miles de aficionados para darle el último adiós. En las afueras del cementerio de Bellavista, la multitud celebraba jubilosa al legendario futbolista, como si acabara de marcar un gol más. Ha fallecido una leyenda...

Lionel Messi, el heredero

Durante la década siguiente, los resultados fueron decepcionantes. A pesar de una magnífica generación (Ayala, Zanetti, Simeone, Verón, Ortega, Batistuta), los argentinos no pasaron de cuartos de final en el Mundial de Francia 1998. Además, el equipo fue derrotado en cuartos de final de la Copa América de 1999 por su eterno rival, Brasil, y no superó la fase de grupos en Japón y Corea del Sur en el Mundial de 2002 con Marcelo Bielsa en el banquillo. Los argentinos fueron derrotados en la tanda de penales de la final de la Copa América 2004 por Brasil, pero el equipo liderado por el joven Carlos Tévez ganó el oro olímpico en Atenas unas semanas más tarde. En el Mundial de 2006, los sueños del país volvieron a hacerse realidad cuando la Albiceleste contó por fin con el digno heredero de Diego Armando Maradona: el genial Lionel Messi. Nacido en Rosario el 24 de junio de 1987, Leo Messi, apodado la pulga por su pequeño tamaño y agilidad, es la nueva superestrella del fútbol. A menudo se le compara con Maradona, cuyos legendarios goles reproduce casi idénticamente. Pero si el joven lo está ganando todo con el FC Barcelona, su carrera con la selección ha sido más complicada. Tras caer en cuartos de final ante Alemania en la Copa Mundial de la FIFA 2006, Argentina revalidó su título olímpico en Pekín 2008. Messi, el mejor jugador del torneo, dio una asistencia a Ángel Di María, autor del único gol de la final contra Nigeria (1-0). El torneo también estuvo marcado por la bofetada que le propinó Brasil en semifinales (3-0). Al final, el capitán argentino estuvo a punto de unirse a Maradona en el techo del mundo durante el Mundial de 2014, pero volvió a caer contra Alemania en la final (1-0 a.p.). No vio puerta en el último partido, pero aun así será elegido mejor jugador del torneo. Fue un magro consuelo y un destello en la sartén, antes de que el nivel del equipo decayera una vez más. El equipo logró clasificarse in extremis para el Mundial de Rusia 2018, donde cayó en octavos de final ante la selección francesa, futura campeona del evento. Un partido loco (4-3), marcado por la volea de Benjamin Pavard y los vuelos de Kylian Mbappé. Otra decepción en 2019 cuando Argentina cayó en semifinales de la Copa América ante el archienemigo Brasil, a pesar de estar privado de Neymar, y futuros ganadores. Fue otra oportunidad perdida para que el hombre que ha amontonado títulos con el Barça, del que es el jugador más laureado de la historia (36 trofeos en 2022), volviera al corazón de los argentinos. La maldición se rompió en 2022, cuando Argentina venció a Francia en la final y en los penaltis, en un duelo Messi-Mbappé que se recordará para siempre. Leo es también el único siete veces Balón de Oro (de 2009 a 2012 y luego 2015, 2020 y 2021) y ha ganado cuatro Ligas de Campeones y... ¡diez campeonatos de España! Con la victoria de Argentina en el Mundial de Qatar, Lionel Messi, al final de su carrera, gana el último título que faltaba en su palmarés. Después de haber igualado la hazaña del gran Maradona en 1986, el capitán del equipo levanta con gran emoción esta Copa tan soñada. Sus logros no se detienen en el mundo del fútbol, ya que Lionel Messi ha sido nombrado tres veces una de las personas más influyentes del planeta. Su aura se basa en su juego, pero también en su personalidad. El jugador suele celebrar sus goles de forma sencilla, a veces mirando al cielo para dedicárselos a su abuela. Su juego limpio en el campo y su generosidad hacen de él un jugador respetado y apreciado en todo el mundo. En España, Lionel Messi entró en el diccionario en 2013 gracias al neologismo "inmessionante", que se traduce como: "Calificador referido a Lionel Messi, a su perfecta forma de jugar al fútbol, a su ilimitada capacidad de superación". Sencillamente

Boca-River: Un superclásico para una eterna rivalidad

Pero el fútbol en Argentina es también el más caliente del planeta. El derbi Boca Juniors-River Plate resuena en la mente de los aficionados al fútbol como un partido sin igual. Excepcional. Incluso el famoso clásico Barcelona-Real Madrid o el choque Liverpool-Manchester en el norte de Inglaterra palidecen cuando se comparan con el enorme superclásico En los periódicos, en los patios de los colegios, en los mostradores de los cafés... este gran acontecimiento deportivo está omnipresente en cuanto se acerca la fecha. ¡Y hay que decir que la magia se produce cada vez entre los dos gigantes de Buenos Aires! De una rivalidad que se remonta a los años 30, el derbi ha adquirido tintes de superproducción. A menos de 15 km de distancia se encuentran el Monumental, estadio de River, y la Bombonera, campo de Boca. Mientras que el primero se encuentra en el acomodado barrio de Núñez, al noreste, el segundo está situado en las calles de La Boca, con sus casas de hojalata de vivos colores, el barrio obrero del puerto, al suroeste. Y para el saque inicial, todo un país ya ha elegido entre el blanco con rayas rojas de River o el amarillo y azul de Boca. El superclásico se convierte en un espectáculo en sí mismo, con bombas de humo, fuegos artificiales, papelitos lanzados al terreno de juego y los cánticos ensordecedores de una hinchada enfervorizada... ¡Todo está ahí! A pesar de este folclore único, los enfrentamientos entre hinchas han degenerado a veces en el pasado. Y desde 2013, los seguidores de ambos equipos no pueden desplazarse los diez kilómetros que separan el estadio de su enemigo acérrimo. Sea como fuere, un Boca-River es un encuentro único. Un encuentro en el que han jugado para River Enzo Francescoli, Alfredo Di Stéfano, Hernán Crespo y Radamel Falcao, y para Boca Diego Maradona, Juan Román Riquelme, Martín Palermo y Carlos Tévez. En resumen, un encuentro legendario que siempre ha entusiasmado a los aficionados al fútbol de todo el mundo. De hecho, Diego Maradona inventó una frase para describir este extraordinario partido. "Jugué el Barcelona-Real Madrid, que es un partido muy importante porque involucra a dos grandes ciudades. Pero Boca-River es otra cosa. Es como pasar la noche con Julia Roberts", dijo antes de su último partido. Y para su despedida del fútbol profesional como jugador en 1997, la leyenda eligió el Boca-River.