Carácter e identidad

Bruno, uno de los personajes de la gran novela de Ernesto Sábato Sobre héroes y tumbas, dice: "Los argentinos somos pesimistas porque hemos acumulado grandes reservas de esperanzas e ilusiones; y para ser pesimistas hay que haber esperado algo en primer lugar. No somos, pues, un pueblo cínico, aunque haya muchos insolentes y advenedizos, sino más bien una multitud de individuos atormentados, que es todo lo contrario, ya que el cínico puede vivir con cualquier cosa y nada le interesa. Para el argentino, todo importa, todo es fuente de preocupación, de pena, de protesta, de resentimiento. Esta nostalgia huidiza, poderosamente evocada por el tango, encuentra quizás su razón de ser en un exilio perpetuo: primero el de los españoles que abandonaron su patria por un continente desconocido; después el de los indios, perseguidos, masacrados, exterminados, llorando su libertad perdida; después el de los gauchos, expulsados progresivamente de su tierra por la modernidad; el de los inmigrantes que añoran su tierra. Quizá por todo ello, Argentina se ha convertido en el país con mayor número de psicólogos per cápita, 154 cada 100.000 habitantes, es decir, 649 personas por profesional; ¡muy por encima de la media mundial! Y el número aumenta cada año... El modelo predominante es el psicoanálisis. El modelo predominante es el psicoanálisis. Conocidos por su buen humor y despreocupación, los argentinos son apasionados y se apresuran a dar su opinión sobre todo. "Los argentinos son italianos hispanohablantes que se creen ingleses y sueñan con ser franceses", dice el refrán. Los que no sean muy táctiles deben estar advertidos: puede que reciban un "mi amor" a la primera de cambio o un abrazo al señalar su salida. En la Patagonia, orgullosos de su historia y de las tradiciones que aún conservan, los descendientes de los pioneros que se quedaron en el Sur Profundo han heredado una identidad única. Durante mucho tiempo, han vivido del intercambio de productos en el seno de una comunidad muy unida, alejada de intereses geopolíticos, indiferente, incluso, al concepto de fronteras. Tras haber tomado determinadas decisiones vitales en un territorio hostil, tienen la capacidad de relativizar, avanzar y confiar en los elementos que les rodean. Viven el momento sin apegarse demasiado a los horarios y la organización, reyes de la improvisación y el quilombo (caos, desorden), una creencia que les invita a no organizarse, dejan que las cosas sucedan y vengan para experimentar lo mejor que la vida les ofrece. El aislamiento es cierto, pero la soledad lo es menos: cualquier ocasión es buena para reunirse y festejar, alrededor de un mate o de un asado.

Lugar de la mujer

En el ámbito legislativo, desde que las mujeres obtuvieron el derecho al voto en 1947, se han beneficiado de una serie de leyes de discriminación positiva, aunque la paridad aún no figura en el orden del día. Argentina se convirtió en el primer país del mundo en adoptar una cuota mínima de participación femenina en el poder legislativo, aunque las cifras son a veces difíciles de cumplir en la práctica. En 2008, la Presidenta Cristina Kirchner, profundamente comprometida con la causa de las mujeres, reforzó la ley contra la trata de blancas y la prostitución en Argentina, y en 2010 impuso una ley contra la violencia hacia las mujeres. Entre otras cosas, esta ley permite registrar los delitos para establecer una fotografía de la situación de la violencia contra las mujeres en el país, y prestar asistencia gratuita a las víctimas. Según la asociación La casa del encuentro, en 2014 se registraron 277 feminicidios, algunos de ellos agravados por actos de violencia extrema, y 235 en 2015. A raíz de una serie de feminicidios especialmente atroces, en la primavera de 2015 se puso en marcha un movimiento espontáneo en las calles de la capital para protestar contra la violencia hacia las mujeres, que se extendió rápidamente por todo el continente: "Ni Una Menos" ("Ni una muerta más"). Sin embargo, en el Foro de Davos de enero de 2025, el nuevo presidente de Argentina, Javier Milei, arremetió contra el concepto de feminicidio, queriendo eliminarlo del código penal del país, a pesar de que en 2024 Argentina había registrado 252 feminicidios en su territorio, es decir, uno cada 30 horas. Afortunadamente, es probable que este proyecto sea bloqueado por la oposición peronista, que apoyó estas leyes durante el gobierno de Cristina Kirchner. En cuanto al aborto, el primer paso se dio en marzo de 2012, cuando se legalizó, pero sólo en caso de violación. Hay que decir que en el continente latinoamericano, la cuestión del derecho al aborto sigue siendo muy controvertida debido a creencias católicas muy arraigadas. Pero a raíz de una convocatoria del movimiento feminista "Ni Una Menos" en la primavera de 2018, miles de mujeres argentinas jalonaron los días de la capital con concentraciones a favor del aborto, saliendo a la calle para exigir sus derechos, pañuelos verdes al cuello (el símbolo de su lucha). Desde 2018 se debate una posible modificación de la ley del aborto, que permitiría a las mujeres abortar libremente hasta las 14 semanas de gestación. Pero el proyecto, que fue aprobado por los diputados por un estrecho margen el 14 de junio de 2018, fue luego rechazado por los senadores el 8 de agosto de 2018 tras dieciséis largas horas de debate: Argentina pierde así una oportunidad histórica de aprobar una legislación ampliamente reclamada por la población. Pero el nuevo presidente argentino, Alberto Fernández, que había defendido abiertamente la legalización del aborto durante su candidatura, apoyó un nuevo proyecto de ley presentado en la Cámara de Diputados, que fue aprobado el 11 de diciembre de 2020. El Senado, que se ha renovado en un tercio desde 2018, aprobó el proyecto de ley el 30 de diciembre de 2020, poniendo fin a los no menos de 400.000 abortos clandestinos al año.

Diversidad sexual

Argentina ha librado una larga batalla por el reconocimiento y los derechos de homosexuales, bisexuales y transexuales. Desde 2012, una ley sanciona por fin la discriminación por orientación sexual, pero la igualdad de género y de orientación sexual está lejos de alcanzarse. Desde 2006, la ciudad de Buenos Aires ha sido toda una revelación para el público gay, hasta el punto de que cada vez más se la apoda "Buenos Gayres". Las estadísticas de la prefectura muestran que el 20% de los turistas que entran en Argentina cada año son homosexuales, es decir, unos 500.000 visitantes al año. La animada vida nocturna de la capital es, sin duda, un factor a tener en cuenta, al igual que la actitud de los porteños, que se cuentan entre las más abiertas de Sudamérica en este tema. El puerto de Buenos Aires está ahora en la ruta de los cruceros gay, la ciudad celebra anualmente el Orgullo Gay y ha sido sede de la Copa Mundial de Fútbol Gay. En 2010, en medio de polémicas y vacilaciones entre el poder judicial y la clase política, comenzaron a celebrarse los primeros matrimonios de gays y lesbianas; Argentina es el primer país latinoamericano en legalizar las uniones entre personas del mismo sexo. Por supuesto, no hace falta decir que, como en todas partes, la capital y las grandes ciudades son más progresistas en este aspecto y que el campo sigue siendo más conservador. En mayo de 2012, el Senado aprobó un proyecto de ley sobre identidad sexual que permitía a travestis y transexuales declarar el sexo de su elección a la administración.

Justicia y derechos humanos

Huelga decir que, no hace tanto tiempo, los derechos humanos y Argentina eran dos conceptos totalmente antitéticos. La dictadura militar que duró de 1976 a 1983 fue responsable de la muerte de al menos 30.000 desaparecidos, 15.000 fusilados, 9.000 presos políticos y 1.500.000 exiliados, por no hablar de las torturas infligidas en los centros clandestinos de detención. Se suponía que el retorno a la democracia llevaría a estos verdugos ante la justicia, y ya en 1985 se celebró un gran juicio contra la Junta. Pero las numerosas disfunciones de las instituciones judiciales, y sobre todo las leyes llamadas de "punto final" (1986) y de "obediencia debida" (1987), que amnistiaban a los jefes militares al tiempo que ordenaban la paralización de los juicios en curso, reforzaron esta sensación de impunidad y de desprecio de los derechos humanos. En honor a la verdad, las presidencias Kirchner quisieron poner fin a esta sensación de impunidad, y en 2003 se iniciaron nuevos juicios. Entre 2005 y 2009 se dictaron unas sesenta condenas por crímenes de lesa humanidad y se reconoció legalmente el concepto de "delito de desaparición forzada" (desaparecidos).

A finales de febrero de 2010 se inició el juicio contra los responsables del centro de detención y tortura de El Vesubio, pero el juicio más destacado del año fue el de los responsables del mayor centro clandestino de detención y tortura, la ESMA. Igualmente sonado fue el juicio al propio dictador Videla, de 85 años, condenado a cadena perpetua en 1985 y amnistiado en 1990 por el ex presidente Menem. El dictador pasó el resto de su vida entre rejas, hasta su muerte en febrero de 2013. Otros juicios vinculados a la dictadura siguen su curso. En noviembre de 2017, por ejemplo, el tribunal de Buenos Aires condenó a cadena perpetua a 29 implicados en la dictadura. En marzo de 2024, el Tribunal de la Plata dictó diez condenas a cadena perpetua por crímenes de lesa humanidad cometidos en centros de detención contra más de 400 víctimas.

Madres y Abuelas de Plaza de Mayo

Las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo marchan todas las semanas desde 1977 alrededor de la pirámide de la Plaza de Mayo, frente a la Casa Rosada, sede de la presidencia, luciendo el famoso pañuelo blanco. Mediante esta acción simbólica y no violenta emprendida en plena dictadura militar, esperaban en un principio encontrar a sus hijos desaparecidos y a los bebés robados durante la "guerra sucia" emprendida por los militares contra la juventud "subversiva". Luego, tras el retorno de la democracia en 1983, estas marchas quisieron que los delincuentes no fueran amparados por la amnistía y la impunidad, lo que intentaron reiteradamente los sucesivos gobiernos, en particular los de Alfonsín y Carlos Menem con las "leyes de Punto Final (1986) y de Obediencia Debida (1987)", y los decretos "indultos de Menem" (1989-1990), también conocidos como "leyes de impunidad". Bajo el gobierno de Néstor Kirchner, que realizó numerosos esfuerzos para derogar estas "leyes de impunidad", las Madres de Plaza de Mayo decidieron poner fin a su Marcha de la Resistencia anual, al considerar que el gobierno de turno había escuchado por fin sus demandas de justicia y de que se honrara la memoria de los desaparecidos. Hoy en día, siguen marchando cada jueves para honrar la memoria de estos 30.000 desaparecidos. En estas marchas participan varios grupos, entre ellos las "Abuelas", que buscan encontrar a los bebés robados durante la dictadura, la "Asociación Madres de Plaza de Mayo", que se ha politizado para dar vida a las aspiraciones revolucionarias de los desaparecidos, mientras que las "Madres de Plaza de Mayo, Línea Fundadora" prefieren centrarse en temas relacionados con los desaparecidos, o finalmente la asociación H.I.J.O.S., los hijos de las víctimas de la dictadura que quieren que se haga justicia para condenar a todos los verdugos.