Los orígenes del tango
El tango se originó en los sórdidos bares de las orillas del Río de la Plata, donde la comunidad negra, en su mayoría deportada del África bantú, se congregaba, aislada, en una ciudad que sólo soñaba con Europa y la modernidad. Sin embargo, su música alegre y atronadora, derivada de los candombes ("baile con tambores" en lenguas bantúes), no tardó en contagiar a todos los recién llegados, presa también de la soledad y la melancolía. La historia del tango se ha forjado por el mestizaje de influencias musicales (valses y mazurcas europeas, habanera cubana, candomblé africano, etc.), lo que hace imposible precisar sus orígenes exactos. Sin embargo, el género nació a finales del siglo XIX, cuando Argentina era vista como la tierra prometida. Esclavos africanos, inmigrantes europeos indigentes y otros soñadores arrullados por la promesa del Nuevo Mundo desembarcaban por millones y se hacinaban en los conventillos, sencillos patios rodeados de salas de varios pisos que podían albergar hasta 500 personas. En todos los cabarets, la gente acudía en busca del olvido: todos los desarraigados de Buenos Aires se reunían para jugar a las cartas, refugiarse en el calor del alcohol y hablar melancólicamente de su vida en el barrio. Fue aquí donde el tango realmente tomó forma entre 1860 y 1880. Al principio, era un género puramente instrumental, con músicos aficionados que improvisaban melodías efímeras en un tono sencillo. Los primeros grupos eran tríos formados por una flauta, un violín y una guitarra.
A finales del siglo XIX llegaron los alemanes con su bandoneón, que muy pronto se convirtió en el emblema del tango. En estos barrios pobres, la población era esencialmente masculina, y los hombres practicaban los pasos de baile entre ellos y luego con las chicas de los burdeles que florecían en los suburbios. Desaprobado por la "buena" sociedad argentina, el tango se consideraba "sucio" y estaba prohibido en las altas esferas. El tango se convirtió en un símbolo de mezcla étnica y una auténtica filosofía de vida.
Los códigos de la danza
Aunque el tango es un baile improvisado, tiene un lenguaje preciso y unos códigos que obligan a estar siempre atento a las sugerencias de la pareja. A pesar de las diferentes formas que ha adoptado a lo largo de los años, los fundamentos son los mismos en todas partes: los pasos básicos del tango consisten en caminar en pareja y sincronizarse. Tradicionalmente, el hombre dirige el baile y guía a su pareja, que debe dejarse llevar completamente. El hombre guía el paso, pero la mujer puede influir en el baile ralentizándolo y añadiendo adornos. Por tanto, no hay guía directiva: el hombre propone y la mujer dispone. La otra regla de oro: ¡baila con todo tu cuerpo y todo tu ser! Los latinos tienen fama de vivir y expresar las cosas con mucha intensidad, ¡y el tango no es una excepción! Más o menos sensual, expresivo, fluido o burlesco, el tango es íntimo y elegante. La invitación se hace a distancia, por parte del hombre o de la mujer, pero cuidado: ¡nunca hay que salir del paso para invitar directamente a la persona! Para indicar tu intención, basta con mirar a la persona. Si está de acuerdo, la persona asiente... y sólo entonces puedes moverte hacia ella. La belleza de la danza se rige por un deseo mutuo, ni forzado ni obligado.
Salir para volver
En los albores del siglo XX, los hijos de las buenas familias se iban de fiesta con los emigrantes al son de este baile de los bajos fondos. Algunos hacían negocios en Europa y llevaban en el maletero los primeros discos de tango. Mal visto en su propio país, el tango hizo furor en la capital francesa, donde se ganó sus cartas de nobleza. Desde Europa Occidental hasta Rusia, pasando por Finlandia, se desarrollaron diferentes estilos de tango. Uno de los primeros grandes éxitos fue El Choclo, de Ángel Villoldo, que llegó a sonar en el frente alemán en 1916 Rosendo Cayetano Mendizábal fue responsable de otra composición legendaria, El Entrerriano. El tango se abrió paso en los salones de la sociedad porteña, donde se convirtió en emblema de la nación. La época dorada del tango, durante los locos años veinte, estuvo marcada por sus cantantes, como el inimitable Carlos Gardel. Los salones y confiterías se llenaban hasta la bandera y las grandes orquestas grababan disco tras disco. D'Arienzo, Di Sarli, Pugliese, Troilo, D'Agostino... se convirtieron en estrellas cuyos éxitos aún hoy se bailan en la milonga .
Carlos Gardel, la mayor figura del tango -cuya autoría se disputan Francia, Uruguay y Argentina- debutó en 1911, guitarra en mano, en los bares de su barrio, el Abasto. Se convirtió en uno de los artistas más adorados de su país y desempeñó un papel fundamental en el desarrollo del tango en Europa y Estados Unidos.
Su época dorada llegó a su fin en la década de 1930 con su trágica muerte en accidente de aviación. A medida que el género musical decaía, experimentó un renacimiento en la década de 1950 con artistas importantes como Aníbal Troilo y Edmundo Rivero, y luego en 1960 con el nuevo tango, que emprendió un camino descuidado, el de un género puramente musical. Aníbal Troilo, conocido como Pichuco, fue uno de los más grandes bandoneonistas de todos los tiempos. A lo largo de su carrera, su carisma y su calidad humana hicieron de él un gran impulsor de nuevas vocaciones y creaciones. De hecho, su obra se sitúa en la confluencia del tango bailado, el tango cantado y el tango instrumental. A menudo presentada como un tango revolucionario, la obra de Astor Piazzola renovó literalmente el tango con aportaciones de la música clásica y el jazz. Dotado bandoneonista, vivió en Nueva York durante su infancia, donde conoció a Gardel. El cantante Roberto Goyeneche debutó en la orquesta de Horacio Salgan, y su voz despegó en la compañía de Troilo. Trabajó con muchos de los artistas más prestigiosos de la época y construyó una admirable carrera solista. Por el momento, se le recuerda en Argentina como el último de los grandes cantantes de tango. Entre las cantantes de renombre figuran Libertad Lamarque, Susana Rinaldi, Amelita Baltar y Adriana Varela.
Hoy en día, el tango no sólo forma parte de los tópicos glamurosos sobre el país; se puede aprender y bailar en las milongas de la capital hasta altas horas de la madrugada.
El renacimiento
Tras caer en desuso durante la dictadura, el tango vuelve a estar de moda entre las nuevas generaciones después de otro viaje a París en los años noventa. Hoy, aunque el tango se baila y se canta mucho para los turistas en busca del glorioso pasado porteño, sigue siendo un arte vigoroso y popular. Algunos jóvenes deslizan sus zapatillas por el suelo de las milongas, y aún resuenan los acordes del bandoneón. El tango incluso se incluyó en la lista del patrimonio cultural inmaterial de la humanidad de la UNESCO en 2009. Artistas como Daniel Melingo y Adriana Varela siguen cantándolo, mientras otras tendencias musicales se lo apropian y le dan un nuevo aire. Es el caso de la música electrónica, con grupos como Gotan Project, Narcotango, Tanghetto o Bajofondo Tango Club. También parece que el tango se mueve con los tiempos: tachado de machista, las mujeres quieren reivindicar el tango rompiendo estereotipos y guiando el baile. Sin embargo, esta visión igualitaria tiende a indignar a los más conservadores, que sólo confían en las formas tradicionales. Pero el tango sigue democratizándose y evoluciona con los tiempos: en 2008, el primer festival de tango queer de Buenos Aires reunió en la pista de baile a parejas del mismo sexo.
Experimentar el tango
Es imposible venir a Buenos Aires sin ver un espectáculo de tango, ya sea en un teatro o en una milonga. Para empezar, pasee por los barrios de Monserrat, Boedo, Almagro y San Telmo. Es en San Telmo donde encontrará algunos espectáculos de tango espectaculares: el Bar Sur y su ambiente atemporal prometen un show íntimo, mientras que La Cumparsita destaca entre las abarrotadas direcciones de la capital. Para un festín para la vista y el paladar, diríjase al Viejo Almacén, una de las cenas con espectáculo imprescindibles de la ciudad
Aunque los espectáculos de tango bien merecen una visita -ya sea en el legendario Café Tortoni o en las calles de San Telmo o La Boca-, el alma de la danza argentina pervive en las milongas, donde todas las edades, estilos y generaciones se reúnen para bailar. Desde el baile más tradicional, regido por códigos ancestrales, hasta la velada alternativa de jóvenes en zapatillas, el tango en Buenos Aires es un reflejo de la ciudad: apasionado y colorista. Puede resultar difícil orientarse entre toda la oferta, así que ¡apueste sobre seguro! Para un ambiente relajado, dirígete al Club Fulgor o a La Mandrilera: un teatro punk donde las estrellas emergentes Bruno Tombari y Rocío Lequio han fundado una comunidad de tangueros. Para un ambiente aún más festivo, opte por La Viruta, el templo del tango. Otra opción es La Catedral, un lugar emblemático por su ambiente ecléctico y su decoración de segunda mano. Sin embargo, si le gusta más el tango tradicional, puede disfrutar de la orquesta en directo en el Salón Canning: código de vestimenta obligatorio. Y si lo que busca es tango tradicional puro, diríjase a Los Zucca, Jueves de Cochabamba o al legendario Club Sunderland, en el barrio periférico de Villa Urquiza.
Todas las buenas milongas ofrecen clases de calidad, desde los primeros pasos para principiantes hasta seminarios para bailarines avanzados y profesionales. Las clases son animadas y divertidas, y es fácil encontrar pareja para seguir bailando durante el baile. También hay varios estudios y academias de baile de gran calidad. Las Malevas, El Motivo del Club Villa Malcolm y La Viruta prometen cursos muy exigentes. Por último, la imprescindible Milonga Floreal es un buen ejemplo de tango elegante e histórico en un ambiente menos recargado.
Por último, los amantes de la cultura y la historia no dudarán en pasearse por la feria de San Telmo, en busca de un disco de vinilo o un cuadro pintoresco, mientras que otros se dirigirán al Museo Casa Carlos Gardel. Esta casa, situada en el corazón del barrio del Abasto, fue el hogar del legendario cantante y ahora rinde homenaje a su vida y obra. Para más información, visite https://hoy-milonga.com y descubra todo lo que necesita saber sobre las actividades relacionadas con el tango.