2003, una nueva era en la historia política del país

La «Revolución de las rosas» derrocó a Eduard Shevardnadze, el legatario de la política rusa. El nuevo presidente Saakashvili tenía dos objetivos: la modernización y la democratización. Georgia miró hacia Europa, dándole la espalda a Rusia. Esta respondió con una presión diplomática y económica cada vez mayor. La guerra de 2008 fue la realización de estas tensiones. En la política interna, el representante recién elegido abogó por la erradicación de la corrupción, una ideología liberal y una verdadera transformación social y económica del país. Bajo su gobernanza, Georgia se convirtió en una democracia de mercado libre. El camino estaba lejos de ser «un camino de rosas»: como resultado de sus abusos de poder, Saakashvili fue expulsado en 2013. Fue reemplazado por el oligarca Ivanishvili, a la cabeza de la coalición del Sueño Georgiano. El 28 de octubre de 2018, un soplo de aire fresco marcó la escena política de Georgia. El presidente Margvelashvili acababa de terminar su mandato, con un resultado modesto. Su partido, el Sueño Georgiano, presentó una nueva candidata: la exdiplomática francesa Salomé Zurabishvili.

Las instituciones

Desde 1991, Georgia es una república presidencial. La actual presidenta, Salomé Zurabishvili, elegida en 2018 (excepcionalmente para seis años) por sufragio universal directo, tiene el poder ejecutivo. Desde 2015, el papel del presidente es puramente representativo, y la mayor parte del poder ejecutivo está en manos del primer ministro.

El poder legislativo está en manos del parlamento, o Consejo Supremo, que estaba presidido por David Usupashvili. Tiene 235 miembros elegidos para un período de cuatro años.

El «propietario de la casa en la colina»

No hace falta nombrarlo, en Georgia se sabe quién es. El Sueño Georgiano sigue siendo el instrumento de un solo hombre: Bidzina Ivanishvili. Es él, el feliz residente de este palacio con vistas a Tiflis. Antes de las últimas elecciones presidenciales, nombró a la actual presidenta. El multimillonario no necesita un puesto oficial: es el verdadero hombre fuerte del país. Su fortuna, que oficialmente asciende a 4900 millones de dólares, equivale al 45,4% del PIB. La hizo en Rusia.

Libertades y derechos humanos en Georgia

Según un informe del Parlamento Europeo con fecha de julio de 2018, a Georgia le queda todavía un largo camino por recorrer en materia de derechos humanos, sobre todo en lo que respecta a los «grupos minoritarios y vulnerables»: las minorías étnicas, homosexuales, mujeres víctimas de violencia sexual...

Las ONG acusaron al gobierno de interferir en los juicios considerados injustos. Según Amnistía Internacional, las fuerzas del orden que no respetan los derechos fundamentales de los ciudadanos quedan impunes. Algunos refugiados políticos son repatriados por la fuerza a sus países de origen, como ocurrió con los refugiados turcos y azerbaiyanos, que fueron secuestrados por las fuerzas policiales georgianas.

Geopolítica: apueste, ¿Europa o Rusia?

Aliarse con Europa y evitar a Rusia era la política de Georgia, aunque las relaciones con su gran vecino fueran particularmente tormentosas. La guerra de 2008 causada por Abjasia y Osetia del Sur no fue percibida por el resto del mundo como un mero conflicto local. En realidad, fue un conflicto indirecto entre Occidente y Rusia. En ese entonces había dos opciones: la dominación rusa en esa región altamente estratégica o la continuación de las inversiones políticas y económicas europeas. A partir de ese momento, la región estaba en juego y no exenta de futuros conflictos entre el mundo occidental y Rusia.

«Go East»

Las circunstancias de Georgia han cambiado mucho. Ya no está sola en el gran tablero geopolítico. A los ojos de Occidente, empezando por los Estados Unidos, todo el Cáucaso representa un nuevo foco de atención. Desde principios de la década de los 2000, la OTAN y Europa han estado observando el este con dos objetivos: la búsqueda de nuevas energías y la instauración de una nueva estrategia geopolítica. Las grandes mentes piensan igual: Georgia, por su parte, ha adoptado una postura ampliamente prooccidental. Se decanta definitivamente por Europa.

Georgia es actualmente miembro de la ONU y de varias organizaciones internacionales como la OMC, la OSCE, el Consejo de Europa y la Cooperación Económica del Mar Negro. La población georgiana, que siente la actitud de Rusia como una amenaza perpetua, está por lo tanto mayoritariamente a favor de unirse a la OTAN y a la Unión Europea. De hecho, una base de la OTAN se abrió en Georgia en 2015. Durante su viaje, a menudo verá banderas de la Unión Europea, más izadas que nunca, y las banderas nacionales en las manifestaciones.

Georgia y sus vecinos

Turquía y Georgia: una posición geoestratégica. Situadas entre las regiones petroleras del mar Negro y el mar Caspio, Turquía y Georgia ocupan una posición de gran alcance. Los oleoductos Bakú-Tiflis-Ceyhan (Turquía sudoriental) y Bakú-Tiflis-Erzurum llevan el precioso oro negro del mar Caspio al mar Mediterráneo. De hecho, Turquía es el tercer socio comercial de Georgia.

Frente a Irán. En su historia, Georgia, anexionada repetidamente por Persia, era considerada una región del «Gran Irán». Por lo tanto, Georgia está muy influenciada por la cultura persa, tanto en lo político como en lo económico y cultural. Las relaciones entre los dos países son buenas y muy fructíferas económicamente.

Con Armenia. Georgia es el único «punto de apertura» para Armenia. El país le da acceso al mar Negro a través de sus conexiones terrestres y puertos. Estas infraestructuras son el único medio de transporte terrestre de Armenia para la exportación e importación de mercancías. Georgia también es el único punto de cruce del gasoducto que une Vladikavkaz con Ereván.

Relaciones con Azerbaiyán. Georgia y Azerbaiyán tienen intereses comunes: relaciones complejas con Rusia, conflictos separatistas que amenazan su integridad territorial... Por eso tienen tanto interés en fortalecer sus relaciones. Azerbaiyán exporta gas y petróleo, proporcionando así recursos energéticos a Georgia, en lugar de Rusia. El país también es un país de tránsito.

Economía del país

Desde la Revolución de las rosas, la economía georgiana ha cambiado. En los últimos diecisiete años, el país se ha embarcado en un importante programa de reforma económica y política. A pesar de la fragilidad socioeconómica, el país ha sido capaz de modernizarse. Ha adoptado una economía liberal que proponía una política de privatización, ventas e impuestos muy bajos, lo que ha permitido un verdadero auge del sector terciario. Georgia también se aprovecha de su posición geográfica, que le permite ser un país de tránsito para llevar los hidrocarburos procedentes del mar Caspio.

En 2018, el PIB per cápita fue de alrededor de 4068 $.

En cuanto al comercio exterior, Georgia exporta principalmente mineral de cobre, ferroaleaciones y reexporta automóviles. En el sector agroalimentario, Georgia es conocida por su vino, licores, oro y medicinas. Importa hidrocarburos, coches, cobre, equipos industriales, trigo y centeno.

El turismo, que está en auge, es el eje principal de la economía. En 2018, Georgia recibió 8 millones de visitantes, es decir, casi el triple de sus habitantes. Gracias a sus reformas estructurales, el país está cada vez más integrado en la economía mundial y atrae a los inversores gracias a sus numerosas ventajas: una política muy liberal, una posición estratégica, un régimen fiscal favorable, un permiso de residencia de fácil adquisición y facilidad de acceso.