Las mejores pastelerías Côte Aquitaine

Mathilde y su equipo elaboran generosas pastas y viennoiseries. En las estanterías, encontrará una quincena de variedades de pan de corteza crujiente y miga alveolada, elaborado con harinas que llevan la etiqueta agroética. A la hora del almuerzo, hay una amplia oferta de bocadillos, sándwiches croque-monsieur, quiches, platos calientes, ensaladas y postres, con una oferta de fidelidad en estas fórmulas de bocadillos. La cadena también se ha comprometido a adoptar un enfoque eco-responsable y anti-gasificación.

La emblemática tienda de la Maison Pariès se halla cerca de la plaza de Luis XIV. Fue la primera en abrir sus puertas en 1914, y desde entonces se han abierto otras siete más. Estos chocolateros perpetúan una tradición única desde hace cinco generaciones. Disfrute de los irresistibles kanougas, pequeños caramelos de seis sabores diferentes, el mouchou («beso», en euskera) en cinco sabores, los turrones, el pastel vasco y sus variaciones. No se olvide de los dulces, los helados y los sorbetes de sabor vainilla, celebrados por la guía gastronómica Gault et Millau, y de la última creación, los espelines, ya comentados. 

La reina de los pasteles, Caroline Tahon, le da la bienvenida a su encantadora pastelería para servirle postres que le harán la boca agua. Trianón, ópera, scones, selva negra, tarta de queso o magníficas tartas como la tarta de limón y merengue, la Bourdaloue, tartas de chocolate negro y caramelo suave, praliné de chocolate con nata montada... Hay para todos los gustos Tartas tradicionales francesas, pero también de todo el mundo, ya que Caroline se inspira y aprende de sus viajes alrededor del globo.

En Benjamin Fournol nos sumergimos en un delicioso universo en torno al chocolate, la fruta y el caramelo, conservando los sabores originales con un mínimo de azúcar. Entre sus creaciones estrella: el famosísimo "Louvre", a base de peras, dacquoise con nueces y mousse de caramelo. La bollería se elabora con mantequilla AOC de Normandía, las baguettes están recién horneadas todo el día, los cannelés van desde los más fundentes a los más crujientes sin olvidar un arco iris de macarrones. Benjamin también vende vinos finos, oporto y champagnes excepcionales.

Aquí, el XL 40 (ganache de chocolate combinado con Armagnac del Domaine d'Ognoas) está junto al Cahuète d'Aquitaine (praliné de cacahuete 60% de Soustons-Landes) y otras especialidades como el Dudu, un praliné dulce de galleta de mango y magdalena y crujiente de praliné glaseado de chocolate, que se degusta en la punta de un palillo. Y el escarpín de chocolate de Delphine Carrère, maestra pastelera y chocolatera, se ha convertido en un clásico. También crea sus inspiraciones a partir de los mejores chocolates (México, Venezuela, Trinidad, Santo Domingo, Papúa...).

¿Quién es Yann Adingra? Yann Adingra es pastelero artesano, pero también profesor en una escuela privada de formación profesional. Además, fue el mejor aprendiz de Francia en 2016 y campeón del mundo de pastelería Abylimpics en 2016. ¿Y si abrimos de un empujón las puertas de su bonita pastelería? Vacherin de avellana y caramelo, milhojas, tartaleta de manzana, flan de vainilla, Bueno éclair, malvaviscos, dulces caseros... ¿La especialidad del chef? El Andernoise (galleta suave de avellana, crujiente de avellana, pastel cremoso infusionado con granos de café orgánico, crema batida de café y avellana).

¿El concepto de esta "tarta a medida"? Permitirle crear la tarta de sus sueños, eligiendo todos los ingredientes: base de tarta, coulis o mermelada, ganache, crema o compota, y cobertura como toque final. Son posibles más de 500 combinaciones, y sólo hablamos de lo dulce... Si le falta inspiración o tiene dudas porque quiere probarlo todo, el dúo de pasteleros que está detrás de esta gran idea le ayudará a encontrar el equilibrio perfecto para sus tartas saladas o dulces, ¡y no quedará decepcionado con los resultados!

Esta pequeña pastelería artesanal, regentada por la misma familia desde hace 6 generaciones (fundada en 1876), es una excelente dirección en el País Vasco. Es famosa por su pastel vasco y sus mantecados (incluido el famoso mantecado con forma de cerdo). Con cereza negra o crema, hay para todos los gustos; es imposible permanecer insensible a estas delicias dulces. Son estas creaciones únicas las que han hecho famosa a la Casa, y el saber hacer se ha transmitido de generación en generación. La gente viene de todas partes, incluso del extranjero, para degustar estas especialidades gastronómicas.

Burdeos va de la mano del canelé Seguro que conoce este emblemático pastel caramelizado con un suave centro, aromatizado con ron y vainilla. Aquí podrá ver cómo se elaboran en el escaparate, en los famosos moldes de cobre de los que toman su nombre. La marca cuenta con una decena de tiendas en Burdeos, la última de las cuales, en el muelle, ofrece exquisitos canelés salados. La tercera generación de Baillardran ya ha tomado el relevo...

Se dice que en el siglo XIX, estos macarrones se servían como postre de una comida que incluía vino de Saint-Emilion. Los macarrones elaborados por la viuda Goudichaud deleitaron incluso a los miembros del jurado de degustación y a los visitantes de la Exposición Universal de 1867. Imitada, pero nunca igualada, la receta de los macarrones, elaborada en 1620, sigue siendo un secreto. Nadia Fermigier es la única que tiene derecho a elaborar los verdaderos macarrones de Saint-Emilion.

La pastelería Artigarrède, conocida en Béarn por su famoso Russe d'Oloron, también ofrece sus joyas gastronómicas en el País Vasco. El Russe es el producto original, acompañado de los chocolates de la empresa, entre ellos los famosos Muscadines, Rosquilles y mermeladas caseras, algunas de ellas bastante originales, como la mermelada de higos, cítricos, nueces y pan de especias... El Russe, creado por Adrien Artigarrède en 1923, tiene fama de ser uno de los pasteles más sutiles y deliciosos. Una casa que ha brillado y deleitado a generaciones de gourmets.

Premio a la mejor galette del departamento de los Pirineos Atlánticos para la Maison Berterreix. panadero y pastelero de^3ª generación, Bruno no se limita a producir "en casa" la famosa galette en enero. También pone todo su talento en la elaboración de bollería, viennoiseries, especialidades de pan, bocadillos, wraps, macarrones, galletas Arinak, pasteles vascos, helados artesanos y sorbetes (12 sabores): chocolate con pimiento de Espelette, cereza, frambuesa, mango... ¡Degustación obligatoria!

Este antiguo edificio de 1741 está celosamente protegido por Gérard Lhuillier. También es el guardián de un oficio en vías de extinción. A partir de entonces, todos los días, hace el pan de cada día, un pan señorial, a la antigua usanza. Panes de campo, de centeno, integrales, dulces, de meture, esos panes redondos de harina de maíz tan queridos por los mayores y los jóvenes. Con leche y huevos de granja, crea deliciosos panes de molde, pequeños y grandes, panes de anís y pasteles vascos de todos los tamaños... Un garante de la tradición y el saber hacer.

¿Será que una estrella de la suerte se cierne sobre esta pastelería, referencia ineludible en el País Vasco y, en particular, en Saint-Jean-Pied-de-Port? Transmitida de generación en generación, ahora es la^3ª generación la que continúa la tradición familiar en un marco excepcional, con revestimientos de madera originales y un magnífico mobiliario antiguo. Los emblemáticos pasteles vascos de nata y cereza, y otras especialidades como macarrones, tuiles de almendra, galletas, bizcochos, tartas de mantequilla y helados a la italiana...