CHEZ ALBERT
Chez Albert no es un bar-restaurante como los otros. En primer lugar es un bar-broc, el nombre del dueño no es Albert y además son dos (Dominique y Yannick). Albert es simplemente el nombre de su mascota. También es un lugar de encuentro: talleres de escritura en la sala de abajo, un aperitivo nocturno sobre viajes, descubrimiento del shutaïdo, carteles de café, intercambios de libros, etc. En resumen, Chez Albert se ha convertido en un lugar obligado para beber café, una amplia gama de tés orgánicos, jugos de frutas orgánicas, cerveza local (La Paluche, La Lutine, La Pépie), leer el periódico y comer. Cada día una cocina como la de casa ofrece platos coloridos, gourmet y apetitosos (carne, pescado, verduras de temporada). Los postres que se pueden disfrutar en cualquier momento también son caseros: mousse de chocolate, panna cotta con leche de almendras, tartas... Todo está hecho con productos locales y frescos. La pequeña habitación tiene unos 20 lugares (4 en el mostrador y 7 mesas). La decoración está hecha de bricolaje y brocado y el ambiente es más que infantil. La terraza, inundada de sol, es muy popular.