
Bretaña, tierra de tradiciones y sabores, también está llena de especialidades culinarias que harán las delicias de su paladar. Es difícil elegir entre crêpes crujientes y galettes que se derriten en la boca. ¿Y qué decir del kouign-amann, ese pastel de mantequilla divinamente caramelizado? Para los más golosos, los palets bretons y los caramelos de mantequilla salada son también imprescindibles. Y no nos olvidemos de la sidra casera, ¡el acompañamiento perfecto para todas estas maravillas! Así que, amantes de la gastronomía, prepárense para un inolvidable viaje gustativo al corazón de Bretaña: descubra nuestras 21 mejores especialidades bretonas que debe probar.
1. Kouign-amann, la estrella de las especialidades bretonas

El kouign-amann, célebre pastel bretón, es un pastel rico en mantequilla salada y azúcar, de textura fundente por dentro y caramelizada por fuera. Originario de Douarnenez en el siglo XIX, este manjar se elabora a partir de una masa fermentada a la que se incorporan hábilmente mantequilla y azúcar mediante pliegues sucesivos. Los manjares bretones, a menudo llamados "lichouseries", son famosos por su característico sabor a mantequilla, y el kouign-amann es un ejemplo perfecto, que combina riqueza (¡calórica!) y dulzura.
2. Galettes / crêpes: un gran clásico

El crêpe, o "krampouz" en bretón, es el embajador emblemático de la gastronomía bretona, servido en miles de crêperies de toda Francia y del mundo. Preparado en un bilig, una gran plancha circular de hierro fundido, es un auténtico símbolo regional. En Basse-Bretagne, el término "crêpe" se refiere tanto a las versiones de trigo como a las de trigo sarraceno, mientras que en Haute-Bretagne se reserva a los crêpes dulces, llamándose "galettes" a las tortitas de trigo sarraceno. En el oeste, los crepes son finos y crujientes (kraz), mientras que en el este son blandos y gruesos. La galette-saucisse, estrella de festivales y mercados, es especialmente popular.
Dulce o salada, la crêpe es un plato sencillo y agradable que se adapta a cualquier combinación. Está muy arraigada en la vida cotidiana de los bretones y simboliza la convivencia y la sencillez.
3. Far bretón... ¡ñam ñam!

El Far Breton es un pastel clásico bretón, a menudo comparado con un flan, pero con un toque único. Tradicionalmente, lleva ciruelas pasas por encima y su sabor característico se debe a la mantequilla salada y a un toque de ron. ¿No le tienta? También existen versiones originales sin ciruelas pasas o con otras frutas.
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4. Caramelo de mantequilla salada: una de las mejores especialidades de Bretaña

Si hay un producto emblemático de la gastronomía bretona, ¡es éste! Es omnipresente y se puede degustar de mil maneras diferentes: con cuchara, sobre una tostada, en tortitas o en forma de caramelos y piruletas. Cada pueblo bretón tiene su propia receta, lo que hace que cada sabor sea único. Sin embargo, el dulzor y la cremosidad inigualables, realzados por un toque de mantequilla salada, están siempre presentes.
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5. El pastel bretón y su deliciosa corteza dorada

Es imposible confundir un pastel bretón con otro: ¡su corteza dorada adornada con celosías lo hace único! Elaborado con mantequilla salada, yemas de huevo, azúcar y harina, tiene una textura ligeramente desmenuzable que recuerda a un palet bretón. La mantequilla salada, que aporta una deliciosa nota caramelizada, está omnipresente en este pastel de Lorient, parecido a un gran shortbread, a veces relleno de crema de ciruelas pasas.
6. Cotriade bretona

Bretaña es la primera región marítima de Francia, con veinte puertos que acogen a un tercio de los marineros y barcos del país. La pesca bretona, principalmente costera y artesanal, ofrece una gran variedad de pescados: caballa, sardina, bacalao, dorada, eglefino, merluza, faneca, etc., entre los que destaca la lubina, capturada con caña. Entre ellos, la lubina, pescada en las procelosas aguas de la punta de Finisterre, destaca por su carne firme y delicada. Típica del sur de Bretaña, la cotriade es una especie de bullabesa que los marineros solían preparar con sus capturas. Consiste enuna mezcla de pescado, verduras y especias diversas. Para realzar su sabor, se pueden añadir diversos mariscos y picatostes de ajo.
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7. Kig-ha-Farz o estofado bretón

También conocido como "pot-au-feu bretón", el Kig-ha-Farz era antaño el plato de los pobres. Originaria de Léon, esta especialidad se asemeja a un pot-au-feu, enriquecido con un relleno a base de harina de alforfón. Literalmente "carne y relleno", este plato es rico en sabor y calorías. A base de carne y verduras, se prepara con dos sacos de tela que contienen harina de trigo y harina de alforfón respectivamente, y luego se cuece a fuego lento durante largas horas. Tradicionalmente se sirve con una salsa llamada "lipig", hecha con mantequilla y chalotas o cebollas.
8. Andouille de Guéméné, una de las mejores especialidades de Bretaña

Bretaña es una importante región agrícola, dedicada principalmente a la ganadería y la horticultura, que ofrece multitud de recursos gastronómicos de su tierra. Cuando se trata de carne, el cerdo desempeña un papel fundamental. Símbolo del campo bretón, tradicionalmente se consumía en forma de tocino, y su sacrificio era un ritual importante. Hay muchos productos derivados del cerdo, como la andouille de Guémené, preparada con chuletas de cerdo dispuestas en círculos concéntricos y ahumadas al fuego de madera de haya, lo que le da un color exterior oscuro. También hay paté bretón, salchichas de Molène, ahumadas con algas, y salchichas de Ouessant.
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9. Fresas de Plougastel

Bretaña, que representa el 20% de la superficie agrícola del país, es también una importante región productora de hortalizas, sobre todo en la costa septentrional. La agricultura biológica está en pleno auge, y los mercados están repletos de horticultores que ofrecen una gran variedad de sabrosas verduras. Los productos clave son las patatas, disponibles en diversas variedades tempranas, y las fresas Plougastel, introducidas desde Chile a principios del siglo XVIII por el explorador Amédée-François Frézier. Cultivadas en el "cinturón de oro" de Bretaña, estas fresas son famosas por su sabor excepcional y su pulpa jugosa, que las convierten en las estrellas de los puestos y los restaurantes con estrellas Michelin.
10. Ostras, sobre todo en Cancale, la capital de las ostras

Las ostras, finas, especiales, planas o huecas, se cultivan a lo largo de toda la costa bretona, aprovechando laexcepcional calidad del agua. Las corrientes marinas las remueven constantemente, enriqueciéndolas con plancton, esencial para su crecimiento. Hay doce crus distintos, cada uno con sus propias características. A finales de 2019, ¡las ostras de Cancale se incluyeron en el patrimonio cultural inmaterial de la UNESCO!
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11. Los mejillones a la marinera, por supuesto, una de las mejores especialidades de Bretaña

Los sabrosos mejillones bouchot, cultivados desde los años 50 en la costa norte, se pueden degustar de junio a octubre en la bahía de Saint-Brieuc, y de julio a enero en la bahía del Mont-Saint-Michel. Los mejillones bouchot marinados, preparados con cebolla, perejil y vino, son una delicia sencilla y económica
12. Langosta bretona

Entre los mariscos, el bogavante bretón se distingue por su caparazón negro con reflejos azulados. Conocido por su delicadeza, se puede degustar a la plancha, flambeado o en salsa de nata. Las langostas, apodadas "Demoiselles de Loctudy", son apreciadas por su carne delicada y se pescan en la costa meridional.
Bretaña es también el primer productor francés de algas, cada vez más utilizadas en la cocina. La costa norte, con sus costas rocosas, es particularmente rica en variedades como el dulse, el kelp y el fucus.
13. La tarta de Pont-Aven

Otra galleta popular es la galette de Pont-Aven Traou Mad®, procedente de una pequeña localidad del sur de Finistère. Más fina y crujiente, es tan deliciosa como el palet bretón. En la tienda de Pont-Aven, podrá conocer a los maestros pasteleros en su obrador. Es una visita obligada para los amantes de la gastronomía, que no podrán olvidar el incomparable sabor de los famosos pasteles de mantequilla de uno de los pueblos más bellos de Francia
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15. La imprescindible mantequilla salada para untar

La mantequilla salada, otro emblema culinario de Bretaña, es un elemento clave de su identidad. Para los bretones, es un acompañante cotidiano, que se disfruta cruda sobre el pan o para realzar los platos cocinados. Esta particularidad tiene su origen en la riqueza de la región, gran productora tanto de leche como de sal. Antiguamente exenta del impuesto sobre la sal, Bretaña supo combinar estos dos recursos para conservar la mantequilla durante más tiempo, en una región poco aficionada a la producción de queso.
La mantequilla salada ha encontrado su maestro en Jean-Yves Bordier, de Saint-Malo, cuyas creaciones (con algas, frambuesa, etc.) adornan las mesas de los mejores restaurantes. Se recomiendan especialmente las mantequillas de granja, como la de las vacas de Froment du Léon, reconocible por su color ocre y su sabor a avellana.
16. Cocos Paimpol

Bretaña, que representa el 20% de la superficie agrícola del país, es también una importante región productora de hortalizas. Coliflores, alcachofas, chalotas, espinacas y tomates de invernadero son sus principales cultivos. La agricultura ecológica está en auge aquí, y los mercados están llenos de horticultores que ofrecen una gran variedad de sabrosas verduras. Dos productos gozan de Denominación de Origen Protegida (DOP): la cebolla rosa de Roscoff, famosa por su dulzor y su textura fundente, y el coco de Paimpol. Esta judía blanca, cultivada en la costa de Goëlo y recolectada a mano de julio a octubre, figura a menudo en los menús de los buenos restaurantes locales. Tiene una textura que se deshace en la boca y se puede degustar en ensalada o en una deliciosa cassoulet.
17. Las crêpes dentelle de Dinan, una de las mejores especialidades de Bretaña

La mantequilla salada, que aporta una deliciosa nota caramelizada, aromatiza muchos bizcochos, galettes y palets bretones. Ya sean crêpes dentelles, galettes finas o palets gruesos, todos tienen ese característico sabor a mantequilla salada. Entre las más famosas están las Crêpes Dentelle Gavottes® de Dinan, disponibles al natural o recubiertas de chocolate, ¡simplemente irresistibles! En la tienda Dinan, el equipo le dará una cálida bienvenida y le ayudará a descubrir toda la gama de galletas. Es imposible marcharse sin comprar algunas, sobre todo si quiere mimar a sus seres queridos a la vuelta de vacaciones.
18. La vieira

La vieira, emblema de la bahía de Saint-Brieuc, es un producto excepcional que se presta a múltiples preparaciones, desde las más sencillas, como freírla en sartén con mantequilla, hasta las más elaboradas. Se puede degustar de mil maneras, ofreciendo un manjar fino y sabroso . Su pesca está estrictamente regulada y tiene lugar de octubre a mediados de mayo. Aún más protegido, el abalón es un molusco de lujo, apreciado por su carne blanca.
19. El famoso pastel bretón

El bizcocho bretón es mucho más que un pastel: es una auténtica institución culinaria en Bretaña. Su nombre, que significa literalmente "cuatro cuartos", hace referencia a la receta tradicional elaborada con cuatro ingredientes principales en cantidades iguales: harina, azúcar, mantequilla y huevos. Esta aparente sencillez esconde un manjar secreto que se ha transmitido de generación en generación. Originario de la región, el pound cake es apreciado por su textura suave y su rico sabor, realzado por el uso de mantequilla salada, otro tesoro bretón. Esta mantequilla, que aporta una nota caramelizada única, es uno de los ingredientes clave que distinguen a este pastel de los demás.
20. La sidra, una de las mejores especialidades bretonas

Bretaña es tierra de sidra. Antaño, esta bebida rural tradicional era preparada por cada uno para su propio consumo. Hoy en día, la región cuenta con numerosos productores, ya sean industriales, artesanales o de granja, que ofrecen sidras excepcionales. Algunos cuentan con una Indicación Geográfica Protegida (IGP), y la sidra de Cornouaille es la única que ha obtenido una Denominación de Origen Protegida (DOP). Indisociable de las crêpes y las galettes, la sidra también combina con multitud de platos, y cada vez tiene más sitio en las mesas, incluidas las más prestigiosas.
21. Chouchen

El chouchen, bebida ancestral heredada de los celtas, es una bebida dorada de moderada graduación alcohólica. Se elabora fermentando una mezcla de agua y miel, a la que se añade levadura de manzana. Su dulzor la convierte en el colofón ideal de una degustación de especialidades bretonas.