Guía de viaje Murbach

En mayo de 728, el obispo misionero San Pirmin fundó una abadía en el valle de Murbach, a petición del conde Eberhard, hermano del duque de Alsacia. Este lugar aislado atrajo inmediatamente a los religiosos. Así, durante más de mil años, los monjes benedictinos vivieron en la abadía más rica y prestigiosa de Alsacia. Si Murbach sigue siendo hoy un "fin del mundo", la antigua abadía no vivía aislada. Las grandes donaciones hicieron que el monasterio dispusiera de una enorme cantidad de tierras en el Alto Rin, desde el pie de los Alpes hasta la región de Maguncia. En el siglo XII se construyó la actual iglesia abacial. Es una construcción asombrosa, que sorprende al visitante por su elevación y la originalidad de la decoración esculpida de las partes superiores, inspirada en modelos orientales. Protegida por los Habsburgo, Murbach se convirtió en uno de los bastiones de la Contrarreforma católica en el siglo XVI. Tras la devastación causada por la Guerra de los Treinta Años y la anexión por parte de Francia en 1680, la abadía fue reconstruida. En 1693 se construye la capilla Notre-Dame-de-Lorette. Los monjes, seducidos por los nuevos cánones arquitectónicos vigentes, proyectaron la reconstrucción de la iglesia abacial en estilo barroco. Las obras, iniciadas en 1738, llevaron a la desaparición de la nave. Un pequeño pueblo se extiende en el lugar de la antigua abadía cuyo nombre lleva. Conscientes del valor de este patrimonio histórico y arquitectónico, el municipio y la parroquia se han comprometido desde hace más de 150 años a mantener la antigua iglesia abacial, la capilla de Lorette, y a preservar el entorno de la montaña