En la encrucijada del alto valle del Ill y de las carreteras que conducen de Altkirch a Ferrette, Hirsingue es el municipio más grande del cantón, por delante de Hitzbach, Waldighoffen y Pfetterhouse. El pueblo, que originalmente formaba un ayuntamiento bajo el señorío de Altkirch, pasó a formar parte de Montjoie en 1336. A principios del siglo XVIII, Luis XIV creó el condado de Montjoie con, entre otros, Ruederbach, Heimersdorf y Hirsingue, que es el centro administrativo del cantón desde 1795. El santuario de Hirsingue, dedicado a San Juan Bautista en 1774, fue diseñado por el arquitecto Gabriel Ignace Ritter. Está bellamente amueblado en estilo barroco, con pinturas de altar de Kau y Hauwiller. Junto a la iglesia se encuentra la capilla que sirvió de sepultura a los condes de Montjoie. A la izquierda, en la calle del castillo, se encuentran las dependencias de la antigua residencia de Montjoie. Era un castillo grandioso, reconstruido en 1742 por Bagnato, con una capilla, una sala de exposición de colecciones de armaduras y medallas, una biblioteca de 30.000 volúmenes, una enorme bodega ricamente surtida, un jardín laberíntico y un pasadizo subterráneo. Al comienzo de la Revolución Francesa, el castillo fue saqueado, vendido como propiedad nacional y demolido. El señor de la mansión se salvó escapando por un pasadizo subterráneo. A la salida del pueblo, en el amplio valle del Ill, a la izquierda, al otro lado del río, se encuentra un oratorio que recuerda a la antigua iglesia de Saint-Martin. Demolida antes del siglo XIX, estaba rodeada por las casas de Bettendorf antes de que el pueblo se trasladara a terrenos más altos.
