platos de calidad basados en productos frescos en el contexto de la Edad Media
Para descubrir el establecimiento, no dude en entrar en el bonito patio privado del siglo XV. El entorno medieval es magnífico, al igual que en el interior del restaurante. Se han conservado las medias escaleras en la entrada, al igual que las vigas de madera en el techo, las paredes de piedra vista… todo es magnífico. Nos sentamos en la sala y descubrimos con sorpresa las vistas a la parrilla. Durante nuestra comida, podemos observar al chef cortando y cocer sus trozos de carne en la chimenea. Un espectáculo fuera de lo común que recuerda a los grandes banquetes medievales en los que las carnes estaban asadas directamente en el estrado. Elija a la carta y opta por la carne, los brochetes, los pescados a la plancha, las torneas y los tártaros. Las propuestas son numerosas y todas de gran calidad. Las fórmulas del mediodía no se descuidan con entrante, entre otras, una terrina de lentejas con foie gras deliciosa coronada por una crema en foie gras, pero también una brocheta de buey a la cocción perfecta que se ha acompañado de un risotto con champiñones. En efecto, cada plato puede ir acompañado de un gratin delphinois, patatas cocidas bajo la ceniza, risotto, patatas fritas o verduras del día. Todo es casero con productos frescos. Un lugar excelente que pone a Borgoña en honor, sobre todo por sus vinos cuya carta propuesta es un auténtico anuario.