LE PRIVILEGE - SALON ANY D'AVRAY
Hay que pasar el mostrador de recepción, separado de la sala por una gran pared blanca, para tomar el pulso de esta peluquería. Al fondo de una sala longitudinal, reina un gran poste rodeado de una corteza de árbol plateado. Mientras lo examinamos, alguien se dirige a nosotros y nos invita a sentarnos en una pequeña cabina separada del resto de la sala, en la entrada. Mientras que ya el equipo, numeroso, se activa para guardar todo, se nos propone a pesar de todo un consejo personalizado. Después de observar nuestro cabello y escuchar nuestros deseos, nos explican cómo nos van a peinar. Es algo que se hace cada vez más raro y que hemos apreciado mucho. Tanto más cuanto que, a escondidas en nuestra pequeña cabaña, todo se hace con la máxima discreción. Hay que decir que el salón está autorizado Any d'Avray. Y, por tanto, está acostumbrado a trabajar con personas que tienen un pelo estropeado o fragilizado (a veces por motivos médicos). La discreción es, pues, de puesta. Otro punto fuerte, que encantará a los que trabajan hasta tarde, el salón abre hasta las el jueves. La casa también está especializada en cuidados específicos para el pelo desenfrenado, para cuidar de ellos.
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