La Ferté-Macé es una ciudad comercial de larga tradición, que se desarrolló en torno a la industria textil. Aquí se comerciaba con telas procedentes de tejedurías y con madera, con aserraderos mecánicos que fabricaban galoches y daban empleo a 250 personas en 1880. A sólo 6 kilómetros de Bagnoles-de-l'Orne-Normandie, esta ciudad a orillas del río Maure, que acaba de recibir la etiqueta de Station Verte, acaba de fusionarse con su vecina Antoigny. La Ferté-Macé es famosa por su lago y sus productos gastronómicos, sidra, perada y sobre todo callos al pincho, que desde 1981 cuenta con su propia cofradía, la Tripière Fertoise, dedicada a promover los callos a la fertoise. Hay pocos monumentos antiguos, aparte de la torre románica de la iglesia, pero hay un centro de ocio, un museo del juguete, el Trésorama en la cripta que alberga objetos preciosos relacionados con el culto católico, el jardín público y su rosaleda, y el Jardin des Ridrels (privado, abierto algunos fines de semana). También es típico el Brocante Fertaise en su hermoso edificio de ladrillo y piedra. Por último, pero no menos importante, hay varios lugares de pesca en la ciudad y sus alrededores, en los ríos (Gourbe, Vée, Maure) o en las orillas de dos estanques. En resumen, se trata de una pequeña ciudad agradable y animada en el corazón del bosque de Andaines y del bocage normando.Puede alojarse en el complejo turístico de La Ferté Plage, que cuenta con varias casas rurales con encanto. También hay un camping municipal abierto de principios de mayo a mediados de octubre.

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