LA CANNE EN VILLE
Restaurante gastronómico dentro del lujoso hotel Steigenberger, que ofrece ...leer más
IVRESSE
leer másIvresse es una tienda de vinos, un servicio de catering, pero también uno de los restaurantes más excitantes del sur de la capital. Se entra por la tienda de vinos y su pared de botellas antes de acceder a la sala, de espíritu más industrial/recup. En la cocina, el chef Benjamin Rauwels ofrece una carta reducida pero con productos cuidadosamente seleccionados (locales, de temporada, ecológicos). Es imposible saber de antemano lo que se va a comer, pero las verduras ocupan un lugar importante, sin olvidar el pescado y la carne. Y no olvidemos los vinos de acompañamiento, ¡como es obligación del vinatero!
AU GRAND FORESTIER
leer másA 50 metros del Boulevard du Souverain, una casa típica de principios del siglo XX en la comuna, entre el parque de Tenreukens y el bosque de Soignes, con una vista impresionante del estanque. La familia Niels dirige el establecimiento con brío, además del Vieux Saint-Martin en el Sablon y el Canterbury en Ixelles. También aquí no le sorprenderá encontrar platos de brasserie, así como sugerencias más creativas, todas ellas basadas en productos excepcionales. Este es el ADN de la familia. Terraza climatizada todo el año.
TERO
leer másTero es un modelo coherente que vincula productos sanos (carnes y verduras) que provienen de su propia granja en Rochefort, con una gastronomía creativa basada en los sabores y la estacionalidad. La coherencia continúa con la ambientación despejada y dinámica que envuelve la barra central y que encaja perfectamente en los tres niveles del espacio. En la carta hay una treintena de pequeños platos fríos y calientes, estilo mezze, para compartir o no, y a la hora de comer un almuerzo vegetariano o de carne. A todos los niveles es refinado, original y delicioso. Otra dirección en Bierges.
BARGE
leer másEl nombre tiene dos significados: barcaza, para evocar los antiguos muelles donde se encuentra el restaurante, o podría ser el toque de locura de Grégoire Gillaert (el chef) y Barbara Hoonaert (la sumiller). La sala, muy cruda (paredes de ladrillo visto, mesas de madera), encaja bien con la filosofía del chef (al que se puede ver cocinar tras un cristal): resaltar la naturaleza de cada producto, según las estaciones. El resultado son platos llenos de color, sabor y gusto. Los vinos seleccionados por Marie Houx, la nueva sumiller, también dan en el clavo.